Cinco vinos tintos del Priorat con sus uvas principales (garnacha y cariñena)
Territorio tarraconense con una orografía de vértigo, en la mineralidad de sus suelos de pizarra tiene otra de sus señas
El Priorat, como denominación de origen, comparte la sierra del Montsant (Tarragona) con la otra denominación de esta zona, Montsant. Ambas abrazan la misma montaña, un territorio abrupto, marcado por la mineralidad de sus suelos, con viñedos de vertiginosa inclinación en determinados lugares y razón por la que aquí se habla de viticultura heroica dado lo complicado que resultan los trabajos de campo. Sin duda espectacular, la historia vitícola del Priorat parte de la abadía de Scala Dei, donde los monjes cartujanos introdujeron el cultivo de la vid a partir del siglo XII. Un relato histórico compartido con la DO Montsant, dada su vecindad.
Más allá del prestigio que continúa disfrutando, es verdad que ya pasó el tiempo en que esta denominación estaba en boca de todos por los vinos que allí se empezaron a elaborar y sobre todo por quienes los elaboraban y siguen haciéndolo. Unos pocos años de enorme éxito que se tradujo en altísimos precios y razón por la que, pasado aquel ‘subidón’ (sobre todo por el eco de la crítica), las bodegas tuvieron que adaptarse a la realidad de los mercados para no perder comba. O lo que es lo mismo, continúan haciendo esos vinos que se mantienen en lo más alto del escalafón vinícola pero también se ajustaron un poco los precios y, en general, empezaron a salir ‘hermanos pequeños’ de esas mismas casas más accesibles al público en general.
De vuelta a aquellos exitosos comienzos, la fama del Priorat se debe al prestigio alcanzado por los bodegueros que desde finales del siglo pasado se fueron instalando en la zona atraídos por los suelos en terrazas de licorella (pizarra), pobres es materia orgánica, sobre los que se asientan los viñedos. Condiciones sumadas a un clima mediterráneo especialmente seco que imprimen características muy particulares a los vinos en los que son mayoritarias las uvas tintas garnacha y cariñena (también conocida como mazuelo), ambas principales en la denominación para hacer tintos. Vinos que protagonizan esta selección. Cinco etiquetas en las que predominan esas variedades autóctonas, reflejan el territorio del que proceden y cuyos precios hacen de ellos una buena opción para una primera toma de contacto con el Priorat.
Cinco vinos tintos del Priorat
Camins del Priorat 2022
Precio: 25,5 euros
De Álvaro Palacios, uno de los más mediáticos nombres (referente de nuestra enología) y bodegas de más reconocimiento de la zona, y este tinto el más asequible de todos los que elabora en el Priorat. La combinación de uvas es extensa: 54% garnacha, 15% cabernet sauvignon, 11% cariñena, 10% syrah, 6% merlot y un 4% de otras. Luego, fermenta en tinas de cemento y madera, y tiene una posterior crianza de cuatro meses en tinas y barricas. Un tinto muy frutal (fruta roja), con buena acidez, volumen, frescura, recorrido y un toque goloso que lo convierte en una estupenda puerta de entrada para quien quiera conocer las otras tantas etiquetas que Palacios firma en este territorio. Salen cerca de 200.000 botellas por añada. A partir de aquí, la producción disminuye a medida que aumenta el precio del vino… Recordemos que el ‘grande’ de la casa, mundialmente conocido, es L’Ermita (una referencia a partir de 1.800 euros), un vino que sin lugar a dudas ha contribuido a la fama y prestigio de este territorio.
Salmos 2020
Precio: 26,5 euros
En su caso se trata del buque insignia de la Familia Torres en Priorat. Se trata de una combinación de cariñena, garnacha negra y syrah de viñas propias en terrazas, con una crianza de 14 meses en barricas de roble francés, y primer vino que hizo ‘la Familia’ en este territorio (año 2005). Una etiqueta con la que rinden homenaje a los monjes cartujos que, en 1095, llegaron al Priorat e iniciaron el cultivo de la vid en esos escarpados suelos de licorella. Expresivo, aromático, potente. En nariz predomina la fruta madura (en confitura) y la nota mineral que imprime esa pizarra. Boca sabrosa, redonda, de paso amable, fluido y persisente.
Scala dei Cartoixa 2020
Precio: 35 euros
Cellers de Scala Dei fue fundada por los Cartujos en el siglo XII por lo que es una de las bodegas pioneras en la zona, y al frente de sus vinos está el también reconocido enólogo Ricard Forés. Este Cartoixa, cuyo nombre responde al lugar en el que se localizan las viñas (y donde ya cultivaron aquellos monjes), es una combinación de garnacha tinta con un 20% de cariñena de más de sesenta años. Plantadas en terrazas, son uvas seleccionadas de las mejores parcelas que rodean el pueblo de Escaladei. Tiene una crianza de 18 meses, y el resultado es un vino elegante y expresivo, con aromas de frutas negras maduras, hierbas aromáticas, especias, recuerdos florales y minerales. Corpulento en boca, marcado por la mineralidad, con viveza frutal y largo en el paso.
Ritme Negre 2021
Precio: 15 euros
Ritme Celler es uno de los proyectos más jóvenes de la zona (en marcha desde 2010), propiedad del enólogo Albert Jané y quien reivindica el empleo de las variedades autóctonas y de los sistemas de elaboración tradiciones. Este vino se compone de un 55% de garnacha negra y un 45% de cariñena de viñas plantadas en suelos de pizarra. Tiene una crianza de diez meses en barricas francesas. Muestra aromas de frutillos rojos, flores azules, caramelo de fresa, notas balsámicas y de grafito (mina de lápiz). Fresco, carnoso, jugoso.
Embruix de Vall Llach 2021
Precio: 22 euros
Este vino se puede considerar la punta de lanza de esa ‘segunda’ gama de elaboraciones pensadas para que el Priorat llegase a todos los públicos. De la bodega que tiene al frente al cantautor Vall Llach, copropietario de la misma (Celler Vall Llach), data de principios de los noventa aunque hasta finales de la esa misma década no saldría a la venta su primera cosecha. Y este tinto es una mezcla de las viñas más jóvenes de garnacha y carineña (27% y 21% respectivamente) a las que incorpora un 28% de merlot, 12% de syrah y otro 12% de cabernet sauvignon. Envejece durante 8 meses en barricas francesas de distintos tamaños. Aromas de fruta negra madura, especias, balsámicos, hojas secas y notas ahumadas. Potente en boca, sabroso, vivo y frutal.
Los vinos seleccionados no responden a interés comercial alguno sino a un criterio profesional y de calidad.