La 'habitación del sexo' de la casa de Will Smith y Jada Pinkett
El todavía matrimonio se pasó años durmiendo con sus hijos, así que a ella se le ocurrió hacer un nidito de amor
Poco a poco, vamos conociendo más detalles de la vida íntima de Will Smith y Jada Pinkett. Y todo gracias (o por culpa de) la biografía de la actriz, titulada Worthy, que salió a a la venta el pasado 17 de octubre.
Un libro que está haciendo mucho ruido, pues, tal y como te contamos en THE OBJECTIVE, Jada Pinkett está de promoción y en una de las entrevistas que ha hecho ha revelado que lleva separada de Will Smith desde hace siete años. «En 2016 estábamos exhaustos de seguir intentándolo. Creo que estábamos atrapados en la fantasía de lo que pensábamos la otra persona tenía que ser», ha dicho ella a la NBC.
La artista ha desvelado que aunque no se ha divorciado legalmente, la pareja estaba separada en la práctica seis años antes de que Will Smith le dio una bofetada a Chris Rock por hacer una broma sobre su esposa. El incidente, que empañó la gala de los Óscar de 2022, colocó bajo un intenso escrutinio público a la pareja que se mantuvo en silencio durante meses.
Pero eso no es todo, pues ahora han salido a la luz detalles íntimos de la pareja.
La ‘habitación del sexo’ de Will Smith y Jada Pinkett Smith
Casados desde 1997, el todavía matrimonio durmió en la misma cama que sus hijos —Jaden, ahora de 25 años, y Willow, de 22— durante años, lo que puso en peligro la intimidad de la pareja.
Por ello, Jada Pinkett Smith tomó cartas en el asunto y se le ocurrió hacer una ‘habitación del sexo’ para pasar un tiempo a solas con su hombre.
«Para darnos nuestro propio espacio, incluso construí un hermoso nido de amor (…) con un techo abovedado lleno de estrellas brillantes», escribe Pinkett Smith en sus memorias. «Pero con el tiempo, los niños también se apoderaron de esa habitación», revela la actriz.
Aunque no se sabe si siguieron usando esta habitación, Jada nunca ha tenido quejas en lo que a su intimidad con Will Smith se refiere, aunque sí en otros aspectos de su vida: «Durante dos décadas, estuve poniendo buena cara, siguiendo la corriente, diciéndoles a todos que estaba bien. Sin embargo, en el fondo, tenía ataques de depresión y una desesperanza abrumadora que se convirtieron en un infierno. (…) . La terapia me ayudó hasta cierto punto», escribe.
Al menos, ahora sabemos que no fue todo malo, y que, como vemos, tener una ‘habitación del sexo’ no hace que un matrimonio sea feliz.