El zika en Río 2016: ¿se están anteponiendo los intereses millonarios a la salud de los atletas?

A dos meses del inicio de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro cada vez son más las voces críticas que piden la suspensión o el cambio de sede por el riesgo sanitario y la amenaza del Zika. El último deportista en alertar de los riesgos de unos Juegos en Brasil ha sido el baloncestista Pau Gasol, que está valorando si acudir o no a la cita olímpica. Del lado de la ciencia, 170 científicos de al menos 15 países han firmado una carta en la que alertan a la OMS y al COI del peligro de dispersión de la enfermedad por todo el mundo.

«Abres la posibilidad de que una persona de cualquier lugar se infecte. Al regresar a su país, los mosquitos locales puede que transmitan la enfermedad», opina en El País el epidemiólogo canadiense Amir Attaran, el primer firmante de la carta dirigida a la OMS y al Comité Olímpico Internacional. El catedrático concluye que los Juegos tienen que ser aplazados y advierte de que las medidas de control de la plaga no son suficientes. El experto en eventos deportivos, Lee Igel, que también rubrica la carta, considera que «una ciudad que se enfrenta a problemas económicos, sociales y políticos plantea un problema de salud pública muy significativo». Por su parte, la OMS ya ha dejado claro que no se cancelarán los Juegos al no haber una justificación de salud pública.

Gasol no ha sido el único deportista que ha alzado la voz por la falta de seguridad de los aficionados y deportistas, la futbolista americana Hope Solo dice que no iría si se celebrasen a día de hoy. También ha renunciado el golfista Marc Leishman, y el jugador de la NBA Carmelo Anthony y la tenista Serena Williams han expresado su temor. Un ex deportista como el brasileño Rivaldo también alerta del peligro de la violencia y aconseja no acudir a Río. «Aquí estarás corriendo riesgo de muerte”, dijo categórico.