Contratan en los Juzgados de Madrid a un traductor de árabe que no habla árabe
Este periodista cuenta con todo lujo de detalles el proceso que siguió para “infiltrarse” como traductor en unos Juzgados, con el ánimo de denunciar dos situaciones: la pobre exigencia por parte de los que contratan a este tipo de profesionales, y la precaria situación que éstos viven. La empresa subcontratada Seprotec, encargada de el contrato de traductores e intérpretes para los juicios, contó con él sin comprobar sus habilidades y conocimientos. Según él, la empresa «nombra a cualquiera en una tarea en la que está en juego nada menos que la libertad de las personas”. Esta es una situación conocida por secretarios judiciales, transcriptores y jueces, que reconocen la falta de cualificación de los traductores. La consejería de Justicia de la Comunidad de Madrid defiende que Seprotec ofrece un buen servicio seleccionando a los mejores profesionales. La jueza Pilar de Luna fue la primera en denunciar la situación: “Que un acusado no tenga el derecho de contar con un buen intérprete es una vulneración a los derechos más básicos”.
La calidad y eficacia de la Justicia española siempre están en entredicho, sea por los largos retrasos de los procesos judiciales o por el escaso personal del que disponen algunos juzgados. Ahora el periodista David Placer cuenta cómo pudo acceder a ser traductor e intérprete de árabe en un Juzgado de Madrid sin hablar una sola palabra de este idioma.
Este periodista cuenta con todo lujo de detalles el proceso que siguió para “infiltrarse” como traductor en unos Juzgados, con el ánimo de denunciar dos situaciones: la pobre exigencia por parte de los que contratan a este tipo de profesionales, y la precaria situación que éstos viven. La empresa subcontratada Seprotec, encargada de el contrato de traductores e intérpretes para los juicios, contó con él sin comprobar sus habilidades y conocimientos. Según él, la empresa «nombra a cualquiera en una tarea en la que está en juego nada menos que la libertad de las personas”. Esta es una situación conocida por secretarios judiciales, transcriptores y jueces, que reconocen la falta de cualificación de los traductores. La consejería de Justicia de la Comunidad de Madrid defiende que Seprotec ofrece un buen servicio seleccionando a los mejores profesionales. La jueza Pilar de Luna fue la primera en denunciar la situación: “Que un acusado no tenga el derecho de contar con un buen intérprete es una vulneración a los derechos más básicos”.