¿Cómo bañar a un perro y no morir en el intento? 5 consejos básicos para lograr que el baño no sea estresante
El baño de tu perro no tiene por qué ser una experiencia traumática para todos los involucrados. Sigue estos consejos y conviértelo en una fiesta.
Decía Franklin P. Jones que “cualquiera que no sepa qué sabor tiene el jabón, jamás ha bañado a un perro” y tenía razón. Aunque hay excepciones, el baño por lo general no es la actividad favorita de los canes. Incluso aquellos que aman el agua y se pasan el verano nadando, suelen huir cuando ven a su humano con el champú en la mano. Para algunos, puede llegar a ser un auténtico problema ya que alcanzan niveles de estrés importantes, pero por mucho que se opongan, el baño no es negociable: se trata de una actividad fundamental para mantener la salud general del animal.
Los especialistas coinciden en la importancia de bañar al perro de forma regular. No se trata solo de mantener un pelaje bonito, que también, sino de prevenir enfermedades e infecciones. Pero con la frecuencia, en cambio, no ocurre lo mismo. Hay profesionales que recomienda un buen baño cada dos o tres meses, dependiendo del animal, y profesionales que aseguran que entre baño y baño como mucho debe pasar un mes. La realidad es que la frecuencia del baño depende del estilo de vida del animal y de factores como la edad, el tipo de pelaje y el entorno en el que se desenvuelve. Las alergias, los problemas de piel y algunos tratamientos médicos requieren una frecuencia de baño diferente a la habitual. Es importante consultarlo siempre con el veterinario.
Lo mismo ocurre con el champú. La oferta es muy amplia y el rango de precio, también. Pero no todos los productos sirven para todos los perros. Lo mejor será siempre pedir asesoría a un profesional que pueda basar su recomendación en las características y las necesidades de cada animal. Lo que sí es importante recordar es que canes y humanos tenemos un pH diferente, por lo que nunca se debe usar un champú que no esté especialmente diseñado para perros, esto también incluye los productos 100% naturales ya que hay aceites y esencias que pueden resultar perjudiciales, incluso tóxicas.
Decidida la frecuencia y elegido el producto que mejor se adapta a las necesidades del perro, estamos listos para la aventura que supone la hora del baño. Como siempre, lo más importante es que sea una experiencia positiva para el animal. Un buen paseo un rato antes, un juguete y algunas chuches pueden ayudar, pero no siempre son suficientes, hay perros que tienen auténtica aversión al baño. Algunos estudios sugieren que se trata de conductas aprendidas, desarrolladas a partir de malas experiencias, pero como cada perro es único y responde a los estímulos de una forma diferente, los resultados no son concluyentes.
El grado de incomodidad del perro también varía considerablemente, desde encogerse y agachar las orejas hasta huir o incluso ponerse agresivo. Afortunadamente, si seguimos algunos consejos básicos, podemos lograr no solo que el miedo disminuya sino que el baño sea una experiencia agradable y divertida. Porque sí, aunque parezca mentira, es posible que un perro disfrute del baño. Casper, el golden retriever famosos de Youtube es, probablemente, el mejor ejemplo:
5 consejos básicos para hacer de la hora del baño una experiencia menos estresante
- Organízate: Es importante dejar todo preparado antes de comenzar con el baño. Pequeños detalles como tener abierta la tapa del champú o dejar las toallas a mano facilitan el proceso y reducen la posibilidad de que el perro intente escapar y se lastime.
- Dale estabilidad: La superficie de duchas y bañeras suele ser resbaladiza. Para que tu perro se sienta más seguro, utiliza una alfombrilla de plástico o una toalla.
- Controla la temperatura: Los perros son muy sensibles a los cambios de temperatura, por lo que se recomienda que el agua no esté ni muy fría ni muy caliente. Lo ideal es que ronde los 39º C, como su temperatura corporal.
- Evita el ruido y la presión: Para muchos perros, el ruido que hace el agua que sale a presión de la alcachofa o del grifo es el detonante de todos los miedos. Lo ideal es llenar un recipiente con agua y verterlo poco a poco sobre el animal con delicadeza. Lo mismo ocurre con el ruido del secador, por lo que se recomienda secar al animal con toallas. Si el clima no ayuda y es inevitable usarlo es muy importante asegurarse de que el aire no sale demasiado caliente.
- Mantén la calma: Para que tu perro esté tranquilo, tú debes estar tranquilo. Si te nota tenso o enfadado, asociará la hora del baño a una experiencia negativa y lo que buscamos es justo lo contrario. Recuerda que está nervioso y que actúa por instinto y, por supuesto, no pretendas estar seco al final, lo normal es que se sacuda varias veces para intentar secarse.
¡Disfruta de la experiencia!