Trump vs. Bloomberg: las cifras astronómicas de la Super Bowl más política
La retransmisión de la final del campeonato de la Liga Nacional de Fútbol Americano es el campo de batalla de los dos multimillonarios que aspiran a presidir Estados Unidos
La Super Bowl de 2020, que enfrentará en Miami a los Kansas City Chiefs y a los San Francisco 49ers, será única y no es por nada relacionado con el deporte. La política se mete de lleno, como ya ha hecho la música, en el evento deportivo más seguido de Estados Unidos –se espera que más de 20 millones de espectadores lo vean en esta edición–.
El presidente estadounidense, Donald Trump[contexto id=»381723″], y el candidato presidencial demócrata Michael Bloomberg han decidido no desaprovechar esta oportunidad extraordinaria y han comprado 60 segundos de tiempo de publicidad durante la final del campeonato de la Liga Nacional de Fútbol Americano que se celebrará este 2 de febrero, según ha hecho público el New York Times. Es un hecho sin precedentes en un evento de estas características, donde la publicidad política no acostumbra a asomarse.
Las cifras, como era de esperar, son de infarto. Según los informes, la cadena Fox, que transmitirá el partido en Estados Unidos, está pidiendo más de cinco millones de dólares por cada 30 segundos de tiempo publicitario, lo que sitúa la compra total de anuncios en más de 10 millones de dólares para cada político.
La polémica está servida y los anunciantes no quieren aparecer en pantalla junto a estos anuncios inéditos en la Super Bowl. Fox ha decidido aislar las piezas publicitarias contratadas por las campañas de Trump y Bloomberg, para que no coincidan con las de anunciantes como Doritos, Amazon o Hyundai.
El presidente de la agencia de publicidad McCann Worldgroup, Harris Diamond, ha reconocido recientemente que los anunciantes están preocupados por si su spot aparece después de un controvertido anuncio de alguno de estos dos políticos, que podría eclipsar sus esfuerzos.
Ya es complicado, de por sí, hacerse un hueco en este preciado espacio publicitario como para arriesgarse con la polarización política que reina en Estados Unidos. La cadena ha optado finalmente por programar estos anuncios –que son sin duda los que mayor expectación han generado– junto con sus autopromociones.
Se espera que el equipo de campaña de Trump estrene el suyo antes del partido, mientras que en el caso del de Bloomberg, este se emitirá por primera vez durante el medio tiempo de la final.
Bloomberg pisa el acelerador a golpe de talonario
El exalcalde de Nueva York y magnate de la comunicación es uno de los 14 candidatos que compiten por ser el abanderado demócrata en las elecciones presidenciales de este 2020. Aunque fue tardío a la hora de lanzar su carrera presidencial –lo hizo en noviembre–, Bloomberg es uno de los candidatos más destacados, especialmente porque su potente músculo financiero le ha permitido costear su propia campaña.
Bloomberg ha gastado más en publicidad digital y televisiva que cualquier otro candidato. Solo en la primera semana de campaña se gastó 57 millones de dólares, y hasta ahora lleva gastados casi 170 millones, según estimaciones de la firma especializada Advertising Analytics. Esta firma predice además que Bloomberg podría gastar hasta 400 millones en anuncios durante los próximos meses, cruciales para las primarias.
Some perspective on @MikeBloomberg's spending total compared to the rest of the Dem primary field. Totals include all traditional spending + Facebook and Google. #Election2020 pic.twitter.com/S03cou4nJH
— AdImpact Politics (@AdImpact_Pol) January 14, 2020
En marzo de este año se celebrará el supermartes, una jornada esencial por la gran cantidad de estados en los que se celebran primarias, y Bloomberg está pisando el acelerador a golpe de talonario antes de que llegue ese día.
El patrimonio neto del exalcalde de Nueva York es de 52.000 millones de dólares, según la revista Forbes, por lo que es 17 veces mayor que el de Trump. El actual presidente, aunque no tenga tanto dinero como su rival más directo, contraataca y lo hace en un marco perfecto para ello: la Super Bowl. Solo los el tiempo –de aquí a noviembre– dirá quién gana esta multimillonaria batalla política.