Más de 20 muertos en otro motín en una cárcel de Brasil
Las autoridades atribuyen el motín a una sangrienta guerra entre los dos principales grupos criminales del país —el Primer Comando de la Capital (PCC) de Sao Paulo y el Comando Vermelho de Río De Janeiro— y sus aliados por el control del narcotráfico en el país. Este es el último episodio del brote de violencia desatado en lo que va de año en cárceles brasileñas. En la cárcel Anisío Jobim de Manaos, la capital del estado de Amazonas, murieron 56 presos en un motín desatado el 1 de enero. Y cuatro días después el horror se repitió en la Penitenciaría Agrícola de Monte Cristo (Pamc), en Boa Vista, la capital de Roraima, donde murieron 33 presos. La sobrepoblación carcelaria es uno de los problemas fundamentales del sistema penitenciario brasileño. La ONG Human Rights Watch urgió esta semana al gobierno brasileño que acabe con el hacinamiento de sus cárceles, donde se estima existe una sobrepoblación del 67%. Según estudios recientes, en todo Brasil guardan prisión en la actualidad más de 668.000 ciudadanos, cuando en las cárceles la capacidad existente está concebida para encerrar apenas a 394.800 procesados.
Tras más de 13 horas de rebelión la Policía Militar de Brasil ha puesto fin a un motín ocurrido en la cárcel de Alcaçuz, la mayor prisión del estado de Río Grande do Norte. El evento se desató cuando los presos de uno de los pabellones fueron asesinados donde estaban internados los miembros de un grupo criminal rival. Los disturbios se han saldado con al menos 26 presos asesinados, algunos de ellos decapitados y desmembrados. Se trata del tercer motín ocurrido en una cárcel de Brasil en lo que va de año.
Las autoridades atribuyen el motín a una sangrienta guerra entre los dos principales grupos criminales del país —el Primer Comando de la Capital (PCC) de Sao Paulo y el Comando Vermelho de Río De Janeiro— y sus aliados por el control del narcotráfico en el país. Este es el último episodio del brote de violencia desatado en lo que va de año en cárceles brasileñas. En la cárcel Anisío Jobim de Manaos, la capital del estado de Amazonas, murieron 56 presos en un motín desatado el 1 de enero. Y cuatro días después el horror se repitió en la Penitenciaría Agrícola de Monte Cristo (Pamc), en Boa Vista, la capital de Roraima, donde murieron 33 presos.
La sobrepoblación carcelaria es uno de los problemas fundamentales del sistema penitenciario brasileño. La ONG Human Rights Watch urgió esta semana al gobierno brasileño que acabe con el hacinamiento de sus cárceles, donde se estima existe una sobrepoblación del 67%. Según estudios recientes, en todo Brasil guardan prisión en la actualidad más de 668.000 ciudadanos, cuando en las cárceles la capacidad existente está concebida para encerrar apenas a 394.800 procesados.