El príncipe Guillermo pasó San Valentín con su supuesta amante, según la prensa británica
El hijo mayor de Carlos III y Hanbury vuelven a protagonizar las portadas tras ser vistos disfrutando de una cena romántica
El príncipe Guillermo y Catalina juntos | Reuters
El Palacio de Buckingham ha vuelto a sentir los temblores en los cimientos por otro escándalo protagonizado por el príncipe Guillermo. Este sábado, 18 de febrero, varios medios británicos han informado sobre el mal momento del matrimonio entre él y Kate Middleton.
Este lance entre los príncipes de Gales tendría su motivo en el pasado 14 de febrero, el día de San Valentín. El hijo mayor de Diana de Gales habría compartido la festividad con Rose Hanbury, examiga de la princesa, que entraría de lleno en el triángulo amoroso de la discordia británica.
Según las versiones de la prensa de Reino Unido, William y Rose fueron vistos disfrutando de una cena romántica, aunque las pocas imágenes que han circulado por las redes sociales y recogen los tabloides británicos ofrecen poca, o más bien nula, información sobre lo sucedido.
Daily Mail, hace unas semanas, informó de unas palabras de Kate Middleton en las que expresaba su sorpresa por recibir flores de parte del príncipe, pues, categorizó, que ya no era una tradición en la pareja.
Cuatro años de infidelidad
No obstante, la sociedad del Reino Unido parece no haberse exaltado de sorpresa por lo sucedido, a pesar de ser un miembro importante de la Casa Real. La polémica ha suscitado conflicto, pero uno mucho menor que si hubiese ocurrido de sorpresa.
La especulación humana es un factor natural y los medios de comunicación abren las puertas a ella misma. Los rumores de que el príncipe William tiene un romance con Hanbury corren desde 2019 y ahora parece confirmarse.
A mediado del 2019 , unas imágenes de Guillermo y Hanbury, en un club nocturno, llegaron a las redacciones de los medios británicos, estallando como la pólvora e inundando las redes sociales. Por aquel entonces, Hanbury y Middleton eran mejores amigas.
Por aquel entonces, la opinión pública se reveló contra el nieto mayor de Isabel II, manchando la imagen de la Casa Real británica, en un momento muy complicado por el estado de salud de la reina.
