Frutas liofilizadas, proceso de elaboración, beneficios y recetas
Las frutas liofilizadas aportan creatividad y color a los platos
Las frutas liofilizadas han ganado popularidad en los últimos años debido a su versatilidad en la cocina y sus numerosos beneficios nutricionales. Las frutas liofilizadas no solo ofrecen una opción saludable y deliciosa, sino que también aportan creatividad y color a tus platos. Incorporarlas en tu dieta puede ser una manera excelente de disfrutar de sus beneficios nutricionales y su sabor concentrado en cualquier momento del año.
Proceso de liofilización
La liofilización es un método de deshidratación que conserva las propiedades organolépticas y nutricionales de las frutas. Este proceso consta de tres etapas principales: una primera etapa de congelación en la que las frutas frescas se congelan rápidamente a temperaturas muy bajas, con lo que se cristaliza el agua contenida en ellas. Otra fase de sublimación en la que, el agua congelada se elimina directamente en forma de vapor mediante un proceso de baja presión en una cámara de vacío. Este paso es crucial porque permite que las frutas mantengan su estructura celular y, por lo tanto, su textura y sabor originales. Finalmente, durante la desorción se elimina el agua residual a través de una fase de secado adicional, asegurando que las frutas queden completamente deshidratadas.
Beneficios de las frutas liofilizadas
Las frutas liofilizadas ofrecen múltiples beneficios para nuestra salud: este tipo de furtas conservan todos sus nutrientes, ya que a diferencia de otros métodos de deshidratación, la liofilización preserva la mayoría de las vitaminas y minerales. Esto se debe a que el proceso evita la degradación térmica de los nutrientes sensibles al calor. Por otra parte, al eliminar casi toda el agua, las frutas liofilizadas tienen una vida útil prolongada sin la necesidad de conservantes, por lo que pueden almacenarse durante años sin perder su calidad.
Además, también destacan por su versatilidad en la cocina, puesto que estas frutas pueden rehidratarse y usarse como si fueran frescas o consumirse directamente como snacks crujientes. Su textura y sabor concentrado las hacen ideales para una amplia gama de recetas culinarias. Por último, debido a su peso ligero y compactibilidad, son fáciles de almacenar y transportar, lo que las hace perfectas para llevar en actividades al aire libre o viajes.
Recetas con frutas liofilizadas
1. Smoothie de frutas liofilizadas
Son necesarias una taza de fresas liofilizadas, un plátano, una taza de yogur natural, media taza de leche (puede ser vegetal) y miel al gusto. Para prepararlo, hay que rehidratar las fresas liofilizadas en un poco de agua durante cinco minutos. En una licuadora, combina las fresas rehidratadas, el plátano, el yogur, la leche y la miel, licúa hasta obtener una mezcla homogénea. Se sirve frío y para desayunar.
2. Granola con frutas liofilizadas
Los ingredientes necesarios son: tres tazas de avena, media taza de almendras, media taza de miel, un cuarto de taza de aceite de coco, una taza de frutas liofilizadas (fresas, arándanos y mango). Para hacer nuestros propios cereales o granolas, precalienta el horno a 180°C. En un tazón grande, mezcla la avena y las almendras. Calienta la miel y el aceite de coco hasta que se derritan y combínalos con la mezcla de avena. Extiende la mezcla en una bandeja para hornear y hornea durante 20-25 minutos y removiendo ocasionalmente hasta que esté dorada. Deja enfriar y añade las frutas liofilizadas. Y guarda en un recipiente hermético.
3. Bizcocho de frutas liofilizadas
Este bizcocho lleva 200 gramos de harina,150 gramos de azúcar, tres huevos, 100 gramos de mantequilla derretida, una cucharadita de polvo de hornear y una taza de frutas liofilizadas. Hay que precalentar el horno a 180°C y engrasar un molde para bizcocho. En un tazón, bate los huevos con el azúcar hasta que estén esponjosos. Añade la mantequilla derretida y mezcla bien. Tamiza la harina y el polvo de hornear, e incorpóralos a la mezcla de huevos. Añade las frutas liofilizadas y mezcla suavemente. Vierte la masa en el molde y hornea durante 35-40 minutos o hasta que un palillo salga limpio al insertarlo en el centro. Y deja enfriar antes de desmoldar.