Detienen a 900 criminales de una de las pandillas más peligrosas del mundo
«La lógica de las maras sigue siendo la misma. Un puñado de jóvenes jugando a la guerra. Jugando a matarse», afirma un antropólogo que logró entrar en la Mara Salvatrucha en El Salvador y pasó un año con ellos. Se estima que en El Salvador hay alrededor de 100.000 mareros en activo y un millón de personas que prestan ayuda o se cobijan bajo su sistema. Los ciudadanos corren riesgo de ser extorsionados con el llamado ‘renteo’, impuesto revolucionario que paga el grueso de la población. Se caracterizan por llevar su cuerpo totalmente tatuado símbolos y nombres de líderes mareros.