Ágatha Ruiz de la Prada: «Irene Montero está ahí por su marido, no sé cómo no le da vergüenza»
La internacional diseñadora de moda aterriza en ‘El purgatorio’ para hablarnos de sus memorias, tituladas ‘Mi historia’
Ágatha Ruiz de la Prada (Madrid, 1960) tiene el útero en forma de corazón. No, de momento no he cursado estudios de ginecología. Lo sé porque ella misma lo cuenta al inicio de sus memorias tituladas, qué otro nombre podía ser, Mi historia (La Esfera de los libros). En realidad, Ágatha podría tener todo en forma de corazón porque destila un carisma especial solo con su presencia. Una alegría despreocupada. Una felicidad orgullosa, pero no pija.
Es una presencia atenta al detalle de la sala, del perro que ladra en un patio cercano a la redacción del periódico, pero a la vez con una actitud despreocupada, jacarandosa y, en cierto punto, hasta inocente. Una inocencia propia de quien no ha perdido el corazón.
Ágatha a pleno pulmón. Acaba de llegar de París, mañana se marcha de nuevo a Sevilla. Bebe sorbos de agua cada poco tiempo. Luce un color envidiable ante los focos. Viste un jersey anaranjado –seguro que no es ese color y Ágatha me lo recriminaría– en el que se puede leer «Je suis Ágatha Ruiz de la Prada». Viene para descifrar desde el significado de agathizarse hasta su pésima opinión de Irene Montero: «El Ministerio de Igualdad ha sido el más insoportable de todos los ministerios».
Hay espacio para comentar los cuerpos no normativos, el amor entre diferentes clases sociales, su relación con el poder y con Pedro J. Ramírez, al que ella apoda «el innombrable». En este purgatorio hay casi de todo menos negro. Con Ágatha todo es de color. Hasta las indirectas saben a dulce caramelo. Indirectas con forma de corazón, eso sí.
El purgatorio de Ágatha Ruiz de la Prada
PREGUNTA.- ¿Y cómo es un día normal en la vida de Ágatha?
RESPUESTA.- Me encanta un día normal. Lo que para la gente es irse de viaje, para mí es un día normal. Aunque vengo de París, ahora mismo acabo de llegar y me lo he pasado bomba porque ha sido una experiencia divertidísima la mía en París. Porque he vendido dos cuadros en Christie’s. Me fui el martes, había una huelga general morrocotuda y entonces han sido dos días en que me he dado cuenta de que es mucho más divertido vender un cuadro que comprarlo.
P.- ¿Cuántos viajes puede hacer al año?
R.- Pues muchos. Cuando pasó lo del covid dejé de viajar. Pero tú fíjate que un par de años antes del covid yo hacía 74 desfiles al año. Aparte de los desfiles, las ferias, las conferencias, los viajes de cosas, las visitas a fábricas, o sea, una burrada. No paro porque me divierte.
P.- Que no se me olvide decirlo, vamos a ser vecinos. The Objective y Ágatha.
R.- Hay que cruzar solamente un trocito de calle y ya somos vecinos. Voy a abrir una tienda en Villanueva 5 y vosotros estáis en Villanueva 13. Estoy muy ilusionada porque voy a cambiar mucho mi vida con la tienda. Llevaba muchos años con la mía. No sé cuánto llevaba desde el 2003, o sea, hubiera llevado ahora 20 años desde que la abrí, y ya es un poco de rutina. Esta tienda va a ser una tienda muy especial porque voy a poner tienda, estudio y taller.
P.- Un todo en uno.
R.- Todo en uno. Entonces va a ser desde la calle. Va a estar el taller ahí. O sea que hay mucha gente que se puede comprar una camiseta mía o se puede hacer un traje.
[Los ladridos de un perro en un garaje cercano interrumpen a Ágatha, que prosigue la conversación con el asunto canino]
R.- Hay un documental muy famoso de Valentino. Todo el documental empieza con seis carlinos que tiene y los sube a un avión particular. Entonces un perro, otro perro, otro perro, otro perro, los seis y toda la película, que ganó el Festival de Cannes como la mejor película del año, es sobre los seis perritos que van por todas partes. Yo encuentro que el perro es un muy buen hilo conductor. Porque además los perros son muy importantes para mí.
