¿El atacante de Niza tenía vinculación con el Estado Islámico?
Este lunes ha tenido lugar un sentido y multitudinario homenaje en el paseo marítimo de Niza donde tuvo lugar la tragedia. El acto ha sido eclipsado en parte por los abucheos contra el primer ministro francés, Manuel Valls, y los gritos que pedían la dimisión de Hollande. El luto por las 84 víctimas mortales del ataque no ha podido mitigar el debate político que ha surgido sobre la respuesta del gobierno al terrorismo. El Ejecutivo galo se defiende argumentando que el atacante se radicalizó demasiado rápido para poder ser detectado por las autoridades francesas. «No podemos excluir que se trate de una persona desequilibrada y muy violenta, comprometida con este crimen absolutamente despreciable», ha dicho el ministro del Interior francés, Bernard Cazeneuve. Desde la oposición se ha criticado al Gobierno por no hacer todo lo necesario tras los ataques del 13 de noviembre en París. El ex presidente y líder de la oposición, Nicolas Sarkozy, dijo que «todo lo que se debería haber hecho los últimos 18 meses no se ha hecho». Y ha añadido que Francia está en «guerra abierta» contra el fundamentalismo. La líder ultraderechista del Frente Nacional, Marine Le Pen, se ha manifestado en la misma línea al asegurar que Francia no ha hecho «absolutamente nada» para contrarrestar a los extremistas islámicos. En cuanto a las víctimas, el ministro de Salud, Marisol Touraine, dijo que 85 personas estaban todavía en el hospital, 18 de ellas en un estado crítico.
El autodenominado Estado Islámico se apresuró el sábado a reivindicar la autoría del ataque despiadado de Niza, en el que un individuo identificado como Mohamed Lahouaiej-Bouhlel arrolló con un camión a 84 personas. Sin embargo, las autoridades francesas aseguran que aún no se ha establecido una conexión entre el atacante y una red terrorista.
Este lunes ha tenido lugar un sentido y multitudinario homenaje en el paseo marítimo de Niza donde tuvo lugar la tragedia. El acto ha sido eclipsado en parte por los abucheos contra el primer ministro francés, Manuel Valls, y los gritos que pedían la dimisión de Hollande. El luto por las 84 víctimas mortales del ataque no ha podido mitigar el debate político que ha surgido sobre la respuesta del gobierno al terrorismo. El Ejecutivo galo se defiende argumentando que el atacante se radicalizó demasiado rápido para poder ser detectado por las autoridades francesas. «No podemos excluir que se trate de una persona desequilibrada y muy violenta, comprometida con este crimen absolutamente despreciable», ha dicho el ministro del Interior francés, Bernard Cazeneuve. Desde la oposición se ha criticado al Gobierno por no hacer todo lo necesario tras los ataques del 13 de noviembre en París. El ex presidente y líder de la oposición, Nicolas Sarkozy, dijo que «todo lo que se debería haber hecho los últimos 18 meses no se ha hecho». Y ha añadido que Francia está en «guerra abierta» contra el fundamentalismo. La líder ultraderechista del Frente Nacional, Marine Le Pen, se ha manifestado en la misma línea al asegurar que Francia no ha hecho «absolutamente nada» para contrarrestar a los extremistas islámicos.
En cuanto a las víctimas, el ministro de Salud, Marisol Touraine, dijo que 85 personas estaban todavía en el hospital, 18 de ellas en un estado crítico.