Javier López Menacho: «Yo no tengo nada en contra de que la referencia de un chaval sea El Rubius, pero enséñale más que eso»
El especialista en comunicación explica en ‘Generación like: Guía práctica para madres y padres en la era multipantalla’ cómo abordar las amenazas de la virtualidad.
Un informe de Save the Children España revela que el 75% de los jóvenes españoles ha sufrido algún tipo de violencia a través de internet durante su infancia. Los menores de entre 14 y 17 años fueron el segundo colectivo que más delitos sexuales cometió en 2019. Unicef advirtió a través de su plataforma U-Report que más de un tercio de los jóvenes de 30 países habían sido víctimas de acoso en la red y uno de cada cinco había faltado a la escuela por situaciones de ciberacoso y violencia…
Estás cifras las recoge el especialista en comunicación digital Javier López Menacho en su libro La generación like. Guía practica para madres y padres en la era multipantalla (Catarata, 2021), un manual para que los padres comprendan la complejidad de ser niño o adolescente dentro de la internet en el siglo XXI, entendiendo sus beneficios pero, sobre todo, sus amenazas.
Para López Menacho la relación usuario versus plataforma es una lucha que no es igualitaria. «Por un lado está el niño o la niña con 15 años y, al otro lado del móvil, hay un ingeniero de software, gente de marketing digital, el algoritmo, ese no sé qué generando una experiencia de usuario donde tú crees que tienes el control, pero no tienes el control porque no tienes los elementos donde lo tienes que tener. Al final esos elementos están creados para terminar vendiéndote un patinete y lo consigue», afirma el autor.
Esa falta de control no solo sucede en el caso de los adolescentes, también en los adultos, especialmente en la población más mayor que creció en un entorno no virtual y sin internet y, que hoy en día, debe enfrentarse a nuevas formas de interacción para poder llegar a comunicarse. Ese analfabetismo digital que nadie ve.
Para Menacho la sociedad se ha digitalizado, especialmente después del confinamiento, y una gran parte de estas tecnológicas y quienes maneja el poder de la virtualidad desean que los analfabetos digitales tengan que pasar por el aro digital sin entender la brecha que les sucede. «Una persona de 80 años tiene que ir ahora mismo por cojones al banco y hacer la operación por un cajero. Esto está generando un quiebre social donde estás dejando pequeño náufrago a la deriva. No son capaces de hacer cosas cotidianas en su día a día porque la sociedad no tiene la responsabilidad social de crearle una vía alternativa que prescinda de la vía tecnológica. Eso es de una crueldad tremenda. Tú te has sacado el certificado digital, ¿tú has visto eso? ¿Tú crees que mi madre puede hacer eso o mi padre?». Por su puesto, la respuesta es negativa.
«Una persona de 80 años tiene que ir ahora mismo por cojones al banco y hacer la operación por un cajero. Esto está generando un quiebre social donde estás dejando pequeño náufrago a la deriva»
Las estructuras de la virtualidad son tan nuevas que la guía del autor visibiliza esa falta de prevención y de educación con respecto a las amenazas y desigualdades digitales, entendiendo que la virtualidad aunque pueda ser muy novedosa trae consigo los mismos lastres desiguales de la vida física.
Dopamina y brechas tecnológicas
«Siempre le echamos la culpa de nuestra adicción a la dopamina» afirma Menacho. Según sus investigaciones a neurólogos y especialistas científicos en el tema de las adicciones, la intervención de la dopamina en el proceso adictivo es clara, «pero lo que no es evidente es qué papel juega aunque sepamos que está en todo ese circuito neurológico». Nuestra adicción y obsesión al móvil y las notificaciones se puede deber a ella, sin embargo, aún nos falta un largo recorrido para indagar con la semilla que genera esa pulsión que podría convertirse en enfermedad, en especial, desde los primeros años de nuestra vida interactuando con un dispositivo digital. «No sabemos si la dopamina es mala. El ser humano no es tan listo todavía para determinar qué papel exacto juega en nuestros procesos de adicción a internet».