P.- ¿Por qué?
R.- Porque yo tengo 16 perros. Y porque el mejor antiestrés del mundo es un perro. Aunque hay veces en las que, en una cena, estoy toda la noche pensando: «Dios mío, cuando vuelva, tengo que sacar el perro». Por ejemplo, imagínate que esté nevando o sea por mañana, a las seis. Hay veces que te da pereza.
Ahora hay mucha gente que educa a los perros mejor que antes. Hay perros que son como los gatos, que saben hacer pis en casa. Muy pocos, pero sí está habiendo como un nuevo training. Ahora, por ejemplo, la gente tiene a su perro metido en una jaulita si es pequeño. Aunque es horrible, pero luego el perro se acostumbra a estar ahí. Entonces salen todo el día y al dormir se meten y está tan relajado. Incluso cuando se aburren, pues coge él mismo y se mete en su jaulita.
P.- ¿Le tiene más cariño a los perros que a algunas personas?
R.- Sí. Para mí los perros siempre han sido lo que más me gusta del mundo. En cambio, los gatos siempre me dan un poco de miedo, porque cuando era pequeña tenía gatos. Tuve un gato que lo llevaba yo tan a gustito en mi coche. Y de repente, se tiró por la ventana y me arañó entera.
P.- Aquí siempre preguntamos por la relación con Dios de los invitados. ¿Cómo es su relación con Dios?
R.- Bueno, yo por ejemplo, hoy he venido de París. Yo no sé si me santiguado ocho veces en el avión. Siempre antes de salir y cuando estoy aterrizando, me santiguo, y cuando también hay turbulencias, me santiguo también. Cuando veo una cosa verdaderamente importante, lo primero que pienso es en Dios. O sea que sí, que yo soy religiosa y creo mucho en Dios. Lo que no soy tanto, aunque me gustaría serlo, es ser practicante.
P.- ¿Y para Ágatha Ruiz de la Prada cuál es el peor pecado que se puede cometer un hombre o mujer?
R.- Ahora me da muchísima rabia la gente que no respeta el medio ambiente, eso me parece horrible. Eso es una cosa que a mí me molesta y me duele muchísimo. Por ejemplo, imagínate un tío que tire la basura al mar, a sabiendas. Eso es una cosa tremenda.
P.- Ágatha Ruiz de la Prada ha sacado hace pocos meses su libro de memorias titulado, qué mejor nombre, Mi historia. Por lo que tengo entendido, Ágatha ha hablado y Pedro Narváez ha escrito.
R.- Sí, es una cosa hecha a medias. Yo he tenido una gran intervención, porque le he contado muchas cosas, y además se las he contado a sabiendas. Y además, he corregido 45.000 veces. Pero él ha tenido el arte de escribirlo. Respeto mucho su papel y su papel ha sido crear el libro.
P.- No se ha dejado absolutamente nada.
R.- Ha sido muy fiel a la realidad. Lo más elegante antes era ser discreto. Y este libro es un libro muy indiscreto, pero porque lo de ser discreto se ha pasado mucho de moda.
P.- ¿Lo elegante ahora es ser indiscreto?
R.- Es la tendencia. Así como hay tendencias en moda, pues hay una tendencia infinita hacia la indiscreción.
P.- ¿Cómo ha sido el proceso de escribir el libro?
R.- Ha sido muy sanador escribir el libro, aunque lo pasé mal, porque dos meses y medio antes de que saliera, yo nunca en mi vida he tenido peor humor. O sea, era como que me tocabas y brotaba, porque tenía miedo. Tenía mucho miedo. Luego, cuando salió, me lo quité. Salió primero en ¡Hola!, muchas páginas, y luego mi primera entrevista, que eso lo había organizado yo, era en Sálvame Deluxe con Jorge Javier Vázquez, y luego ya empezó a salir todo a borbotones.
