La evolución estética de la reina Letizia a los 51: del 'bodypositive' a su faceta fitness
Supera la barrera de los 50 ganándose el corazón de los españoles y con dos grandes banderas que confirman su cambio
La reina Letizia celebra una nueva vuelta al sol. Ya son 51 los años que acumula y en los que ha experimentado una marcada evolución en distintos ámbitos de su vida. Su última etapa se ha mostrado como una consorte mucho más cercana al pueblo, vistas en cada una de sus apariciones públicas. No duda en pararse a hablar con los ciudadanos que la requieren, en hacerse fotos o en intercambiar chascarrillos.
La esposa de Felipe VI ha ido limando algunas aristas de su perfil como reina. Durante años se le criticó que no mostrase todo el apoyo que requería para su crecimiento el deporte femenino, epicentro de actualidad ahora mismo. Precisamente, Letizia se llevó la palma durante la celebración del pasado Mundial de fútbol conquistado por las jugadoras españolas.
La reina acudió junto a su hija pequeña, la infanta Sofía -gran amante del balompié- al estadio de Sidney donde las futbolistas hicieron historia al ganar el ansiado trofeo. Allí se las vio muy entregadas y vibrando con la hazaña de las chicas que por entonces entrenaba el destituido Jorge Vilda.
Lo que ha venido a raíz de ese día es una horda de polémicas que no cesan y que ha llevado a que Luis Rubiales presente su dimisión o a que la Justicia solicite una orden de alejamiento a Jenni Hermoso por el famoso beso, tal y como puedes leer en THE OBJECTIVE. Pero esa es otra historia.
La evolución estética de Letizia
En lo que a la que fuera periodista se refiere, está más que comprobado que su refinado estilo y su manera de proceder triunfa tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. Si hay un aspecto por el que la reina ha protagonizado titulares es su evolución estética.
Todos hablan de su rostro, de su peinado y de su cambio de imagen a uno más arriesgado. Pero existen dos puntos muy importantes que han sido objeto de análisis en su conversión de princesa a reina: el bodypositive y el fitness.
El primero está radiografiado en que desde hace un tiempo, la reina Letizia luce sus canas sin ningún tapujo. En ella se ha despertado esa necesidad de volver a lo natural y que ha hecho que deje de utilizar tintes por una cuestión de principios.
Del mismo modo, de un modo gradual ha ido cediendo el uso de tacones debido a la enfermedad. La asturiana padece metatarsalgia. Se trata de una dolencia por la que se prescribe evitar el uso de tacón alto. El Neuroma de Morton es una dolencia crónica en el metatarso que se le ha agravado a la reina por el uso continuado de zapatos de este tipo. Por eso, los ha desterrado casi totalmente de su armario.
La importancia del deporte
Por otro lado, goza de un cuerpo absolutamente tonificado, trabajado y esculpido a base de exigente rutina física y una alimentación saludable en la que evita procesados y refinados. El deporte es innegociable para Letizia. Se sabe que practica yoga, zumba, bici estática y que entrena en el gimnasio de Zarzuela de manera ocasional. Cuando lo hace, trabaja ejercicios de fuerza que le permiten lucir unos músculos marcados y libres de grasa.
Una amiga suya dio algunas pinceladas de cómo era su entrenamiento: «La Reina realiza ejercicios de curl de bíceps con pesas, barra o TRX, un día sí y otro no. Ella siempre recomienda, cuando alguien le pregunta, que hagan fondos de tríceps en la pared. No se necesita más que el peso del propio cuerpo y una pared, ese es su ejercicio favorito», contó en El Español.
En cuanto a la alimentación, Letizia es prusiana. Lleva un control de todo lo que ingiere. En su plato nunca falta carne o pescado en su almuerzo y cena, mientras que para el desayuno suele prepararse una tortilla de tres huevos y un té verde. A media mañana y para merendar la reina acostumbra a comer pavo o productos lácteos como el yogur, el kéfir, un puñado de frutos secos o una pieza de fruta. No hay secretos, solo trabajo.