Los diez años de Felipe VI en el trono: el papel esencial de Letizia y el acercamiento a su familia
Este miércoles 19 de junio se celebra una década de la llegada al trono del rey Felipe tras la abdicación de su padre
El 19 de junio de 2014 es un día que Felipe de Borbón y Grecia no olvidará jamás. Tras más de cuarenta años formándose para ello, el hijo varón de don Juan Carlos y doña Sofía daba paso a una nueva etapa en su vida que marcaría, además, un antes y un después en la monarquía española. Su padre, quien se había visto afectado por las informaciones que se publicaron sobre sus gestiones en el trono, tanto profesionales como personales, no tuvo más remedio que abdicar en su hijo pequeño. Casi un mes mas tarde se convertía en Rey, Felipe VI. Bajo una oleada de gente que salió a recibirles al Palacio Real, una felicísima Letizia -que no olvidemos que también se convertía en Reina- y sus dos pequeñas hijas, Leonor y Sofía, saludaban a todos aquellos que se habían acercado a aplaudirles.
Una ciudadanía que, como en cada acto relacionado con la Corona, se volcaron en brindarles su apoyo. Este también fue un paso de suma importancia para Letizia Ortiz. Muchos habían sido los obstáculos que había tenido que sortear hasta aparecer en aquel balcón ondeando su mano. Los prejuicios de su familia política o los de la propia sociedad habían hecho que su estabilidad personal se tambaleara, pero nunca su relación con Felipe. Juntos han formado un consolidado matrimonio, uno de los más fuertes, duraderos y cariñosos de las monarquías europeas. Muchos han sido los gestos de admiración que se han tenido mutuamente, con los mismos ojos de orgullo que, ahora, ambos, observan a una mayorcísima princesa Leonor que está finalizando su primer año de entrenamiento militar o una responsable infanta Sofía que estudia de casa, en Gales.
Sus hijas siempre han seguido sus pasos. Educadas, cercanas con los ciudadanos, conformes -o aceptando- su situación, nunca han expresado una mala cara o un mal gesto, algo que pudiera indicar que lo que están haciendo aquí, en la sociedad, forma parte de un trabajo que, en algunas ocasiones, puede convertirse en tedioso. Una vez fue la reina Letizia quien dijo que la princesa Leonor estaba haciendo lo que «debía», no lo que «quería». Una máxima que tienen grabada a fuego los cuatro miembros de la familia quien siempre han intentado cuidar todo lo que se decía de ellos, actuar bajo el paraguas del protocolo y mantenerse al margen de cualquier tipo de polémica.
Los comienzos de Felipe VI y Letizia
Esto ha hecho que muchas personas, dentro de la ciudadanía, le hayan dado otra oportunidad a la monarquía. Algo que, si miramos los últimos años de reinado de Juan Carlos, no fue nada fácil. Aunque comprometido con su papel, el padre del rey Felipe cometió varios fallos que le llevaron a decir ‘adiós’ a aquello por lo que se había formado, aquella decisión que estaba tomada antes de casi nacer y aquello que había sido su vida. Don Juan Carlos vivió una monarquía tradicional, alejada de aquellos supuestos más modernos que puede defender Felipe VI, basada en las relaciones interpersonales y en los negocios. Durante muchos años dejó atrás esa parte, a lo mejor, más social y solidaria que forma parte de la Corona, sobre todo al ver que su matrimonio con la reina Sofía se resquebrajaba.
El accidente en Botsuana, el no poder contener las noticias sobre su relación con Corinna o las informaciones sobre sus negocios, hicieron que don Juan Carlos tomara la decisión de abdicar. Algo que no fue nada fácil porque, como comentábamos, él adoraba -y lo sigue haciendo- la institución más que ninguno. Supo perfectamente que dejaba el trono en manos de una persona que se había preparado para asumir esas responsabilidades. Porque criar a Felipe VI siempre fue fácil. El joven Felipe se formó, como ahora está haciendo su hija, durante tres años en el campo militar. Luego, pasó por la universidad donde cursó Derecho y, más adelante, se especializó con un máster en Estados Unidos.
Cada uno de estos pasos fueron tomados de acuerdo a las pretensiones de la Casa Real, algo a lo que Felipe sabía que se enfrentaba. Lo de encontrar pareja sí que se le resistió un poco más. Sobre todo, teniendo en cuenta que, por aquel entonces, no todas las candidatas eran «válidas». Mantuvo una relación con varias modelos, aunque probablemente la más conocida fue Isabel Sartorious, con quien se habló hasta de boda. Pero se apuntó que no llegaron a pasar por el altar porque no era del agrado de los Reyes. Su compromiso con Letizia, la presentadora de los Informativos de TVE por aquel entonces, fue todo un shock. Ni los propios compañeros de la periodista sabían de su relación, solamente eran conocedores de ello aquellos con los que tenía más relación.