Luego me ha dado tanto trabajo el libro que casi no puedo ni trabajar. Solamente llevo 19 presentaciones, pero me han dado un trabajo las 19, porque también lo he presentado en París. En una cosa pequeña, lo he presentado en México, lo he presentado en Chile. Y el otro día me llamaron de Bolivia, por ejemplo, para presentarlo. Lo tengo que presentar en Argentina.
P.- Hablaremos del libro, pero antes, ¿cuánto hace que no se pone algo negro?
R.- No te creas que mucho, porque desgraciadamente voy a bastantes funerales. Pero hace poco, estaba en un funeral, no me acuerdo cuál era y me puse de negro.
P.- ¿Pero fuera de un tanatorio o de un funeral?
R.- Fuera de un tanatorio, nunca. Y me voy a mi casa y me cambio o lo llevo en una bolsita. Me cambio y luego lo vuelvo a cambiar porque no estoy cómoda.
P.- ¿El negro le parece de mala educación?
R.- Ahora mismo en París he visto gente de negro. Parece como que van sucios. Tiene que ser un negro muy espectacular para que no parezca que están sucios. Por ejemplo, el otro día llevaba un traje muy bonito, negro, Rania de Jordania. La verdad es que últimamente no me gustaba cómo iba vestida. Era un traje de Christian Dior, y la verdad es que ese traje era muy bonito.
«En la moda hay muy poco sexo»
P.- ¿Le aburre la sencillez? ¿Lo normal?
R.- Bueno, es que lo desconozco. Lo cuento en el libro: nunca lo he conocido.
P.- ¿Qué significa agathizarse?
R.- Agathizarse es mi trabajo, que es agathizar. Pero hay gente que se agathiza y hay gente, creo que pocos, que pueden ser mejor agathizadores que yo. Aunque todo el mundo se cree que sabe agathizar y no todo vale agathizando.
P.- ¿Pero en qué se traduce? Si yo tuviera que poner una definición en la RAE...
R.- Por ejemplo, a mí me ha llamado gente para agathizar un hospital. Entonces, por ejemplo, tú llegas ahí. Si la arquitectura del hospital es atroz, no lo puedes agathizar. Ya en cambio, si el sitio es maravilloso, pues muy fácil de agathizar. ¿Y si empiezas de cero? Pues se puede. Porque claro, lo importante es que, para construir, muchísimas veces tú tienes que destruir, o sea, tú vas a hacer una casa bonita. Y hay, a lo mejor, una casa que es una porquería. Entonces lo primero que tienes que hacer, que es muy doloroso, es tirar abajo la casa. Por eso hay gente que con mi ropa sufre, porque toda esa parte de la destrucción que hay anterior a la creación le puede molestar.
P.- ¿Y nunca le ha dado miedo el ser tan diferente?
R.- Es que soy así. Es como «¿a ti no te da miedo ser un poco pelirrojo?».
P.- ¿Soy un poco pelirrojo? Nunca me lo habían dicho, ¿usted cree?
R.- Sí, un poco pelirrojo. Entonces has nacido así y no te da miedo ser así. Porque estás acostumbrado ya.
P.- Pero entiende usted lo que quiero decir. A la gente siempre le da miedo ser especial o sobresalir.
P.- Cuando era pequeña y me llamaba Ágatha, yo le decía a mi madre: «Joder, y has tenido que llamarme Ágatha». Porque mi bisabuela se llamaba Águeda. Entonces mi bisabuela era bastante rica y tal. Y cuando nació su primera bisnieta, que era yo, pues había que ponerme su nombre. Pero a mi madre no le caía muy bien mi bisabuela, y entonces me llamó Ágatha por Agatha Christie. Ágatha, Agadea y Águeda es el mismo nombre. Luego le he sacado muchísimo aprendizaje al nombre. O sea que…
P.- Cuando empieza a diseñar una colección, ¿qué quiere que vea la gente? ¿Qué reacción quiere sacar de la gente?
