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Sociedad

Menos mascarillas y más condones: tenemos que hablar de algo más que el coronavirus

Según la OMS, al día hay un millón de contagios de ITS en el mundo

“Condón no… pero mascarilla que no falte”. “Os volvéis locos buscando mascarillas, pero de los condones ni os acordáis”. Varias publicaciones de este estilo se han hecho virales en redes sociales ante la hipocondría por el coronavirus[contexto id=»460724″]. La realidad es que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), al día se producen más de un millón de contagios de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) en el mundo; cifras muy alejadas de las que nos deja el COVID-19.

Es un dato que no se puede pasar por alto. Desde 2003 ha habido un aumento muy importante en el número de personas afectadas por ITS en Europa. Hay varios ejemplos: los pacientes diagnosticados de sífilis han aumentado un 76%, de gonorrea un 67% y de clamidia un 22%; así lo aseguraban en el 47º Congreso Nacional de la Dermatología y Venereología que tuvo lugar en Barcelona en 2019. Pero ¿es cierto que han disminuido los contagios por VIH?

La realidad es que el número de diagnosticados por este virus se ha reducido levemente, con una caída del 0,7% entre 2005 y 2015, como confirman los doctores de la Academia Española de Dermatología (AEDV) Laura Padilla y José Manuel de la Torre. “Lo más importante es el porcentaje de personas con diagnóstico tardío. Todavía representan un porcentaje importante, y este grupo, como no saben que están infectados, son los más vulnerables y la fuente de contagio más frecuente”, nos cuentan estos expertos. Es importante destacar que un 30% de las personas seropositivas no saben que están infectadas por este virus. Además, ambos coinciden en que se hace un mal uso del método barrera (el preservativo) y el doctor añade que “se está perdiendo el miedo a contraer el VIH”.

Lo contrario piensa el gerente del centro comunitario de detección del VIH y otras ITS Sevilla Checkpoint, Alejandro Bertó: “Hay que terminar con esta respuesta, muy frecuente entre los médicos, de que no hay miedo a esta enfermedad. Nadie le ha perdido el miedo. Quien lo afirma no entienden cuál es la realidad. Es falso que no haya temor y decirlo es estigmatizante”.

Menos mascarillas y más condones
Foto: Charles Deluvio / Unsplash

En cuanto a las ITS bacterianas, en el Congreso de Dermatología y Venereología concluyeron que el tratamiento de las mismas se va haciendo cada vez más complicado por el uso abusivo de antibióticos. “La automedicación, en muchos casos, está complicando la cura de estas infecciones ya que, por ejemplo, se utiliza el mismo medicamento para curar infecciones respiratorias que para una clamidia”.

En lo que sí coinciden ambas partes es en que, desde los centros de salud públicos, se debe facilitar a los pacientes que lo deseen las pruebas para detectar si son seropositivos. “Deberían ser más accesibles y la deberían solicitar todas las personas que son sexualmente activas”, subraya Padilla. “Los doctores no deberían poner pegas a quien lo solicite, ni preguntar por qué, simplemente ofrecerla. Es una prueba común que todos deberíamos realizarnos, como cuando vamos al dentista o al ginecólogo”, añade Bertó. En este sentido, desde Sevilla Checkpoint insisten en que “hay que acabar con el paternalismo del sistema de salud pública”.

Los expertos sostienen que estas pruebas para la detección de ITS, si se lleva una vida sexualmente activa o se realizan prácticas de riesgo, como es cambiar de pareja sexual o acudir a locales de cruising, se deberían realizar cada tres o seis meses, según el caso. Aunque no se detecte ningún síntoma. Los tests de VIH de última generación pueden detectar al instante a través de la saliva si la persona es seropositiva y, en el caso de los análisis de sangre, ya sea para detectar el virus de inmunodeficiencia humana u otra ITS, tardan aproximadamente cinco días. Por tanto, se está trabajando con plazos muy cortos: si la enfermedad se detecta a tiempo, se pueden tratar sin mayores consecuencias.

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Foto: NeONBRAND / Unsplash

Educación sexual para los niños… y no tan niños

Los grupos con mayor riesgo de contraer las ITS son los adolescentes y los jóvenes menores de 25 años, estos suponen un 25% de la población. Dentro de este segmento, los hombres que mantienen relaciones sexuales con otros hombres son los más vulnerables. Aunque, según el doctor de la Torre, el sesgo demográfico está cambiando. “En nuestro hospital, los contagiados con el virus del papiloma humano son, en primer lugar, hombres heterosexuales; y, a continuación, mujeres heterosexuales. En el caso del herpes, las más afectadas son las mujeres que mantienen relaciones con hombres”. El médico afirma que ha habido un aumento de contagios de ITS en personas hetero.

En este sentido, confirma que la edad en la que se mantienen relaciones sexuales por primera vez se ha visto reducida: los jóvenes pierden la virginidad a los 15 años. “No se puede dejar la educación sexual para chavales de 16 años o de bachillerato, eso sería llegar tarde”, comenta. 

Por su parte, Laura Padilla insiste en que “hay que concienciar a la población de los riesgos. Mucha gente no sabe que con el sexo oral también se pueden contraer ITS”. Los tres expertos advierten de que hay que evitar la desinformación, refiriéndose al polémico pin parental. “Estamos en contra de cualquier estrategia que coarte la libertad. Los niños que no reciban la información necesaria en las aulas recurrirán a Internet para informarse, donde hay información falsa y, además, entenderían el porno como realidad. Que estos chavales no acudan a las charlas de educación sexual multiplicaría los casos de contagio y les haría más vulnerables”, señala Alejandro Bertó.

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Foto: Ministerio de Salud

José Manuel de la Torre también incide en que en estas charlas se explica a los alumnos cómo hay que reaccionar ante ciertas circunstancias. Por ejemplo, cuando un miembro de una pareja le dice al otro u otra que no quiere mantener relaciones con preservativo porque no siente el mismo placer. “Las niñas tienen que estar informadas y empoderadas para que sean ellas las que tomen decisiones por sí mismas. Este es uno de los conceptos que se transmite en las charlas”, recalca. Padilla explica que “hay que luchar por que haya plataformas en Internet completamente fiables para que las personas no estén desinformadas. Es muy difícil, pero se deben establecer criterios para crearlas”.

Sin embargo, no solo los más jóvenes necesitan información. La doctora Padilla matiza que aún son muchos los adultos los que colocan el preservativo de manera incorrecta y solo se preocupan por el riesgo de tener un embarazo no deseado. Bertó y de la Torre coinciden en que echan de menos campañas publicitarias en medios de comunicación. “Ya no se ven anuncios como el póntelo-pónselo. Estos anuncios son necesarios para informar, no hay que bajar la guardia”, explica el médico. “Se echan de menos estrategias de comunicación desde el Ministerio de Salud. Por ejemplo, deberían hacer llegar el mensaje de ‘indetectable = intransmisible’, porque esto todavía hay mucha gente que no lo sabe”.

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