Leonard Cohen tiene un álbum póstumo y este es el adelanto
El trabajo cuenta con nueve canciones inéditas y llegará al mercado el próximo 22 de noviembre
El espíritu de Leonard Cohen revivirá en Thanks For The Dance, el álbum póstumo con nueve canciones inéditas que verá la luz el 22 de noviembre.
La productora Sony Music ha explicado que esto ha sido posible gracias a su hijo, Adam Cohen, que hizo los arreglos necesarios a las grabaciones que conservaba de la voz de su padre, obtenidas durante la grabación del que hasta ahora era su último disco, You Want It Darker. Aunque parecía que la voz del autor de Hallelujah había sido silenciada cuando falleció el pasado 7 de noviembre de 2016, siete meses después de esa fecha su hijo se retiró a un garaje cerca de la casa de Leonard y recuperó esas grabaciones.
«Al componer y hacer arreglos de la música para que se adaptara a sus palabras, elegimos sus marcas musicales más características, consiguiendo así que él estuviera con nosotros», cuenta Adam Cohen en el comunicado. Coincidiendo con este anuncio, Sony Music ha publicitado también este viernes el estreno de The Goal, el primer tema que se ha conocido del álbum, disponible ya en plataformas de streaming.
Thanks For The Dance ha logrado continuar el baile gracias a la colaboración del músico español Javier Mas, que acompañó al maestro durante sus últimas giras y ha tomado el relevo de su propia guitarra para capturar el espíritu del artista.
En los créditos del álbum figuran además el famoso productor Daniel Lanois –colaborador de U2–, que aportó algunos unos arreglos maravillosos, el coro berlinés Cantus Domus, el bajista de Arcade Fire Richard Reed, así como Damien Rice y Leslie Feist, entre otros artistas colaboradores.
El Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2011 y candidato al Nobel de Literatura en varias ocasiones nació el 21 de septiembre de 1934 en Montreal en una familia de emigrantes judíos que se asentaron en Canadá. Además de escribir diez poemarios y dos novelas, fue autor de canciones exitosas como la inmortal Suzanne, en las que narraba tanto las miserias como la grandeza de la condición humana con esa voz tan personal, entre grave, rota y enigmática, propia del llamado «trovador de voz cavernosa».