R.-Lo que quiero sacar es una emoción y creo que lo consigo. La gente, incluso si está así, de repente pasa un traje mío y aunque sea algo inconsciente, lo ven y normalmente se genera una sonrisa. Veo unas modelos y de repente se agathizan, y me parecen tan guapas y tan alucinantes que siempre digo: «Joder, hasta con una mala base, mis trajes acaban triunfando», y eso me emociona mucho.
P.- ¿Sus trajes hacen feliz a la gente?
R.- Yo creo que mis trajes hacen muy feliz a la gente. Tengo dos tipos de trajes. Hay trajes que son muy cómodos, como este que llevo yo o este bolso. El bolso es muy bueno, porque yo siempre lo que hago es colgarme el bolso para poder ir cómoda. Me encanta ir con las manos libres. Si vas con el bolsito agarrado, ya has perdido una mano, y una mano es muy útil. O sea que mi ropa cómoda es muy cómoda. Mi primer libro, que hice hace mil años, se llamaba La moda cómoda. Creo que ha habido dos revoluciones de la moda en mi generación. Una es la democratización de la moda, que ha sido bestial, y otra la comodidad de la moda. Hacer que la moda sea cómoda. Eso es bestial, es un milagro.
P.- Cuando alguien hace moda, entiendo que quiere que la miren.
R.- Bueno, todo el mundo queremos que nos miren, por regla general. A no ser que vayas en pijama. Yo me acuerdo que vivía en la manzana de al lado de Isidoro Álvarez [presidente de El Corte Inglés] que para mí era como mi jefe supremo. Yo tenía perros y a veces llegábamos tardísimo. A las 23.30 de la noche tenía que sacar a pasear a los perros, y los sacaba en pijama, a veces, disimuladamente, pero en pijama. Y siempre iba yo rezando también por no encontrarme a Isidoro. Y que no me viera en pijama con los perros.
«Me pone mucho más la inteligencia que la belleza»
P.- ¿Hay miradas que molestan o miradas que desagradan?
R.- Sí, la verdad es que yo creo que mirar cada día es más de mala educación. Tienes que tener cuidado con la mirada. Dicen que es muy peligroso ir por la calle mirando a la gente a los ojos. Porque hay mucho loco por la calle y te puede pasar cualquier cosa. Tú tienes que mirar disimuladamente, pero no puedes mirar fijamente porque es complicado.
P.- Hablemos de la moda. Es un mundo que me parece muy interesante, desde el desconocimiento casi pleno que asumo. ¿Qué es lo que más le interesa del mundo de la moda?
R.- La verdad es que me gusta mucho la moda porque es un trabajo muy divertido. También es muy bonito lo que ha pasado en mi generación, y es que la moda abarca todo. O sea, al principio, hace muchos años, más que diseñadores eran modistos que vestían a señoras ricas, que no siempre era fácil, porque había señoras ricas con un fachón, pero muchas señoras ricas con muy mala facha. Y entonces eso era coser e intentar acoplarte a estos cuerpos tan difíciles.
Yo he tenido la suerte de que he podido hacer desde chimeneas a puertas blindadas, a enchufes, a trajes para perros, a cepillos de dientes, a de todo, absolutamente de todo. Eso es muy entretenido, muy divertido. Esta semana, por ejemplo, he presentado unos NTFs. Llevamos como dos años trabajando en los NTFs, y hemos presentado unos ecológicos con Ecovidrio. Es una compañía con la que llevo trabajando muchísimos años y he hecho cosas muy divertidas.
P.- ¿El mundo de la moda es un mundo dominado, principalmente, por homosexuales y por mujeres?
R.- Pues a lo mejor sí. Parece un mundo muy sexy, pero es muy poco sexy. Por ejemplo, tengo una amiga que trabajaba en La Paz. Y en La Paz, en los hospitales se liga muchísimo, muchísimo, porque en un hospital está la muerte, y la muerte es super excitante. Cuando tú te vas a morir o ves a uno que está muriendo, todo te parece bien, todo te da igual. Entonces ahí hay muchísima, muchísima sexualidad, y en cambio, en mi mundo, que es un mundo para parecer sexy, hay muy poca sexualidad.
