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Hospital venezolano manda a sus pacientes a curarse en Brasil

De acuerdo con El Estímulo, la realidad de este lugar no dista mucho de la crisis que vive el sistema sanitario venezolano: carencias de medicamentos básicos, moscas que revolotean por doquier, fallas en la infraestructura, robos de equipos y la falta de personal que asfixian a pacientes, médicos y enfermeras por igual. Es por ello que los casos más complicados son enviados diariamente a la ciudad de Boa Vista, en Brasil. Así, embarazadas con preclamsia, heridos de bala y hasta pacientes deshidratados son trasladados en una ambulancia que puede cruzar la frontera hasta tres veces al día en un trayecto de cuatro horas. “Corremos mucho riesgo, pero mandamos pacientes a Brasil porque no hay solución fisiológica para tratarlos. Sin embargo, de tanto viajar, el motor de la ambulancia se ha fundido”, ha denunciado el médico Luis Carmona. Lea en Investigations los relatos de una crisis humanitaria anunciada.

Hospital venezolano manda a sus pacientes a curarse en Brasil

Reuters

Sin vitaminas para curar una diarrea; los antialérgicos están desaparecidos; el Epamin, un anticonvulsivo para tratar epilepsia, no existe; las bombonas de oxígeno son insuficientes. Esta es la realidad del centro médico Rosario Vera Zurita, en Santa Elena de Uairén, un pueblo venezolano que aprovecha su frontera con Brasil para recomendar a sus pacientes trasladarse a ese país para curarse.

De acuerdo con El Estímulo, la realidad de este lugar no dista mucho de la crisis que vive el sistema sanitario venezolano: carencias de medicamentos básicos, moscas que revolotean por doquier, fallas en la infraestructura, robos de equipos y la falta de personal que asfixian a pacientes, médicos y enfermeras por igual. Es por ello que los casos más complicados son enviados diariamente a la ciudad de Boa Vista, en Brasil. Así, embarazadas con preclamsia, heridos de bala y hasta pacientes deshidratados son trasladados en una ambulancia que puede cruzar la frontera hasta tres veces al día en un trayecto de cuatro horas. “Corremos mucho riesgo, pero mandamos pacientes a Brasil porque no hay solución fisiológica para tratarlos. Sin embargo, de tanto viajar, el motor de la ambulancia se ha fundido”, ha denunciado el médico Luis Carmona. Lea en Investigations los relatos de una crisis humanitaria anunciada.

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