THE OBJECTIVE
Gastronomía

Locales recomendables para un aperitivo castizo e incluso canallita

Madrid es una ciudad en la que el aperitivo es tradición, por lo que en la oferta hay direcciones para toda clase de público

Locales recomendables para un aperitivo castizo e incluso canallita

Algunos de los encurtidos de los que se puede disfrutar en Hermanos Vinagre.

Forma parte de nuestra cultura y es de las prácticas más apetecibles cuando contamos con tiempo, sin prisas. O lo que es lo mismo, por lo general un disfrute de fin de semana. Quedadas distendidas a pie de barra para abrir boca antes del almuerzo o, directamente, hacer de ese encuentro que comienza con unas tapitas ligeras una comida informal porque es fácil que se vaya alargando sin planificarlo. Asociado el aperitivo con la hora del vermú, esta también castiza bebida ha ido perdiendo el protagonismo porque se fueron incorporando las cañas y los vinos, unos y otros responsables al final de convertir ese relajante rato para el aperitivo en un momento con espacio para unos primeros bocados, si bien inicialmente frugales, para que cualquiera de los líquidos entrara mejor y así se consumiera más.

Porque lo de tomar algo antes de comer se remonta a épocas pasadas, y el término «aperitivo» proviene del latín aperire que significa abrir, es decir, abrir boca antes de comer. Es como entraron con fuerza a mediados del siglo XIX las bebidas previas al almuerzo y que a día de hoy son de lo más variadas porque ahí se impone el gusto: los hay que tiran de gin tonic, cual british; los que prefieren un champagne o un generoso; si bien el vermú es lo más tradicional junto a una cervecita bien tirada y por supuesto unos vinos por copas. Cualquiera de ellos, en origen un alcohol a palo seco que requería un acompañamiento sólido, razón por la que tapeo y aperitivo se han convertido en dos conceptos indisolubles. Con el añadido de que las alternativas son infinitas y la mayoría apetecibles. 

Alternar de bar en bar, una navaja aquí, pedir unas bravas allí, disfrutar una buena conserva de mejillones en otro lado, unos embutidos, un poco de queso, una fritura… Al final, una forma de arrancar un gustoso mediodía hasta superar la hora del almuerzo. Y es Madrid una plaza para disfrutar del aperitivo en toda regla, porque en cualquier barrio cuentan con bares de referencia para practicarlo. Una oferta por eso inabarcable y razón por la que hoy reparamos en algunos de los lugares más nuevos, de los que muchos hablan, junto a algunas de las casas más famosas de la ciudad. Seis direcciones para un aperitivo en condiciones.

Hermanos Vinagre

Entregados al aperitivo más reconocible y las buenas conservas desde sus inicios (mejillones, anchoas, berberechos, boquerones…), el enorme éxito que han tenido desde sus inicios les ha llevado a sumar ya cuatro direcciones en la capital (Cardenal Cisneros 26, Argumosa 12, Gravina 17 y Narváez 58). Bares de tapas sencillos, con sillas a pie de barra y mesas altas, y buena materia prima en el origen con la que ofrecen una cocina popular donde no faltan la fritura, las gildas, encurtidos, los guisos populares o algún embutido rico, salazones, entre otras tantas opciones apetecibles porque cualquier cosa que pidas está elaborada in situ. Vermú de creación propia, con patatas fritas recién preparadas para ir abriendo boca y así es como te animas con una segunda consumición y vas probando, te vas enganchando… y acabas comiendo. Imprescindible para los aficionados al escabeche y a los ahumados

Interior del local de Hermanos Vinagre ubicado en Cardenal Cisneros.

Taberna La Mina

En el corazón de Chamberí (General Álvarez de Castro, 8) La Mina abría sus puertas en 1949, por lo que es una institución en el castizo barrio donde las cañas bien tiradas junto a unas gambas a la plancha son un buen punto de partida. En el repertorio culinario hay croquetas caseras, pinchos morunos, otro de sus recomendados por el adobo que llevan (receta secreta de la casa), embutidos, boquerones, lacón a la gallega, conservas… Al frente se encuentra el nieto del fundador y es punto de encuentro de parroquianos de siempre, los vecinos del barrio, con los muchos visitantes que recibe atraídos por el nivel de sus aperitivos. Buen servicio, estupendo ambiente y terraza completan la propuesta, por si algo faltaba.

La Gildería

Con su nombre no hay lugar a dudas de lo que hay que probar en esta casa. Abierta en lo que fue un mítico de la fritura en Madrid, Mesón la Paloma (Calatrava, 17), y aires de antaño que han respetado, desde hace tres años es un bar renovado cuyo reclamo son las gildas y con ello La Gildería ya atrae a infinidad de peregrinos foodies. Es la propuesta de dos jóvenes emprendedoras, Yajaira Malavé y Cristina Bonaga, que han optado por ofrecer gildas de cantidad de sabores, tipos y tamaños. Aunque en su carta incluyen pinchos, encurtidos, conservas… Y parece que la idea funciona porque desde este verano tienen una segunda dirección en Trafalgar, 15 (Chamberí).

Bodegas El Maño

Entre los clásicos por la historia que ya acumula está El Maño (Palma, 64). Data de 1927 y se cuenta entre los imprescindibles si uno anda ‘bareteando’ por el centro madrileño y alrededores. Tradición en el contenido y en el continente, donde no faltan la barra de mármol o los ventiladores giratorios de antes. Les gusta incidir en que la suya es una cocina española a la que se mantienen fieles. La ensaladilla es obligada, y luego preparan bravas, croquetas de jamón, huevos rotos, hay gildas, frituras variadas… Otro lugar donde es fácil llegar a la sobremesa. 

Interior de Bodegas El Maño.

Bar Manero

De los más ‘nuevos’ en llegar a Madrid, si bien ya son algunos años los que tiene de vida, y en este corto periodo son muchos los que lo han visitado e incluido entre sus favoritos. Manero, en Claudio Coello, 3, tiene su local de tapas «made in Spain», como adelantan. El espacio por adelantado que merece visita por bonito, un viaje al pasado que recuerda a los restaurantes europeos de otro siglo. Para el momento del disfrute, cantidad de vinos por copas, vermú por supuesto, y una extensa oferta expuesta en las vitrinas de la barra. Tortilla, callos, ensaladilla, berberechos, croquetas, albóndigas, salazones, ibéricos, conservas… pero si está por la labor, también caviar u ostras. 

Barra del Bar Manero.

Bar Cruz-La Casa de las Navajas

Y terminamos en otro clásico entre los clásicos en la popular Plaza de Cascorro (número 19), en pleno Rastro dominical. Ambas excusas perfectas para acercarse a la zona. Casa de la Navajas data de los años setenta, y de entonces la barra de acero inoxidable, y al frente la misma familia. Cañas bien tiradas, por lo que también se reconocen, y las navajas a la plancha que incluyen en su nombre. Reclamos con los que se llenan los fines de semana y lugar de entre los más castizos de la ciudad. Para completar, recomendables los champiñones rellenos, las bravas con salsa propia, caracoles, zamburiñas, croquetas, sardinas… Otro para tapear con enjundia en un barrio con mucho sabor, historia y arte.

Exterior del Bar Cruz.

LOS LOCALES REFERIDOS RESPONDEN EXCLUSIVAMENTE A UN CRITERIO PROFESIONAL Y DE CALIDAD

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D