Desconocimiento y falta de preparación: las claves de la selectividad más desconocida
Unos 290.000 mil alumnos españoles se van a examinar de la convocatoria de la selectividad más desconocida
Caos, angustia, nervios…palabras que repiten a diario muchos de los alumnos que en unas semanas se estarán presentando a la EBAU (Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad). Durante la segunda semana de julio unos 290.000 mil alumnos españoles se van a examinar de la convocatoria de la selectividad más desconocida. Con el coronavirus [contexto id=»460724″] todo ha cambiado, desde la preparación para los exámenes, las fechas, la forma en la que se va a realizar las pruebas e incluso en los lugares donde se iba a celebrar. Además los alumnos tendrán que convivir con unas medidas de seguridad que aunque todavía no se conoce el protocolo completo, serán exhaustivas.
A pesar de todos los cambios, desde el Ministerio de Educación se ha anunciado que la EBAU este año será más fácil, una solución que busca mitigar la falta de clases presenciales durante el tercer trimestre. Aún así los exámenes seguirán la misma estructura que en las ediciones anteriores: cada examen tendrá dos opciones, aunque donde se diferencia de los años anteriores es que en lugar de elegir íntegramente una de las opciones, los alumnos podrán intercambiar preguntas de ambas, incluso las del mismo bloque.
Encontrar una sede que cumpla con todas las medidas de seguridad sanitarias está siendo un reto para las comunidades autónomas, de hecho la mayoría aún no han confirmado donde se harán los exámenes. País Vasco, Navarra y Canarias sí que han confirmado que mantendrán la sede en las universidades aunque aumentado las medidas de seguridad sanitaria, pero otras como Cantabria o la Comunidad Valenciana estudian hacerlo en institutos de secundaria pero todavía no hay nada decidido.
Una de las cosas que mas llama la atención es que ante la pregunta a los alumnos de cuáles son sus preocupaciones, las respuestas en la mayoría de las casos se centren en lo académico más que en lo sanitario, o que incluso piensen más allá de la selectividad: en la posible competencia para acceder a sus carreras ante un hipotético aumento de las notas, fruto del nuevo modelo de examen.
Desconocimiento sobre las medidas de seguridad
A fecha de once de julio de 2020, cuando queda menos de un mes para el examen, los alumnos todavía no saben ni dónde va a ser el examen, ni que medidas de seguridad se van a tomar. «Todavía seguimos sin saber dónde se van a celebrar los exámenes, hay rumores de que puede ser en las facultades de las universidades pero realmente todavía no se sabe nada. Desde el colegio nos dicen que les tienen que llegar normas desde arriba pero no nos confirman nada. Y en cuanto a medidas de seguridad, no lo sabemos, nos dicen que tenemos que llevar mascarilla y que habrá que mantener una distancia de seguridad, pero no nos han informado de nada», cuenta Patricia Almas a The Objective, una estudiante de segundo de bachillerato de Madrid a la que le gustaría estudiar Derecho.
«Este año hay una total improvisación. No se ha planificado nada sobre los exámenes de la selectividad, lo único que han hecho desde el Ministerio de Educación es un protocolo de medidas de higiene, pero que tampoco garantizan la protección de los alumnos. Incluso hay virólogos y médicos del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) que afirman que es un gran riesgo que miles de estudiantes vayan a las universidades a hacer los exámenes, por muchas medidas que se estén tomando. Las pruebas de la EBAU son un peligro sanitario muy grave«, ha afirmado Coral Latorre, secretaria general del Sindicato de Estudiantes.
Falta de preparación de los profesores con las nuevas tecnologías
«En el caso de mi colegio, la preparación ha sido bastante desastre. No había comunicación entre profesores y alumnos, y en muchos casos, en algunas asignaturas muy importantes, como matemáticas, las hemos dado muy por encima. Son temarios que son muy difíciles de explicar de manera virtual, los profesores se grababan vídeos y nos lo mandaba por email, pero solo nos mandaba lo básico porque tampoco ha dado tiempo a más. Incluso algunos profesores han tenido que descartar temario que es menos importante desde su punto de vista o menos recurrente en las pruebas de la EBAU por falta de tiempo», afirma Marta López una estudiante de Almería.
Otro de los grandes problemas es la falta de conocimiento de los profesores con las nuevas tecnologías. Muchos profesores han tardado semanas en aprender a utilizarlas, y en ocasiones los alumnos han tenido que pasar de ser solo alumnos para también ser profesores. «Hemos tenido que hacer el doble de trabajo, entenderlo, procesarlo y estudiarlo, mientras que en el pasado solo teníamos que estudiarlo porque siempre teníamos a un profesor que nos lo explicara», nos cuenta Rafael Gil un estudiante de 17 años de Bilbao .
«Lo más justo este año habría sido acceder a la universidad con la nota media de bachillerato, que es realmente lo que demuestra nuestras aptitudes académicas a través de una evaluación continua y no unos exámenes que hacemos en dos días. Hemos insistido en esta idea desde el Sindicato de Estudiantes, porque con toda la crisis del coronavirus, hay muchas familias que han sido duramente golpeados por esta crisis, desde víctimas de despedidos, ERTES, fallecimiento de algunos familiares o amigos…y consideramos no existe ninguna situación ni sanitaria ni educativa para que estos exámenes se tengan que mantener. Este es un examen del que depende el futuro académico de muchos estudiantes», cuenta a The Objective, Coral Latorre.
«El gran problema es que la crisis del COVID-19 no solo nos va a afectar a los alumnos este año, es una situación que nos va a acompañar durante toda nuestra vida académica», afirma Ana de Cádiz. Además los alumnos quieren lanzar un mensaje a los correctores: que tengan en cuenta lo insólito de la situación y el esfuerzo que se está realizando.