Mascarillas reutilizables: ¿qué criterios tienen que cumplir y qué filtros le puedo poner?
Revisamos la normativa y hablamos con un experto para explicar cómo diferenciar si una mascarilla reutilizable es adecuada o no
Qué tipo de mascarilla comprar se convirtió en un quebradero de cabeza para mucha gente al comienzo de la pandemia del coronavirus[contexto id=»460724″]. Desde que entró en vigor su obligatoriedad en los espacios públicos, las informaciones sobre cuáles debemos utilizar se han multiplicado, y la mayoría ya tiene claro cuál es la mejor opción.
Sin embargo, ahora se plantea otro problema: el coste. Debido a que la mejor opción para la gente sana son las mascarillas higiénicas, y la mayoría no son reutilizables, contar con una para cada día, al menos, es un gasto extra con el que no contábamos. Por eso, son muchos los que están optando por comprar mascarillas reutilizables. Algunos, en las farmacias. Otros, en la gran cantidad de tiendas, especialmente las de moda, que se han lanzado a crear esta herramienta de protección con todo tipo de diseños y colores para que podamos ir protegidos, y a la moda.
Pero ¿cómo podemos saber si la mascarilla que hemos elegido de verdad protege al resto del virus?
Revisamos las recomendaciones del Gobierno y hablamos con David Díaz Pérez, coordinador del área de enfermería de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), para darte algunas claves que hagan más sencilla tanto la elección como la conservación en buenas condiciones de la mascarilla reutilizable.
¿Dónde la puedo comprar?
Los profesionales no recomiendan el uso de mascarillas caseras, explica David Díaz, por lo que es importante comprarla en un establecimiento que asegure que se han hecho con el material adecuado y el procedimiento correcto según las guías de las autoridades sanitarias.
Aunque lo ideal es comprarlas en una farmacia, cada vez son más los negocios que venden este producto. Con esta creciente oferta, si queremos una mascarilla que sea bonita podemos optar por ella, pero debemos asegurarnos de que cumple con la normativa establecida por el Ministerio de Sanidad.
“Quién venda la mascarilla o quién no la venda es cuestión también de confianza hacia el consumidor. Es decir, si yo adquiero mi mascarilla en una farmacia comunitaria, lógicamente esa farmacia comunitaria va a vender una mascarilla de proveedores que te den garantías del cumplimiento de la normativa. El hecho de que a mí Zara o cualquier tienda textil me venda mascarillas, al igual que una ferretería, por ejemplo, pues lógicamente el consumidor o el cliente tendrá que verificar realmente si es adecuada o no”, dice Díaz, que apuesta por que las farmacias sean siempre la primera opción.
“No es tanto el sitio donde yo las adquiero, sino si esa mascarilla que yo compro es la adecuada, pero para que sea la adecuada primero el consumidor tiene que saber qué es adecuado y qué no es adecuado”, señala.
¿Qué condiciones tiene que cumplir?
Si finalmente optamos por una mascarilla reutilizable que no se vende en una farmacia, tenemos que estar atentos a ciertos aspectos para saber si su uso es recomendable y si cumple con el objetivo de no dejar pasar las partículas hacia afuera.
Para eso, la mascarilla tiene que cumplir con los criterios establecidos en la especificación UNE 0065. En ella se establecen los materiales que se pueden usar, la forma de hacerlas, las tallas y el etiquetado que deben llevar.
Esto último es lo más útil para nosotros como consumidores, pues es lo que podemos usar para determinar si la mascarilla cumple con la norma. En concreto, debemos fijarnos en que incluya estos aspectos:
– El nombre, marca comercial o cualquier otro medio de identificación del fabricante o proveedor.
– La talla y el rango de edad.
– El número de este documento y la designación visible como sigue: «Especificación UNE 0065:2020 Mascarillas higiénicas reutilizables para adultos y niños. Requisitos de materiales, diseño, confección, marcado y uso».
– La siguiente advertencia: «ADVERTENCIA: Este dispositivo no es un producto sanitario en el sentido de la Directiva 93/42 o del Reglamento UE / 2017/745, ni un equipo de protección individual en el sentido del Reglamento UE / 2016/425».
– El pictograma de la colocación de la mascarilla.
– La advertencia sobre la supervisión por un adulto de la colocación, uso y retirada de la mascarilla en el caso de las que son para niños.
– Los símbolos de conservación, conforme la Norma UNE-EN ISO 3758, y el número máximo de lavados.
– La información de que la mascarilla es reutilizable.
Una vez comprada, también hay que tener en cuenta que es igual de importante cómo está hecha la mascarilla que seguir las instrucciones de uso y lavado para que siga cumpliendo su función correctamente.
“Es importante es no solo el material, sino también cómo se reprocese esa mascarilla. Es decir, si a mí me dicen que esa mascarilla la tengo que lavar a 60 grados, que no la meta en el horno para desinfectarla”, dice Díaz, que insiste en que no usemos “métodos de fortuna” como desinfectar las mascarillas con un spray o en el microondas como sugieren muchos en las redes sociales.
¿Qué filtros le pongo?
Otra duda que surge a menudo con este tipo de mascarillas es el tipo de filtro que debemos ponerle, puesto que muchas de ellas vienen con un espacio dedicado para ello. En internet y en las redes sociales se pueden leer todo tipo de consejos, desde que le pongamos un filtro de café hasta que usemos un salvaslip.
Sin embargo, con esto también hay que ser muy cuidadoso y elegir el material correcto para evitar la transmisión del virus.
Para saber si están homologados, hay que fijarse que sigan la normativa UNE-EN ISO 14683:2019 si hablamos de mascarillas quirúrgicas y la UNE 0065:2020 si hablamos de mascarillas higiénicas.
Estos filtros, que pueden ser de celulosa u otros materiales sintéticos, según explica Díaz, se suelen introducir en el bolsillo interno de la mascarilla y se desechan tras su uso.
Estos filtros se pueden encontrar en algunas farmacias, aunque no en todas, y en sitios online como Amazon y Ebay, entre otros.
Sobre la posibilidad de utilizar otros materiales como filtro, Díaz asegura que no hay una alternativa a los medios homologados. Por tanto, ni papel de cocina, ni filtros de café, ni nada parecido. “Darte un medio de fortuna para usar como filtro, no te puedo dar una alternativa, como sociedad científica, porque sería un error, porque realmente estaríamos engañando”, afirma.