«No estamos preparados para determinar si es una enfermedad o no porque tenemos 40 años de historia tecnológica y 20 años de híper aceleración tecnológica»
Actualmente la Organización Mundial de la Salud solo afirma como adicción a internet, la que se genera con los videojuegos, sin embargo, López Menacho afirma que posiblemente esta falta de dictámenes por parte de las organizaciones se deba a la gran brecha tecnológica. Probablemente «no estamos preparados para determinar si -nuestra adicción a los dispositivos- es una enfermedad o no porque tenemos 40 años de historia tecnológica y 20 años de híper aceleración tecnológica» y en ese tiempo varias teorías se han fundamentado alrededor de las adicciones al móvil, como la negacionista, que admite se «necesita que algo pase dentro del móvil para engancharte. O sea, para tu mirar el móvil tiene que haber uno», mientras otros teóricos afirman que las adicciones son «tontería tecnológica y la gente la está liando con las tecno adicciones cuando es algo que no existe».
Otras referencias en la era del algoritmo
Aunque todos podríamos pertenecer a una generación adicta el like, los niños y adolescentes nativos digitales son los que pertenecen a este período, rodeados por pantallas, haciendo de la tecnología un modo de vida. «Son los reyes de la multipantalla y sus códigos de conducta son diferentes» afirma Menacho.
De igual forma, las conductas de esta generación también pueden provenir de las amenazas de la digitalización. En su libro palabras como grooming, FOMO, happy slapping, sexting, vamping o trolling lideran la nueva jerga para entender lo que nos produce internet. Desde el abuso digital (grooming) al mantenerse despierto y no dormir (vamping) son algunos de los términos que Menacho cree que deben conocer los padres para iniciar a tener estrategias educativas para brindar a sus hijos alternativas físicas a dichas amenazas.
«Yo no tengo nada en contra de que una referencia de un chaval sea El Rubius, pero enséñale más que eso. No sé, enséñale que nadando te lo pasas pipa. Enséñale otras realidades, así será capaz de distinguir dónde quiere estar» afirma el autor.
«Lo que mola de verdad está fuera de la pantalla»
Esa necesidad de dar a conocer las experiencias de la realidad versus la virtualidad es lo que el autor define como una sana personalidad digital. «Lo que mola de verdad está fuera de la pantalla. Besar, oler, degustar la comida, sentir el frío, tocar el agua, sentir tu propio sudor. Todo eso es lo que mola de vivir. O sea, la pantalla te puede dar ciertos placeres, pero tú no vas a tocar una piel allí, ¿no? y eso no te lo va a dar Instagram aunque tengas mil likes».
Marco de reflexión para vivir en paz con lo virtual
A partir de este amplio panorama de opiniones y estudios, Javier López Menacho crea un marco para la reflexión pero, principalmente, un marco para que se use el sentido común e «intentar convivir mejor», sea o no reconocido el dispositivo como punto de mira de la obsesión. «Si un niño tiene un problema o una niña tiene un problema, habrá que ayudarle. Lo que me interesa es que, esos seres humanos que serán los seres humanos del futuro, tengan armas para ganar su autonomía tecnológica y ser capaces de diferenciar como individuo que es bueno para ellos y que es malo dentro de lo que te muestra la tecnología».
A pesar de que La generación like. Guía practica para madres y padres en la era multipantalla refleja la lucha desigual entre el niño o el adolescente y quienes producen la tecnología –ingenieros de software hasta consultores de marketing- la clave fundamental para el autor es muy básica: entrenar desde muy pequeño el autocontrol. «La única forma de ganar la batalla tecnológica es entrenado tu autocontrol porque es la manera en la que tú eliges. Vamos a cultivar espacios colectivos y colaborativos que nos den la soberanía y el autocontrol para poder decidir» sobre otros con intereses privados.