R.- ¿Pero hay poco sexo entonces?
R.- Sí, porque en un desfile pues son todas muy guapas y muy tal, pero hay poco sexo, en general.
P.- ¿El mundo de la moda es un mundo cruel?
R.- Ha sido muy cruel. Gracias a Dios, está cambiando. Porque ha habido mucha injusticia entre la gente. Unas que han hecho muchísimo por el cambio han sido las Kardashian, porque los cuerpos de las Kardashian hace 30 años hubieran estado fuera y ahora mismo son las mujeres más deseadas del mundo.
P.- ¿Usted cómo ve eso que llaman cuerpos no normativos, que se alejan de la norma?
R.- Me parece muy bien y una gran oportunidad para la gente. Que no solamente las anoréxicas sean sexys, sino que de repente todo este mundo de las curvas coja tenga un valor de verdad. Y me parece muy bien la diversidad. Estamos entrando en la diversidad con mucha fuerza. Está siendo muy bonito, es muy interesante.
P.- Se habla mucho de meritocracia, ¿pero se debería hablar más de la guapocracia, de la gente que es guapa? Porque eso te abre muchas puertas.
R.- Hay mucha teoría sobre qué te abre muchas puertas, pero luego también hay un refrán español que dice eso de «la suerte de la fea, la guapa la desea». Te quiero decir que la gente muy guapa, pues también, al final, como lo tienen todo tan fácil, pues no se tiene que esforzar mucho. Por ejemplo, guapos y simpáticos, guapas y simpáticas, qué pocos hay. Y al final, prefieres tener una amiga simpatía de una amiga guapa. Así, de buenas a primeras, es más fácil siendo muy guapo, pero de segundas, es mucho más difícil.
P.- Si yo fuera muy guapo, creo que a lo mejor me esforzaría menos en la vida.
R.- Pero tú eres muy guapo. Yo te encuentro muy guapo.
P.-[Sonrojado ante tamaño piropo] Muchas gracias Ágatha. A ti también te encuentro muy bien. ¿Te cuidas?
R.- Mira, te voy a enseñar lo que hice ayer [Saca su móvil]. No sé si te lo vas a creer, pero ayer hice 35.000 pasos en París. Y eso que cogí dos taxis ayer en París. Y te prometo que se me quitaron muchísimo las ganas de coger un taxi, porque estaba tan atascado París. He estado dos días en París y hoy me he venido en metro, porque he dicho yo ya no aguanto más con todo este follón.
P.- ¿Ser guapo es también una actitud?
R.- Es una actitud muy pesada. A mí siempre me han gustado los feos, como en general he demostrado. A mí me gusta la gente inteligente, me pone mucho más la inteligencia que la belleza.
P.- ¿Y puede existir amor entre diferentes clases sociales?
R.- Yo creo que sí. Ahí está El amante de Lady Chatterley. Siempre ha sido una cosa al revés. Es que es muy aburrido estar solo en tu clase social. Yo nunca he estado así. Cuando las niñas bien iban por este camino, yo me fui a otros caminos. Yo siempre he tenido amigas mucho mayores que yo, mucho más jóvenes, de muchos países, de muchas clases sociales. Me gusta mucho la mezcla y siempre he dado muchas fiestas con gente mezclada. No me gusta estar solamente con las amigas que estaban conmigo en el colegio, en mi clase y seguir siendo amigas toda la vida.
P.- ¿Y cómo es una fiesta de Ágatha?
R.- Pues muy mezclada. Y muchas mezclas de una muy rica, uno muy pobre, una muy lista, un no lo sé. Todo el mundo me está pidiendo la primera fiesta en la nueva tienda. La primera va a tener que durar una semana porque voy a tener que dar turnos dentro de la fiesta.
P.- Lo dice en el libro: una de las peores cosas que se le puede hacer es no invitarla a una fiesta.
