Las mentiras que dijo Rosa López para poder entrar a 'Operación Triunfo'
La ganadora de la primera edición de ‘Operación Triunfo’ ha hecho un repaso de su carrera 20 años después de dar el salto a la fama
Han pasado 20 años desde que la academia que revolucionó la televisión abrió sus puertas. Dos décadas de Operación Triunfo, de éxito para unos, de premios, de aplausos fuera de nuestro país y de sueños rotos, de lucha, de reinventarse para otros. Fueron 16 los jóvenes que entraron en un talent musical en el que pudieron mostrar sus dotes artísticos y hoy, 20 años después, siguen siendo un ejemplo de unidad. La ganadora fue Rosa López, que finalizó el concurso escoltada por David Bisbal y David Bustamante como finalistas.
A pesar del tiempo transcurrido y de la diferencia entre unas carreras y otras, todos siguen siendo amigos, familia. Siguen hablando, tienen un chat de grupo, siguen alegrándose de los éxitos de los demás y también están unidos en el recuerdo de su compañero Álex Casademunt. El joven falleció hace un año debido a un accidente de coche y en su velatorio todos volvieron a mostrar el inmenso cariño que se siguen teniendo.
Operación Triunfo fue un auténtico boom en todos los sentidos. Han sido 11 las ediciones emitidas y, aunque de todas ellas han salido estrellas de la música, el público no ha olvidado aquellas primeras caras que pusieron voz al formato. De O.T. 1 salieron David Bisbal, David Bustamante, Chenoa, Manu Tenorio o Nuria Fergó, pero la flamante ganadora de aquella primera edición fue Rosa. Su potente voz y su perfil la hicieron merecedora del premio y del cariño del público. Pero su carrera no sido como la de los otros finalistas.
Rosa López ha echado la vista atrás en una entrevista frente a Jordi Évole, en la que ha descubierto llamativos secretos, ha hecho un repaso de su vida desde que terminó el concurso, ha hablado del presente y del futuro, y además, ha protagonizado un momento que no ha dejado indiferente a nadie.
Rosa López, las tres mentiras que le llevaron a la Academia
Lo de Évole ha contado con la presencia de Rosa López en su emisión de este domingo. Como no podía ser de otra manera, el espacio se remontaba a su llegada a la primera edición de Operación Triunfo. No fue un camino de rosas. Le trajo el éxito, pero también una serie de inseguridades con las que no contaba.
Su llegada al talent musical no fue como hasta ahora se pensaba. Rosa no tuvo reparo en reconocer que, para poder entrar en el concurso, llegó a contar varias mentiras que le allanaron el camino hacia el éxito. La intérprete de Europe’s living a celebration contó que tocaba el piano, que sabía inglés y que provenía del pueblo granadino de Armilla.
Tres embustes que fueron favorables, además de su imponente voz, para que formara parte de los denominados ‘triunfitos’. La cantante reconoció a Évole que procedía de la misma Granada, en concreto del polígono de Almanjáyar. «Era un barrio complicado. Mi madre nos lanzaba los bocadillos al colegio. Si no, le caía al se estaba pinchando debajo», contó.
También explicó cómo, según ella, «empezó la magia». Fue cuando una revista de la época llegó a publicar fotografías de que se suponía que era su habitación. «No era mi cuarto. Mi cuarto era el del polígono». Tras visualizar su momento del casting, la artista explicó al comunicador que tiene mucho que aprender de aquella Rosa: «A pesar de esas inseguridades, era más segura de lo que ella creía. Para subir al escenario y desnudarte entera desde dentro hay que tener muchos bemoles».
De Granada a Eurovisión
Rosa compartió con Jordi Évole una de las preguntas que le hicieron en el casting. Esta no fue otra que qué estaría dispuesta a hacer para entrar en el concurso. «Lo primero que se me vino a la cabeza fue perder peso. Pensé que a lo mejor era lo que yo quería y lo que querían escuchar», le dijo a Évole. Y es que la figura y el peso de Rosa fue un tema que siempre estuvo presente durante su participación en el programa.
