Sigue impune la violación colectiva a una menor que conmociona a Brasil
En sus primeras declaraciones, la víctima ha asegurado que no le «duele el útero», sino «el alma porque existen personas tan crueles que son impunes». La joven de 17 años también declaró en una entrevista con el periódico de Río O Globo que se siente como «un pedazo de basura». La policía ha interrogado a cinco personas, entre ellas al dueño de la cuenta de Twitter que publicó el vídeo, pero de momento no ha procedido a ninguna detención. El suceso ha levantado una oleada de protestas e indignación entre los ciudadanos de Río de Janeiro, que el domingo salieron a la calle al grito de «Cuando digo no, es no» y «no a la cultura de la violación». Las violaciones y agresiones sexuales se suman a la ristra de polémicas que atesora un país inmerso en una profunda crisis económica, sanitaria y política. De acuerdo con datos del Foro Brasileño de Seguridad Pública (FBSP), una mujer es violada cada once minutos en el país y 47.636 personas sufrieron una agresión sexual en 2014.
Reuters
Un nuevo escándalo ensombrece a la otrora potencia emergente. Cinco días después de la difusión de un vídeo en el que aparecía una menor desnuda y semiinsconciente rodeada de una treintena de hombres que le insultaban y se jactaban de haberla violado la policía de Brasil no ha detenido a nadie. La Policía Civil de Río de Janeiro admitió que existen “indicios” de la violación colectiva, pero todavía faltan pruebas para acusar a los presuntos responsables de los hechos. La sensación de impunidad ha encendido a los brasileños, que han salido a la calle para pedir justicia.
En sus primeras declaraciones, la víctima ha asegurado que no le «duele el útero», sino «el alma porque existen personas tan crueles que son impunes». La joven de 17 años también declaró en una entrevista con el periódico de Río O Globo que se siente como «un pedazo de basura». La policía ha interrogado a cinco personas, entre ellas al dueño de la cuenta de Twitter que publicó el vídeo, pero de momento no ha procedido a ninguna detención. El suceso ha levantado una oleada de protestas e indignación entre los ciudadanos de Río de Janeiro, que el domingo salieron a la calle al grito de «Cuando digo no, es no» y «no a la cultura de la violación». Las violaciones y agresiones sexuales se suman a la ristra de polémicas que atesora un país inmerso en una profunda crisis económica, sanitaria y política. De acuerdo con datos del Foro Brasileño de Seguridad Pública (FBSP), una mujer es violada cada once minutos en el país y 47.636 personas sufrieron una agresión sexual en 2014.
