Un refugiado sirio amordazó y entregó al terrorista que buscaba Alemania
El apellido de Mohammed no ha trascendido, por razones de seguridad, y ha contado su historia en el diario germano Bild. Según las informaciones de los servicios de inteligencia alemanes, el presunto terrorista, Jaber Albakr planeaba atentar contra trenes en Alemania, aunque luego los informes apuntaban al aeropuerto de Berlín. En su domicilio se encontró material explosivo y las fuerzas de seguridad lo vincularon con el Estado Islámico. Cuando se encontró rodeado por las autoridades, Albakr consiguió huir y poco después escribió en un chat de refugiados sirios en Internet que estaba en la estación de tren de Leipzig (a unos 85 kilómetros de su casa) y que buscaba sitio para dormir. Al día siguiente, el domingo, un amigo de Mohammed vio la foto de Albakr en Facebook, y fue entonces cuando lo ataron de pies y manos con cables alargadores y llamaron a las autoridades. El presunto terrorista los chantajeó con 1.000 euros y 200 dólares, pero ellos rechazaron la oferta. “Estoy tan agradecido a Alemania por habernos acogido. No podíamos permitir que hiciera algo a los alemanes”, asegura el refugiado, que narra que dejó su país huyendo del Estado Islámico.
Alemania tiene un nuevo héroe nacional, y no es alemán. Su nombre es Mohammed, es refugiado sirio, tiene 36 años y entregó a las autoridades al presunto terrorista que estaba en búsqueda y captura. La polició distribuyó una imagen de Jaber Albakr y, gracias a la difusión en Facebook, Mohammed supo que estaba acogiendo a un presunto terrorista. Sin dudarlo, decidió actuar para ayudar al país que le ha acogido.
El apellido de Mohammed no ha trascendido, por razones de seguridad, y ha contado su historia en el diario germano Bild. Según las informaciones de los servicios de inteligencia alemanes, el presunto terrorista, Jaber Albakr planeaba atentar contra trenes en Alemania, aunque luego los informes apuntaban al aeropuerto de Berlín. En su domicilio se encontró material explosivo y las fuerzas de seguridad lo vincularon con el Estado Islámico. Cuando se encontró rodeado por las autoridades, Albakr consiguió huir y poco después escribió en un chat de refugiados sirios en Internet que estaba en la estación de tren de Leipzig (a unos 85 kilómetros de su casa) y que buscaba sitio para dormir. Al día siguiente, el domingo, un amigo de Mohammed vio la foto de Albakr en Facebook, y fue entonces cuando lo ataron de pies y manos con cables alargadores y llamaron a las autoridades. El presunto terrorista los chantajeó con 1.000 euros y 200 dólares, pero ellos rechazaron la oferta. “Estoy tan agradecido a Alemania por habernos acogido. No podíamos permitir que hiciera algo a los alemanes”, asegura el refugiado, que narra que dejó su país huyendo del Estado Islámico.