R.- Me jode mucho el que no me inviten. Tengo costumbre, por mi familia, de colarme. Entonces tampoco me importa mucho que no me inviten porque me voy a colar. Si quiero ir, me cuelo.
P.- Y como también dice en el libro: ¿es usted una mujer que nunca le ha dado mucha importancia al sexo?
R.- Bueno, es que tampoco no le he dado ni yo, ni mi familia, ni la gente de mi familia. Quizá mi padre sí. Mi padre sí le daba importancia, pero yo no. Ahora le estoy dando más. Sí, con el paso de los años y contra todo pronóstico, pero en fin.
«Irene Montero me cae fatal»
P.- Hay un hueco importante en Mi historia: un hombre al que llama «el innombrable» [así se refiere a su antiguo marido, Pedro J. Ramírez].
R.- Hombre, es que me parecía mal hablar de mi vida y saltarme más de 30 años de convivencia con alguien.
P.- ¿Puedo decir quién es?
R.- No lo digas, que me da mucha pereza. Pero en cambio «el innombrable» hizo un libro de memorias. Debíamos de estar preparándolo a la vez, pero salió antes que el mío. No me nombra nunca. O sea que, en fin, para que veas lo sincero que es el hombre.
P.- Dice, entre otras lindezas, que no ha tenido un amigo porque no sabe qué es un amigo.
R.- También es verdad que, a lo mejor, para ser director de un periódico necesitas tener la piel muy dura, porque es que si no, si te cae bien todo el mundo, pues no puedes a lo mejor dar noticias. Si te fijas, normalmente los malos le hacen la pelota. Le hacen muchas cosas y luego él les pega un castañazo. Pero igual necesita el periodista esta cosa de no tener sensibilidad con los amigos. Por ejemplo, una persona muy social que quiera quedar bien con su clase social, no va pisándole los pies a toda la gente. Y entonces, a lo mejor no es un buen director de periódico.
P.- ¿Él es un buen director del periódico?
R.- Él ha sido un buen director de periódico, pero ya puede llegar a cansar todo. Todo tiene que tener, salvo en el mundo del arte, un fin. Pero yo creo que en el mundo del poder es muy bueno de vez en cuando bajarse del caballo, porque el poder quema mucho y porque te crees mucho más de lo que eres. En cambio, lo bueno de los artistas o a lo mejor de los médicos, es que pueden seguir. Pero también es verdad que es muy importante saber retirarse. Una retirada a tiempo es una victoria.
P.- ¿Le cansa que le sigan preguntando por el vídeo de Pedro J.?
R.- La verdad es que la gente, mi público, no tiene ni idea. Si tú ves mi Instagram, tampoco tengo tantos seguidores, pero yo creo que solamente sabe quién es él a lo mejor el 4% de la gente. Tirando por lo alto, porque tengo mucha gente en Latinoamérica, tengo mucha gente joven, tengo mucha gente que no tiene ni idea quién es, ¿sabes? Y además, ya es otra época, que se ha pasado.
P.- La gente ya ni se acuerda del tema del vídeo.
R.- No, lo malo es que con el tema de la separación, mucha gente ha visto el vídeo porque antiguamente no había internet. Entonces, al no haber internet, solamente un poquito de gente tenía acceso al vídeo. Mucha gente ha visto el vídeo últimamente.
P.- ¿Usted lo vio una vez y ya está?
R.- Yo veo un trocito pequeño. Muy pequeño.
P.- ¿Cómo es divorciarse con burka? Esto no lo ha hecho mucha gente. ¿Fue a firmar el divorcio con un burka?
R.- Sí, porque no tenía ganas de verle y es verdad que me habían regalado un burka, que luego resultó que era maravilloso. Era muy bonito, porque era como de un violeta muy bonito. Pero resulta que ese día yo llevaba una falda verde y azul con rayitas, y unos zapatos como de un verde azulado. Era tan bonito el conjunto… Fue casualidad, porque si hubiera llevado otros zapatos me lo hubiera puesto igual.
