¿Es realmente necesario prohibir a la población española fumar en la calle?
Hemos hablado con tres expertos que nos explican por qué es necesaria esta medida y qué ventajas trae a la sociedad
Salvador Illa anunció el pasado viernes la prohibición de fumar en la calle o terrazas siempre que no se cumpla la distancia de seguridad. Esta es la última medida para combatir el coronavirus que se ha extendido a todo el conjunto de España después de que algunas comunidades autónomas ya la hubieran adoptado durante la última semana.
El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, fue el primero en anunciar la prohibición de fumar en la calle o en espacios públicos como las terrazas siempre no se pueda garantizar la distancia de seguridad. La medida fue recomendada por el comité clínico de expertos en materia de prevención de la COVID-19 en una reunión el pasado miércoles. Del mismo modo, Ángel Víctor Torres, presidente de Canarias, se sumó el pasado jueves a esta decisión. Ante el aumento de casos de coronavirus en el archipiélago, el Gobierno autonómico aprobó esta medida en un Consejo extraordinario.
Pero esta medida no se ha quedado ahí y ha llegado a toda España. Después de la reunión del Consejo Interterritorial del pasado viernes, Salvador Illa ha unificado los criterios y ha ampliado a todo el país la prohibición de fumar en la vía pública cuando no se pueda mantener la distancia de seguridad de dos metros especificando, además, que no sólo se reduce esta medida a los cigarrillos.
¿Realmente es necesaria esta medida? ¿Es cierto que el coronavirus se contagia por el aire? ¿Qué opinan los expertos? Hemos hablado con tres de ellos que nos explican por qué es necesaria esta medida y que ventajas trae a la sociedad.
«El coronavirus es una enfermedad muy reciente como para poder hacer afirmaciones con total rotundidad, pero cada vez hay más evidencia científica que apunta a que el virus puede viajar en los aerosoles que se producen al fumar , ya sean cigarrillos convencionales, electrónicos, shishas o cachimbas», ha contado a The Objective Noa Rey Torres, farmacéutica comunitaria y vocal de la Junta de la Sociedad Española de Expertos en Tabaquismo.
Noa afirma que para hablar de porqué fumar es un riesgo alto de infección debemos tratar dos puntos:
– Por un lado, y tal como advertimos en la primera cuestión, la evidencia científica apunta que debido al tamaño del virus este podría transmitirse mediante el humo que exhala el fumador.
– Por otro lado, fumar supone una fuente de contagio por otros motivos, más allá de los aerosoles que se producen al fumar. Y es que, al fumar nos quitamos la mascarilla, y sabemos, ya que hay innumerable evidencia al respeto, que al estar varios minutos sin mascarilla con personas con las que no podemos guardar la distancia mínima social, el riesgo de contagio es enorme. Además, el fumar implica una mayor manipulación de la mascarilla y el nivel de protección que nos proporciona esta puede verse deteriorado. Sin olvidarnos de que fumando el número de veces que se toca uno la cara aumenta muchísimo, unas 300 veces más.
«Nosotros desde la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Toracica ya lo dijimos hace dos meses y medio cuando se empezó con la desescalada, advertíamos y aconsejábamos que se aprovechara para de la misma manera que se ha prohibido fumar dentro los locales que se prohibiera fumar en los lugares públicos o en las terrazas. Que no se permitiera en aquellos lugares donde no se pudiera garantizar esa distancia de seguridad de un metro y medio», dice la doctora Carmen Diego, neumóloga y secretaria general de SEPAR (Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica) .
«Si hemos estado todos tres meses encerrados en casa por precaución, esta medida es evidentemente necesaria. No es justo ni razonable que toda la población tenga que llevar una mascarilla y los fumadores que además ponen en peligro al resto de la sociedad, no la lleven», dice a The Objective Raquel Fernández Megina, presidenta y portavoz de Nofumadores.org .
Una medida que llega tarde
«Personalmente, pese a creer que esto es solo un pequeño paso, creo que esta decisión debería haberse tomado antes», ha afirmado Noa Rey Torres. «Es una decisión que llega tarde, pero si llega para quedarse bienvenida sea. Y creemos que así va a ser, este tipo de medidas una vez que la población las acata es muy difícil dar un paso hacia atrás. Son medidas demandadas por la sociedad, con un apoyo de hasta un 70% y sabemos que una vez que se dé este paso ese porcentaje de apoyo va a aumentar», dice la neumóloga y secretaria general de SEPAR (Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica).
«En nuestra opinión esta medida se tendría que haber tomado cuando lo aconsejamos, hace dos meses y medio. Pero en ese momento no se contempló, y bueno parece que el tiempo nos está dando la razón», opina Raquel Fernández Megina.
El coronavirus ha traído un cambio de mentalidad
«La COVID-19 ha provocado a todo el mundo un cambio de mentalidad. Nos hemos dado cuenta de la importancia que tiene la salud pública, y que tiene que prevalecer frente a cualquier tipo de interés económico. Entonces sí que estamos en un momento en el que la ciudadania esta preparada mentalmente para dar este paso, y además lo demanda. Y se da cuenta de la importancia que tiene, ya no solo por tema de contagio, a nivel COVID un fumador tiene un porcentaje mucho más alto que un no fumador de terminar en una UCI. Si hemos estado toda la población haciendo el gran sacrificio de estar tres meses encerrados, tenemos que pedir a los fumadores que hagan ellos un sacrificio ya que ellos son parte de la solución y del problema», afirma Fernández.
«Además sin esta medida yo creo que es imposible asegurar las distancias en las calles de una ciudad. Doblamos la esquina, salimos de los portales, abandonamos un comercio… todos estos movimientos hacen que no seamos capaces de asegurar que vayamos a poder mantener la distancia necesaria entre personas. Por ello, no podemos asegurar que estemos a salvo de las funestas consecuencias que provoca en el organismo el estar en contacto con el humo del tabaco. En el pasado, también se tenían dudas acerca de si la población realmente iba a respetar las zonas libres de humo (como centros de trabajo, bares, discotecas …) y al final, cuando esta medida se llevó a cabo, la mayoría de fumadores no han tenido problema en cumplirla. Creo que con esta nueva medida pasará lo mismo», dice Rey.
Y por último, la doctora Carmen Diego insiste en que la población siga los tres consejos básicos: mascarilla, distancia social y lavado de manos. También insiste en la importancia de que si alguien empieza a notar cualquier síntoma, no acuda a su puesto de trabajo y se ponga en contacto con su sistema de salud, pues es la única manera de parar este virus.