Cinco vinos de albariño en buen momento de forma
Con diversidad de crianzas su posterior reposo en la botella también contribuye a este momento en el que se encuentran

Imagen del paisaje Mar de Frades.
Lo hemos contado en alguna ocasión por estas fechas, dada la acidez que identifica a la uva blanca albariño, el paso del tiempo le sienta como un guante a los vinos que con esta variedad se elaboran en Rías Baixas. Un tiempo que puede trascurrir de distintas formas y en depósitos de diversa índole, aunque abundan los de acero inoxidable.
Entre las cinco referencias que aquí reunimos hay casos diferentes, pero las cinco listas para ser disfrutadas tras reposar varios meses en el botellero antes de salir a la venta. Junto a la inicial frescura y viveza que les proporciona la marcada acidez de la variedad, esta
característica les confiere una estupenda capacidad de evolución (longevidad) de manera que cuando empiezan a pasas los meses las notas punzantes se van calmando, favoreciendo una mayor complejidad, un más amplio repertorio de matices aromáticos y gustativos y con ellos sensaciones más amables.
Pero en ninguno, casi sin perder frescor y con ello su principal virtud, pues no se dispone de ella con facilidad en todas las zonas vitícolas del país. Es además esa acidez la que ha convertido en el principal aliado de estos vinos, que en numerosos casos no tocan madera en ningún momento, sino que se sirven del contacto con las lías para ganar volumen y untuosidad.
Estos cinco blancos son un gran ejemplo, en un extraordinario momento de consumo, pero también vinos que podrán sorprender otros tantos meses después.
Lusco Albariño 2023 (17,89 euros)
Salvaterra do Miño es el municipio pontevedrés en el que se sitúa Pazos de Lusco y es este su blanco joven con una crianza de seis meses sobre lías (en inoxidable), procedente de viñas de la sub zona del Condado de Tea, una de las tres que conforman la denominación Rías Baixas. Una referencia que no defrauda con el paso de las añadas porque mantiene una buena regularidad. Intenso en aromas, con notas de fruta blanca (melón, manzana) cítricos (pomelo), aromas florales, propios de la variedad, y recuerdos herbáceos. Boca equilibrada, con buena frescura, sápido y sensación cítrica en el paso por la que apetece repetir.

Finca Valiñas 2020 (34 euros)
Va a ser el menos joven de la terna y es uno de los vinos de finca de la conocidísima bodega Mar de Frades (nombre que comparte con su albariño del año y también el más popular). Proceden de viñas situadas en un anfiteatro frente a la Ría de Arousa, su viñedo más emblemático y lugar en el que se sitúa además la bodega. Aquí el albariño nace sobre suelos de arenisca y granito. Tras la fermentación trabajan durante dos años con las lías en depósitos de acero inoxidable, y luego el vino ha reposado un año más en la botella antes de salir a la venta. Un blanco intenso en aromas con notas de fruta carnosa, fruta tropical, aromas balsámicos y fondo cremoso. En la boca es jugoso, con una viva acidez cítrica y salino, reflejo de su lugar de origen. Valiñas es una producción limitada como los otros dos vinos de finca que elabora la casa.

Do Ferreiro Cepas Vellas 2023 (36 euros)
Un muy buen representante de la zona es la bodega familiar Gerardo Méndez, con larga tradición vitivinícola en el corazón del valle del Salnés -la subzona principal de Rías Baixas- y casa que dispone de uno de los mejores viñedos emparrados de albariño de uvas centenarias, algunas con más de dos siglos a sus espaldas sobre suelos arenosos con roca granítica. Con ellas se elabora este Cepas Vellas (lo que en gallego significa eso, “cepas viejas”), uno de los mejores albariños de la zona. Para la crianza reposa sobre sus lías en depósitos de acero inoxidable en torno a un año. Al final un blanco fino, elegante, con claras notas frutales, cítricas y minerales. La boca es carnosa, fresca, amplia y persistente en el paso. Una elaboración de producción limitada y larga vida por delante.

Pazo Baion 2023 (20 euros)
También en el valle del Salnés el Pazo Baion es un lugar con cinco siglos de historia, patrimonio cultural e histórico, rodeado de una amplia extensión de viñas sobre suelos graníticos que alcanza las 22 hectáreas y propiedad, desde hace 17 años, de la bodega Condes de Albarei. Esta finca está destinada a la elaboración de los albariños más importantes de la casa y salen al mercado bajo la marca Pazo Baion pues sólo llevan uva de este lugar. El blanco recomendado tiene una crianza de seis meses con sus lías en depósitos de inoxidable. Tiene intensidad aromática, con notas de flores blancas, fruta fresca, cítricos y recuerdo mineral. Con amplitud en la boca, estupenda frescura, sápido y final amargo que alarga el recorrido.

Albariño de Fefiñanes 2024 (19,50 euros)
Bodegas Palacio de Fefiñales es un conjunto histórico y emblema del pueblo pontevedrés de Cambados, vinculado a la elaboración de vinos a través de varias generaciones familiares pues sus comienzos se sitúan en el siglo XVII aunque son cientos de años después, concretamente en 1928, cuando se crean y registran la marca y la etiqueta Albariño de Fefiñanes. Es el año de la primera cosecha y por eso uno de los primeros vinos gallegos que se comercializó bajo una marca y una imagen. Este vino es el estandarte de la casa, en una botella inconfundible y con el mismo diseño de etiqueta desde aquella primera añada. En su caso terminamos con el más joven de esta representación que es también la elaboración más joven de la bodega. Tras varios meses de reposo y una leve participación de las lías resulta este albariño con intensos aromas de fruta fresca, herbáceos, cítricos y de flores blancas. Muy fresco, sabroso, con cuerpo y un amargor que permanece hasta el final. La vital acidez que muestra le asegura muchos meses de desarrollo y crecimiento.

[Los vinos seleccionados no responden a interés comercial alguno sino a un criterio profesional y de calidad]