P.- Pero cuando entra al notario…
R.- El notario se reía. Estaba entusiasmado el notario. Yo me di cuenta del éxito del traje porque no lo había pensado. Me lo había traído un periodista de Afganistán hacía muchísimo tiempo. Lo tenía ahí, me acordé y dije: «Ay, Dios, qué buena idea sería ponerme esto para divorciarme». Y tú fíjate la cosa del burka, que durante mucho tiempo, hace mucho que no lo miro, tú ponías Agatha Ruiz de la Prada en internet y salía ‘Agatha Ruiz de la Prada burka’, la primera palabra que salía. Una cosa tan pequeña, un gesto tan simple como ese…
P.- Y también Ágatha ha sido y es una mujer que ha estado muy cerca del poder. De aristócratas y de políticos. De reyes y de príncipes. Pero noto que no le interesa mucho el poder.
R.- Me ha gustado conocerlos, pero es que es una gente muy fría. Me pasa un poco lo mismo que a los directores de periódico. Cuando están en el poder, no ven a la gente normal. Y yo creo que es muy importante estar en un sitio y ver el perro que ladra, el niño que está enfermo, el niño que tiene hambre, el niño que quiere llorar, la señora que quiere cruzar una calle, el que está enfermo, el que está bien, o sea tú… Es muy importante relacionarte con la gente, tener empatía. Y yo creo que los políticos, aunque disimulen, tienen muy poca empatía, porque están tan obsesionados con quién les va a votar, con quién no les va a votar. Y luego la gente normal les trae completamente sin cuidado.
P.- ¿Y la política?
R.- Yo siempre he estado en los Verdes. Me ha interesado mucho la política medioambiental de toda la vida, y mi sueño es que todos los partidos políticos integren lo verde. Yo, hasta si fuera de Vox, estaría todo el día plantando árboles.
P.- También se ha declarado siempre, y así lo ha demostrado, como mujer feminista. Feminista siempre a favor, por ejemplo, del aborto. ¿Tiene también posicionamiento sobre el tema de la gestación subrogada?
R.- Sí, yo creo que es una posibilidad que antes no existía. Y es una posibilidad que es imparable. Es uno de los grandes lujos que nos da el avance. Pues ahora la gente cada día tiene los niños más tarde. No quieren tener hijos, que es una pena. Ahora la gente no quiere tener niños. Y además creo que los señores tienen mucho menos espermatozoides en general. Y está complicado.
P.- ¿Estaría a favor de regular la gestación subrogada en España?
R.- Yo no estoy a favor de las regulaciones. Y me jode que estén todo el día regulando. Yo creo que últimamente la gente de Podemos quiere regular todo el día todo y es una falta de libertad. Y yo es que como estoy tan acostumbrada a hacer lo que me da la gana, que me regulen y regulen todo el rato, me fastidia. Por ejemplo, a mí me encantan los perros, pero es que ahora tienes que hacer un cursillo para tener perros.
Y es que el cursillo lo hice cuando tenía cinco años y tenía un perro, y solamente cocinaba para mi perro. Desde que he nacido he tenido un perro, o sea, que me encanta tener un perro. Y luego pues ahora por ejemplo, las cacas de los perros las tienes que llevar a un sitio para que les hagan el ADN, por si tú no los recoges, que yo siempre lo recojo. Ya lo recojo porque soy muy civilizada. ¿Pero por qué regulan tanto?
P.- ¿Es lo que más le fastidia de la política española? ¿el tema de la regulación?
R.- Todo el rato regulando, todo el rato. Prohibiendo más que regulando. Es prohibir y prohibir. Y lo de la gestación subrogada… Deje usted a la gente en paz, por favor. No regulen todo el rato.
P.- Siendo feminista, qué opina de que Alberto Núñez Feijóo, candidato del PP a la presidencia, haya anunciado su intención de suprimir el Ministerio de Igualdad si llega al Gobierno.
