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El estrés puede hacer que a tu perro le salgan canas

Sí, un entorno estresante puede desencadenar un proceso de vejez prematura en el animal.

El estrés puede hacer que a tu perro le salgan canas

La genética no es la única responsable en la aparición de las canas. Estudios científicos sugieren que, tal y como ocurre con los humanos, el pelaje de los perros puede tornarse gris de forma prematura debido al estrés. ¿A qué edad le salieron las primeras canas a tu perro?

En lo que a canas se refiere, los perros son como nosotros: el pelo pierde su color a medida que se cumplen años. Algunos cambian el pelaje muy jóvenes, otros nunca, pero la mayoría lo hacen de forma lenta y progresiva alrededor de los 7 años, que es cuando pasan de adultos a ancianos. Las canas pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, pero por lo general suelen concentrarse en la zona del hocico y alrededor de los ojos y vienen acompañadas de otros síntomas de envejecimiento como cambios en el comportamiento, disminución en la agudeza de los sentidos, etc.

Sin embargo, canas y edad no siempre van de la mano. El paso del tiempo no es el único responsable en la aparición del pelaje blanco o plateado de algunos perros. El estrés y la genética juegan también un papel importante. Hay familias en las que antes de cumplir los 30 ya todos sus integrantes tienen canas y mucho se ha hablado de por qué los presidentes envejecen más rápido y de cómo el estrés y la ansiedad son factores asociados al envejecimiento prematuro. Ahora sabemos que no es algo que afecte solo a los humanos, con los perros y los ratones ocurre lo mismo. En cuanto a la genética, hay razas más propensas que otras a perder el color del pelo, pero se trata, por lo general, de un tema estético por lo que no es motivo de preocupación. El estrés, en cambio, sí debe preocuparnos porque puede afectar otros aspectos de la salud del animal.

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Foto: Jeff Nissen | Unsplash.

El estudio

La Dra. Camille King, especialista en comportamiento animal de la Universidad del Norte de Illinois, Estados Unidos, dirigió en 2016 un estudio publicado en la revista Applied Animal Behavior Science que afirma que el estrés puede hacer que a tu perro le salgan canas. Un trabajo pionero que abrió una línea de investigación importante no solo sobre la influencia del estrés en la salud del perro, sino sobre la influencia que nuestro propio nivel de estrés tiene sobre el estado emocional de los animales que conviven con nosotros y, en consecuencia, sobre su salud.

El estudio se desarrolló en el estado de Colorado, donde los investigadores contactaron -en parques, exposiciones y clínicas veterinarias- con los dueños de 400 perros de pelaje oscuro con edades comprendidas entre uno y cuatro años, momento en el que la aparición natural de canas sería completamente improbable. Evaluaron a los perros, les tomaron dos fotografías y pidieron a los dueños que llenaran un cuestionario con 42 preguntas sobre el comportamiento, la edad y la salud general del perro, con el objetivo de evaluar el nivel de ansiedad y de impulsividad del animal. Un segundo grupo de investigadores, que no había tenido hasta el momento ningún contacto con el perro, analizó las fotografías y las clasificó en una escala de 0 a 3 en la que 0 indicaba la ausencia absoluta de canas y 3, el hocico completamente canoso.

Los perros catalogados como ansiosos e impulsivos según el cuestionario tenían más probabilidades de tener canas que los perros tranquilos que, al vivir las emociones con menos intensidad, presentan también niveles más bajos de estrés. El sexo, según los investigadores, es una variable decisiva: las hembras presentaron más canas que los machos. El tamaño, en cambio, parece no influir. El estado de salud y si el perro está o no castrado, tampoco. Entre los detonantes de ansiedad, el miedo al ruido y a los animales y personas desconocidas son los más decisivos para el envejecimiento prematuro.

Las canas no son un indicador de edad fiable

El hecho de que intervengan tantos factores en su aparición hace que las canas no sean un indicador fiable a la hora de calcular la edad de un perro. El estado de los dientes, por ejemplo, es mucho más preciso. El desgaste de los incisivos y la acumulación de sarro en las piezas dan a los especialistas información suficiente para hacer una estimación y establecer el rango de edad en el que se encuentra el animal con bastante precisión.

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