Tintos reservas, vinos clásicos de Rioja
Son muchas las bodegas que prefieren no estar condicionadas en cuanto a los tiempos de crianza de sus vinos
Categoría reconocida en los mercados, son muchos los riojanos con el apellido ‘reserva’ en sus etiquetas, pero también otros tantos los que optan por prescindir de él.
Siendo verdad que la figura «reserva» ha sido siempre entendida como sinónimo de buen vino, en este momento es mayor su fuerza ante el consumidor foráneo que el nacional. Los tiempos cambian y esos públicos también. No obstante, en algunos territorios los vinos de reserva son parte de su identidad y la defienden a capa y espada porque además cuentan con el beneplácito de los mercados.
Rioja es sin dudarlo la denominación de reservas y grandes reservas. Aunque al mismo tiempo son cada vez más, como sucede en otras zonas vinícolas española, los elaboradores que deciden que sus vinos salgan como genéricos, renunciando al apellido «reserva» aunque a priori lo pudieran ser por la crianza que tienen. Una decisión que les exime de los requisitos que impone la normativa existente para poder ser identificados como tal, sin olvidar que cada denominación tiene la propia.
Según la clasificación oficial del Consejo Regulador de la DOCa Rioja, los tintos reservas son «vinos con una crianza mínima de tres años entre barrica de roble de 225 litros y botella. En ese tiempo, al menos un año ha permanecido en barrica, seguido de un envejecimiento mínimo en botella de 6 meses. En el caso de vinos blancos y rosados el período de crianza es de 2 años, de los cuales por lo menos medio están en barrica».
Conocida la norma, son muchas las bodegas que prefieren no estar condicionadas por corsé alguno en cuanto a los tiempos de crianza de sus vinos, que deciden en función de cómo haya sido la añada. Y además, se apoyen en un argumento incontestable: la mayor o menor calidad de un vino no depende sólo de su envejecimiento. Pero dicho es también incuestionable el nivel que tienen bastantes de los reservas (etiquetados) que se elaboran en el territorio riojano y se cuentan entre sus grandes abanderados. Y esta selección es una buena representación tanto de la categoría como de un estilo de vino.
Marqués de Murrieta Reserva 2018 (22,50 €)
Se cuenta entre los tintos riojanos de referencia pues cuenta con el aval del público y de la crítica. Procede de una selección de viñedos de la Finca Ygay, propiedad de la familia (Cebrián-Sagarriga), y está elaborado con un 86% de tempranillo que se completa con graciano (8%), mazuelo (4%) y garnacha (2%). Ha tenido una crianza de 21 meses en barricas de roble americano y resulta un tinto fino y complejo al mismo tiempo. Estructurado y expresivo en aromas, con notas de frutas del bosque, especias y frescos balsámicos. Boca con cuerpo, elegante, y paso fluido y con recorrido. Muy sabroso y aclamado añada tras añada.
Marqués de Riscal Reserva 2019 (16,90 €)
Otra bodega con historia, relevancia y mucho peso en la zona, localizada en Elciego, en la parte alavesa de la denominación riojana. Con un amplísimo repertorio de elaboraciones en su botellero este reserva es uno de sus buques insignia (de los tintos más conocidos del país), elaborado con tempranillo y graciano (nunca más del 10%) de suelos arcillo-calcáreos de la Rioja Alavesa, y también con 21 meses en roble americano. Un buen representante del clasicismo riojano, fino y con frescura, con destacadas notas de fruta roja en confitura, fruta en sazón, especias, y recuerdos de cueros en el fondo. En la boca resulta amable, con buena presencia frutal, acidez y fluidez en el paso. Es una botella asociada desde sus inicios a la malla metálica que la envuelve.
RODA 2019 Reserva (31,50 €)
De las bodegas más «jóvenes» asentadas en el Barrio de la Estación de Haro (La Rioja), ¡aunque van camino de los cuarenta!, y que han situado sus reservas (Roda y Roda I) en la gama top del panorama vinícola español, convertidos ya en icónicos. El RODA seleccionado es un tempranillo de viñas viejas con un poquito de graciano y garnacha, fermentado en roble francés y con una posterior crianza de 14 meses en barricas también francesas a lo que han seguido 30 meses en botella. Un vino intenso en nariz, con el que muestran el perfil más fresco del tempranillo y en el que destacan las frutas rojas (mientras en Roda I lo hacen las negras), aunque en esta añada son algo más maduras, hierbas aromáticas y especias dulces. Volumen en la boca, con equilibrada frescura, vivo tanino (lo que le augura vida por delante) y gran persistencia.
Muga Reserva Selección Especial 2019 (31,50 €)
Los tres reservas que siguen también habitan en el Barrio de la Estación, y es que son emblemáticas las casas que conforman el vecindario. Ahí está Muga, otra firma histórica, reconocida, y con este «Reserva Selección Especial» entre sus grandes vinos. Elaborado con tempranillo, garnacha tinta y graciano, está fermentado en depósitos de roble y ha tenido una crianza posterior de 26 meses en barricas de roble francés de su propia tonelería. Un tinto con aromas intensos de frutillos negros, especias dulces y leves notas de monte bajo. Boca con cuerpo, de textura amable y buena frescura, con un largo paso y potencial de crecimiento en la botella.
Viña Ardanza Reserva 2016 (26 €)
La Rioja Alta, otro de los destacados vecinos de La Estación de Haro, con más de cien años de historia (data de 1890), ha convertido este Viña Ardanza en uno de los reservas de referencia entre las elaboraciones riojanas. Tempranillo con un 20% de garnacha, dos variedades que hacen la crianza por separado en barricas americanas: 36 meses el tempranillo y 30 la garnacha. Es después cuando se mezclan para el embotellado, donde ha estado unos tres años antes de salir a la venta. El resultado, un tinto complejo en nariz, expresivo, con aromas de fruta sazonada, notas especiadas, recuerdos de tabaco y bombón de licor. Sabroso, estructurado, equilibrado, fresco, con un final largo donde se perciben recuerdos de la crianza.
Viña Tondonia Reserva 2011 (38, 50 €)
Y en la puerta de enfrente, en ese mismo Barrio, se sitúa la también histórica López de Heredia Viña Tondonia, otra firma familiar de larguísima trayectoria y con varias de sus elaboraciones aclamadísimas. Y sin duda máximo representante del auténtico clasicismo riojano. Su principal seña de identidad, la larga crianza que dan a los vinos y para muestra este reserva, con la añada 2011 en el mercado. Una combinación de 70% tempranillo, 20% garnacha y 10% entre graciano y mazuelo de sus propios viñedos, fermentado en tinos de madera y con seis años de crianza en barrica que después completan con la botella. Es la razón por la que al principio los aromas de la madera sobresalen pero basta con dejarlo airear un poquito. A partir de aquí, notas de panadería, tostadas, aromas especiados y fruta en confitura (naranja). En la boca mantiene acidez, es suave y tiene un paso fluido y aromático.
LOS VINOS SELECCIONADOS RESPONDEN EXCLUSIVAMENTE A UN CRITERIO PROFESIONAL Y DE CALIDAD. EN CUANTO A SUS PRECIOS, SON ORIENTATIVOS