Rosa desveló que llegó a pensar que ganó Operación Triunfo «por pena». Reconoció además que quisieron transformarla: «Si fuera más delgadita, con los dientes derechos, sin gafas, con ropa ceñida, hablando mejor…». Un cambio que se dio casi desde que comenzó el formato que ganó y gracias al que se convirtió en la representante de España en Eurovisión en su edición del 2002.
Fueron unos momentos de mucha presión: «España estaba segura de que íbamos a ganar». Pero ‘Rosa de España’, como así se la bautizó, logró el séptimo puesto. Una posición nada desdeñable, pero que no hizo más que desilusionar al público que, durante años, estuvo criticando que la cantante no hubiese arrasado en el certamen.
Aun así, no fue un lastre para ella. Su música sonaba en la radio constantemente, junto con la que algunos de sus compañeros: «Todo fue muy rápido, una locura. Grababa dos canciones por día, casi sin sabérmelas». Su carrera iba a una velocidad de vértigo hasta que sus canciones dejaron de escucharse en la radio. «Un artista tiene que decir que todo va perfecto, que económicamente va perfecto, y no es así. Yo ahora soy buena, bonita y barata», reconoció indicando que su caché va de los 9.000 a los 14.000 euros.
Una artista independiente con problemas con Hacienda
«Son tiempos difíciles, pero al final se trata, hagas lo que hagas, de ser feliz. En el momento que yo sufra con esta profesión no tengo ningún problema en ponerme a vender papas», afirmó de manera rotunda. Rosa López es una artista independiente desde hace años tras haber pasado por discográficas como BMG y Universal.
«Descubrí que casi toda mi vida la decidían otros y me di cuenta de que debía decidirla yo con mi criterio. Saber diferenciar cuando es necesidad o iniciativa», le dijo a Évole emocionada. «Más que tirar la toalla, me hubiera gustado en muchas ocasiones sentir más empatía. Yo puedo empatizar con cualquier trabajador, pero nadie empatiza conmigo. Todo el mundo quiere llevarse ‘tajá’ de mí».
Rosa ha conocido las mieles y las hieles del éxito en el mundo de la música. Ya lo reconoció en la revista Semana donde confesó que también había tenido problemas económicos: «Yo tuve una casa, un BMX X5, un chalet en Granada… Todo eso lo tuve que vender en una época de mi vida».
No pasó por alto el hecho de hablar de sus problemas con el Fisco. «Mi padre lo gestionaba como podía, teníamos un gestor. Por preguntar, que ninguno sabíamos nada, el mismo gestor nos dijo que había un problema con Hacienda porque no había justificado 80 millones de pesetas. Una situación que respondía a no tener ni puñetera idea de la vida y aprender».
Rosa López, Évole y un susto en plena grabación
La entrevista de Jordi Évole a Rosa López tuvo todos los ingredientes idóneos para no olvidarla: recuerdos, risas, emoción, lágrimas y hasta un incidente que a punto estuvo de dar al traste con la grabación del programa. Todo ocurrió cuando la invitada recordaba cómo fue separarse de sus progenitores poco antes de entrar en Operación Triunfo.
Rosa no pudo reprimir las lágrimas. Fue un momento complicado para toda la familia. Era solo una niña de 19 años que nunca había salido de su casa y a la que tenían entre algodones. Pero quería cumplir su sueño y sus padres, que estuvieron a su lado desde el primer momento, la dejaron volar.
En ese momento de la conversación la artista le pidió un pañuelo al comunicador catalán y solo un segundo después un espejo del tocador en el que tuvo lugar la conversación se le cayó encima a la cantante. «¡Qué susto me has dado! ¿Te has quemado?», le preguntó Évole. Rosa, que cambió las lágrimas por la risa, le tranquilizó: «Está bien para parar de llorar».