El papa pide medidas concretas contra la pederastia en la cumbre celebrada en el Vaticano

En una cumbre histórica en el Vaticano, el papa Francisco ha remarcado que los fieles reclaman acciones concretas dentro de la Santa Sede contra la pederastia, no solo condenas a posteriori. Por primera vez en la historia, los líderes católicos de todo el mundo se reúnen bajo requerimiento del Papa para hablar de un crimen que ha sido encubierto y negado durante décadas, minando la credibilidad de la institución y manchando su imagen pública.

El pontífice ha declarado, ante unos 200 líderes de la Iglesia católica en el mundo, que «se necesita ser concretos» y que «el pueblo de Dios nos mira y se espera no obvias y simples condenas sino establecer medidas concretas y eficaces».

Esta primera jornada de cumbre contra la pederastia se ha iniciado con un momento de oración, seguido de un video con testimonios de víctimas y las palabras de introducción del papa. Serán tres días de debates, discursos, reuniones y conmovedores testimonios de víctimas de abusos sexuales, todo ello salpicado con oraciones.

El pontificado del papa Francisco se ha visto ensombrecido por la multiplicación de denuncias en Estados Unidos, Chile, Australia y España. Por lo que este ha instado a patriarcas, cardenales, arzobispos, obispos y superiores religiosos a escuchar «el grito de los niños que piden justicia» y a encarar la «plaga de los abusos sexuales» cometidos por miembros del clero.

Sin ir más lejos, este mismo miércoles activistas polacos ha derribado en la ciudad de Gdansk la estatua del sacerdote polaco Henryk Jankowski, acusado de pederastia. «Acusamos a la institución de la Iglesia católica y a sus representantes de no haber actuado –aunque eran conscientes del mal hecho por Henryk Jankowski– para terminar con ello, de haberse callado, (…) de haber tolerado el riesgo para nuevas víctimas», han afirmado los activistas en un manifiesto que explican que su objetivo era «destruir el falso y odioso mito de Henryk Jankowski y no su estatua».

Desde que estallaron los primeros escándalos hace unos 35 años, la jerarquía de la Iglesia católica ha tomado una serie de medidas preventivas, adoptado leyes, pedido perdón y lanzado condenas, pero sin lograr que desaparezca la llamada cultura del encubrimiento. Y es que las leyes canónicas reconocen un vínculo teológico, como el que se tiene con el padre, entre el obispo y sus sacerdotes. Un aspecto muy difícil de cambiar y problemático en este sentido, ha explicado el alemán Hans Zollner. El tema de la rendición de cuentas será abordado el viernes.

Las víctimas de abusos sexuales por parte del clero exigen a la Iglesia católica medidas muy concretas en materia de protección de menores, y han presentado algunas peticiones antes de esta cumbre.

Medidas contundentes

Pese a la mano dura prometida y a la introducción del delito contra menores al inicio su pontificado, el papa Francisco no ha logrado en estos seis años el apoyo de los episcopados para combatir la pederastia con armas judiciales civiles, salvo honrosas excepciones. Por ello, los organizadores de la cumbre esperan que anuncie una serie de medidas urgentes a corto, mediano y largo plazo.

«Pedimos que se apliquen con rigor y rápido las leyes que existen. Que se entreguen esos criminales a la justicia civil. No sólo a los que abusan sino también a los que encubren», ha clamado el chileno Juan Carlos Cruz, una de las doce víctimas  de varias partes del mundo recibidas el miércoles en el Vaticano.

Paralelamente a la cumbre vaticana, las organizaciones han montado una contra-cumbre en Roma con víctimas de todos los continentes que cuenta con el apoyo de organizaciones internacionales antipederastia e incluye conferencias, marchas y vigilias. «El tiempo de las palabras ha pasado, queremos actos concretos, ver aplicar medidas contundentes en pocas semanas», ha resumido el italiano Francesco Zanardi, de la Red L’Abuso.

Tolerancia cero: ley universal

«La tolerancia cero para el abuso sexual perpetrado por curas debe ser considerada como una ley universal de la Iglesia, antes de que se concluya esta cumbre». Ese principio debe aplicarse a nivel global, según la organización ECA –Acabar con los Abusos del Clero, por su sigla en inglés–, que representa a víctimas de 17 países.

Destituir a todo obispo o cardenal involucrado en el encubrimiento de un abuso sexual cometido por el clero, es la solicitud de la asociación estadounidense SNAP –Red de Supervivientes de Abusos cometidos por Sacerdotes–. Las asociaciones piden que la regla se aplique a los superiores de órdenes religiosas y a cualquier persona con responsabilidades en una iglesia.

Definir claramente el abuso sexual de un menor

Se necesita «una definición clara» de lo que es un abuso sexual de un menor, sostiene Marie Collins, víctima irlandesa que ha formado parte de la comisión del Vaticano que lucha contra la pederastia.Collins abandonó dicha comisión en 2017, como protesta contra la ley canónica que sólo hace referencia a «crímenes contra el sexto mandamiento».

Transparencia

ECA también pide que los sacerdotes condenados por abuso sexual de menores deben aparecer en un «registro público», y solicita la creación de «una comisión independiente para la verdad» y que los archivos de la Santa Sede sean consultables.

La Red de Supervivientes de Abusos Sexuales de Sacerdotes (SNAP, por sus siglas en inglés) sugiere que «los obispos de todo el mundo deben denunciar los casos a los tribunales civiles para que se abran investigaciones independientes sobre ello. Marie Collins propone que toda condena de un miembro de la Iglesia debe ser pública, y debe especificarse claramente la naturaleza del crimen y el castigo recibido.

El tema de la transparencia será el eje del debate el sábado.

Cuestionar el celibato

Investigadores de varias universidades alemanas han solicitado que se estudie la relación entre los abusos a menores y el celibato de los sacerdotes. El presidente de la conferencia episcopal alemana, Reinhard Marx, ha invitado a plantear una discusión «transparente y sin tabú» sobre el celibato. También la Real Comisión de Australia, formada para dar una respuesta institucional contra el crimen de pederastia, solicitó en diciembre de 2017 que el Vaticano introdujera el celibato para los curas como una opción voluntaria y no obligatoria como lo es actualmente.