R.- Encuentro que el Ministerio de Igualdad ha sido el más insoportable de todos los ministerios. Esa sí que ha estado prohibiendo, prohibiendo, prohibiendo, y la verdad, haciendo el ridículo. Ojalá que nos lo quitaran por lo menos una temporada. Qué pesadez de ministerio, Dios mío, es que no han hecho nada interesante. Es que yo creo que España es un país que está muy bien en igualdad, y me alegro, pero todo el día prohibiendo no se consigue más igualdad. Se consigue que la gente acabe harta de tanta pesadez.
P.- Entiendo que Irene Montero no le cae bien.
R.- Irene Montero está ahí porque su marido era político. Es que no sé cómo no le da vergüenza. Es que a mí eso me da muchísima vergüenza. Habló muy mal, por ejemplo, de Ana Botella en eso. Es como si yo ahora me fuera a dirigir un periódico. Es que sería una cosa de décima categoría. O sea, no, yo tengo mi trabajo, la gente tiene su trabajo y entonces es estar mandando y prohibiendo todo el día porque seas ‘la mujer de’, me parece horrible. Luego tú eres de izquierdas, pero enseguida te compras un chalet con piscina. No sé, no sé… Y que todo el mundo te cuide, los niños y todo eso. Es que es muy pesado, la verdad. Irene Montero me cae fatal, la verdad. No lo he dicho nunca. Aprovecho esta entrevista para hacerlo.
«Celebro que no solamente las anoréxicas sean ‘sexys’, que las curvas se valoren»
P.- Para cerrar su visita a El purgatorio, ¿es cierto que Rafa Nadal tiene poca conversación?
R.- Bueno, tiene mucha conversación deportiva.
P.- ¿Qué político español viste mejor?
R.- Bueno, la verdad es que si yo fuera política siempre me pondría el mismo traje. Porque tienen tanto que hacer que si están todo el día pensando ‘qué me voy a poner’. No se ocupan de las cosas y muchas piensan solo ‘qué me voy a poner’.
P.- ¿Le gustaría vestir a algún político?
R.- Preferiría que no.
P.- ¿Ve algo de televisión?
R.- No sé encender la televisión.
P.- ¿Ve alguna serie?
R.- Sí, estoy viendo Succession. Estoy metida en la última temporada. Es muy divertido y la conversación es muy dinámica y muy divertida. Luego nos va a dejar un vacío tremendo. Ahora mismo mi plan es no tener plan para ver Succession. Pero en la serie van muy mal vestidos. Pero en fin…, está inspirada en Rupert Murdoch. La verdad es que he tenido la suerte de conocerle bastante.
P.- ¿Cree en el horóscopo?
R.- No, pero lo miro. Me divierte mirarlo.
P.- ¿Le gustan los toros?
R.- Me gustan mucho los toros, pero no voy.
P.- La última pregunta. Estando a unos días de las elecciones, ¿va a ir a votar? ¿Lo tiene claro?
R.- Me he comprado un billete que me ha costado 300 euros y he anulado mi cumpleaños, que era el 22 de julio, por culpa de venir a votar. Voy a venir a votar, pero la verdad que encuentro que Pedro Sánchez nos ha hecho una putada con esto. A mí personalmente me ha hecho una putada enorme. Nunca me ha tocado a mí ser de una mesa, pero creo que iba a hacer 45 grados en los colegios electorales. Yo no sé por qué ha hecho eso. Porque si lo hubiera hecho el 8 de septiembre, estaríamos todos encantados.
P.- ¿Le cae bien Pedro Sánchez?
R.- Con esto que ha hecho me ha caído muy gordo. Es que el 22 de julio es mi cumpleaños, y todos los años doy una fiesta.
P.- ¿Y si lo ha hecho pensando en eso?
R.- Igual lo ha hecho pensando en joderme. El año pasado nos acostamos a las seis o las siete de la mañana. Entonces no vas a ir a votar. También estoy en Mallorca, ¿sabes? Ya me he sacado el billete, o sea que me ha costado una pasta la mierda del adelanto.
P.- ¿Tiene claro el voto?
R.- Como estoy muy enfadada con Pedro Sánchez, a él no le voy a votar.