Prevención del cáncer de piel: ¿cómo cuidarnos la piel en verano?
Con la llegada del verano debemos cuidar más nuestra piel. En el Día Europeo de Prevención del Cáncer de Piel te recordamos qué debes hacer
Ahora que se acerca el verano y el buen tiempo, debemos cuidarnos mucho más la piel y prestarle la atención que se merece. En el Día Europeo de Prevención del Cáncer de Piel, te recordamos las medidas necesarias que debes tener en cuenta para que tu piel esté bien protegida.
El cáncer de piel es definido por la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) como el crecimiento descontrolado y anormal de las células cutáneas. Esta alteración se produce por la radiación ultravioleta (UV), que proviene principalmente de la luz del sol, pero que también está presente en las fuentes artificiales de este tipo de radiación, como las lámparas solares o las camas de bronceado.
La piel es el órgano más extenso de nuestro cuerpo y se encarga de protegernos de factores nocivos externos como el sol o las infecciones, es por eso por lo que debemos cuidarla muy bien. Además, es la encargada de recoger diferentes sensaciones como el tacto, la temperatura o el dolor. Para protegerla adecuadamente es muy importante tener buenos hábitos relativos a la exposición solar.
La temporada de playa y piscina se acerca
- No exponerse durante las horas centrales del día, en las que el índice de radiación ultravioleta (UVI) es más alto. Este índice varía entre 1 y 11, siendo uno el más bajo y 11 el más elevado.
- Mantenerse hidratado.
- Utilizar protector solar continuamente.
- Buscar la sombra.
- Utilizar sombrero.
- Protegerse los ojos con gafas de sol.
Lo más importante que hay que tener en cuenta es evitar el fotodaño, es decir, prevenir el daño producido por la radiación ultravioleta, por su acumulación con el paso de los años. «Tenemos que tener muy presente el concepto de fotoprotección. Este concepto es sinónimo de salud y no solo implica echarse crema, sino que va unido a otros hábitos saludables, como evitar quemaduras solares, evitar exponerse al sol en las horas centrales del día -desde las 12 hasta las 17-, así como protegerse con gorros, camisetas o ir por la sombra», sostiene la doctora Alés.
Estar moreno no significa que no te tengas que dar crema
Seguro que no es la primera vez que escuchas esto. O que lo piensas. Muchas veces pensamos que como ya estamos morenos, al no quemarnos, nos podemos dejar de dar crema. Esto no es cierto. El bronceado es una forma de defensa que tiene el organismo contra los efectos nocivos del sol. «Es una respuesta natural de nuestro organismo a través de la cual se produce la síntesis de la melanina. No por ello debemos dejar de cuidarnos la piel. Tenemos que seguir evitando las quemaduras solares y la acumulación de rayos ultravioleta, ya que es perjudicial para nuestro organismo y produce daños acumulativos a largo plazo», sentencia la doctora Alés.
También hay que tener en cuenta que no todas las pieles son iguales. Existen hasta 6 tipos de piel, denominados fototipos, con diferente resistencia a la exposición ultravioleta y a producir una quemadura. Los fototipos I y II se suelen quemar y no se broncean, además, tienen una capacidad de resistencia más baja a los rayos ultravioleta. Los fototipos más altos, por el contrario, se caracterizan por poseer una mayor capacidad de resistencia frente a la radiación ultravioleta.
La OMS ha publicado que más del 90% de los cánceres de piel no melánicos se producen en los fototipos I y II, por lo que las personas con este tipo de piel deben protegerse con más conciencia. Los bebés y niños también son más sensibles a la radiación UV, por lo que requieren una protección más intensa. Una exposición solar con quemaduras en edades tempranas es suficiente para que la posibilidad de que se pueda desarrollar cáncer de piel incremente, por eso es tan importante protegerse a edades tempranas.
Señales de alarma: regla ABCDE
Además de llevar a cabo todas las medidas anteriormente mencionadas sobre el cuidado de la piel, la doctora Alés defiende que «nunca hay que quedarse con la duda acerca de algo relativo a la piel». Ya sea una lesión nueva o una que hemos percibido que ha ido cambiando, se recomienda ir al dermatólogo ante cualquier sospecha. Por otro lado, es muy importante la concienciación de la población en la autoexploración para su prevención y diagnóstico precoz siguiendo unos pasos muy sencillos. La regla a seguir se llama ABCDE y resume las características sospechosas de una lesión en la piel:
- A: Asimetría. La lesión no es redondeada.
- B: Bordes. Bordes irregulares.
- C: Color. La lesión presenta distintos colores.
- D: Diámetro. El tamaño de la lesión es mayor de 6 mm.
- E: Evolución. La lesión ha presentado cambios en el tiempo.
¿Cómo cuidar la piel el resto del año?
En otoño, invierno o primavera, el índice de radiación ultravioleta es mucho menor que en verano. Aun así debemos seguir protegiéndonos la piel, teniendo en cuenta tanto el tipo de actividad que vamos a realizar como la intensidad del sol. Si vamos a ir a esquiar, los expertos recomiendan usar factor SPF 50. La nieve refleja entre el 50 y el 90% de la radiación UV, por lo que es conveniente usar un factor de protección solar alto. Si por el contrario, vamos a hacer deporte al aire libre, tendremos que tener en cuenta la intensidad del sol, y en consecuencia darnos crema o no. Aunque esté nublado, mientras el sol siga siendo intenso, es recomendable darse crema. Recordemos que la finalidad es evitar quemaduras y una acumulación en nuestro cuerpo de radiación ultravioleta.
¿Y qué pasa con el bronceado artificial?
La comunidad de dermatólogos lo desaconsejan rotundamente. Acudir a centros de bronceado «no es saludable para el organismo, es como fumar, un ámbito cancerígeno», ha afirmado la doctora Alés. Sin embargo, los rayos UV, en determinados casos, pueden ser beneficiosos para la salud. «Los dermatólogos utilizamos la radiación UV en patologías cutáneas para tratar enfermedades en la piel con fines terapéuticos».
Protegernos del sol, en definitiva, debería ser un hábito que todos deberíamos tener más que interiorizado, y no solo en verano, sino durante todo el año, con el fin de evitar la acumulación de la radiación ultravioleta en nuestro organismo y las quemaduras. Seguir las pautas de los profesionales para el cuidado de nuestra piel, la concienciación de la población, la prevención y la auto exploración son pasos fundamentales para un diagnóstico precoz.