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Musulmanes y cristianos acuden a iglesias de Francia para condenar los últimos ataques yihadistas

El Consejo Musulmán Francés animó a acudir a misa este domingo como muestra de “solidaridad” y rechazo al asesinato del cura octogenario Jacques Hamel. El acto que más interés despertó fue la misa en la catedral de Ruán, distrito donde se ubica la parroquia donde dos jóvenes franceses tomaron como rehenes al párroco -al que degollaron-, dos monjas y dos fieles. A ella acudieron unos 2.000 fieles católicos y un centenar de musulmanes, que coincidieron con las tres religiosas que fueron retenidas por los terroristas y con familiares de Hamel. Algunos de los musulmanes respondieron a la pregunta de si podían rezar en una iglesia cristiana: “Es el mismo Dios. Esta es también la casa del Señor”. Mohamed Karabila, responsable de la mezquita de Saint Etienne du Rouvray, localidad de la parroquia atacada, aseguró sobre el acto que “es un símbolo. Queremos que la sangre derramada del padre Jacques Hamel actúe como cemento para lograr más fraternidad e igualdad, mayores lazos entre comunidades”. El mismo escenario se dio en otras grandes basílicas de toda Francia, como Saint-Denis, Amiens, Estrasburgo o Clermont Ferrand.

Musulmanes y cristianos acuden a iglesias de Francia para condenar los últimos ataques yihadistas

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Esta semana unas palabras del Papa Francisco tras el asesinato de un párraco en Normandía a manos de dos terroristas que decían ser leales al ISIS han resonado más que nunca: “Cuando hablo de la guerra, me refiero a una guerra de intereses, el dinero, los recursos naturales, no religiones. Todas las religiones quieren la paz. Son los otros que quieren la guerra”, analizó. Ese mismo espíritu de reconciliación religiosa ha inundado varias ciudades francesas e italianas en las que se han organizado misas con la presencia de cientos de musulmanes y católicos.

El Consejo Musulmán Francés animó a acudir a misa este domingo como muestra de “solidaridad” y rechazo al asesinato del cura octogenario Jacques Hamel. El acto que más interés despertó fue la misa en la catedral de Ruán, distrito donde se ubica la parroquia donde dos jóvenes franceses tomaron como rehenes al párroco -al que degollaron-, dos monjas y dos fieles. A ella acudieron unos 2.000 fieles católicos y un centenar de musulmanes, que coincidieron con las tres religiosas que fueron retenidas por los terroristas y con familiares de Hamel. Algunos de los musulmanes respondieron a la pregunta de si podían rezar en una iglesia cristiana: “Es el mismo Dios. Esta es también la casa del Señor”.

Mohamed Karabila, responsable de la mezquita de Saint Etienne du Rouvray, localidad de la parroquia atacada, aseguró sobre el acto que “es un símbolo. Queremos que la sangre derramada del padre Jacques Hamel actúe como cemento para lograr más fraternidad e igualdad, mayores lazos entre comunidades”.

El mismo escenario se dio en otras grandes basílicas de toda Francia, como Saint-Denis, Amiens, Estrasburgo o Clermont Ferrand.

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