Su boda en La Almudena
Sí que es cierto que muchos fueron los rumores de una posible relación pero todos acababan en saco roto ante la negación de la propia Letizia. Se dieron el ‘sí, quiero’ un lluvioso día de mayo en la Catedral de La Almudena y, al poco tiempo, nació la pequeña Leonor, una niña que dio buena cuenta de lo risueña y extrovertida que era. Juntos se enfrentaron a uno de los momentos más complicados en la vida de Letizia; el fallecimiento de su hermana Érika que coincidió con su segundo embarazo. En ese momento, una rota princesa de Asturias tuvo que ver cómo su familia se desmoronaba, cómo perdía a su hermana pequeña, protagonizando un cariñoso abrazo con su suegro, el rey Juan Carlos.
Nació su segunda hija, una niña a la que pusieron el nombre de Sofía, en honor a su abuela. Al contrario que su hermana, la pequeña siempre se mostró más tímida ante los medios de comunicación. La familia, al completo, emprendió una vida tranquila, en Zarzuela, en una etapa como Príncipes en la que, aunque tenían responsabilidades, sí que pudieron volcarse en cuerpo y alma a la infancia de sus dos hijas. Sí que es cierto que durante muchos años se apuntó que entre Letizia y su familia política había una cierta tensión debido al carácter de ella. Desde la Casa Real no esperaban que quien contrajera matrimonio con el heredero al trono dijera aquello que pensaba, da igual cuál fuera la situación, y quisiera poner los puntos sobre las íes.
Sus avances dentro de la Corona
Una tensa relación que se vio confirmada cuando el rey Felipe accedió al trono. Durante sus primeros años como monarca, Felipe ya rompió moldes. Su primera reunión se produjo en honor a las víctimas del 11M pero la segunda lo hizo con distintas ONG, entre las que se encontraban aquellas que representan al colectivo LGTBIQ+. Un paso adelante que los dos monarcas quisieron dar hacia un futuro más próspero, diverso y moderno. También, en algunos de sus actos, desaparecieron los símbolos religiosos, para preservar la aconfesionalidad del Estado. Tampoco Letizia se santiguó debido a que siempre defendió que no era creyente. También, quiso poner distancia con las corridas de toros, a las que no ha acudido tras convertirse en Reina.
Su familia, su talón de Aquiles
Probablemente el talón de Aquiles de Letizia y Felipe ha sido, como decíamos, la familia Borbón. La reina Sofía, una habitante más de la Zarzuela, siempre se ha mantenido al lado de su hijo pequeño, al igual que lo ha hecho su hermana Irene. Pero la confianza en su padre y su buena sintonía se enfrió cuando este abdicó y decidió irse a vivir a Abu Dabi, aunque fuera de forma pública. En todos estos años, han sido contadas las ocasiones en las que el rey Felipe ha posado con su padre o con sus hermanas, con quienes tampoco ha aparecido en público y siempre se han mantenido al lado de su progenitor, algo que, probablemente, fue un punto de inflexión en su relación. También, el caso Nóos afectó a las apariciones frente a los medios de la infanta Cristina, quien, por voluntad propia, decidió retirarse a un segundo plano.
Ahora, con el paso del tiempo, parece que las aguas se han calmado. Es por eso que hace dos semanas, el rey Felipe apareció junto a su hermana Cristina en un acto de la Fundación La Caixa. Además, la infanta Elena ha recuperado su agenda dentro de sus funciones como Familia Real. Sí que es cierto que muy lejos quedan aquellas imágenes de toda la familia junta en las regatas de Sangenjo, en las que el rey Juan Carlos era el absoluto protagonista y sus hijos y sus nietos eran sus mayores apoyos.
En todos estos diez años, tanto Felipe como Letizia han viajado a Estados Unidos, a Israel, han tenido un papel clave en el 1-O, a México, a Japón, a Guatemala, han estado en la primera plana de la lucha contra el Covid y han librado una infinidad de funciones que les han convertido en dos de las personas más importantes de nuestro país. Un papel fundamental ha tenido también la reina Letizia que, como decíamos, se ha enfrentado a distintas suposiciones sobre su persona. En todos estos años, la monarca ha demostrado que se ha formado para el papel que desempeña día a día porque nunca se olvida de que es Reina. Además, ha dejado claro que es de las mejores comunicadoras que hay dentro de la Casa Real, dando discursos a la altura de una periodista que nunca ha olvidado su profesión.
El protagonismo de la princesa Leonor y de Letizia
Quien tampoco ha olvidado su función dentro de la Familia Real es la princesa Leonor. La primogénita de Letizia y Felipe se está formando para sus labores cuando, en algún momento de su vida, se convierta en Reina. Además, en estos últimos años, ha dado varios pasos al frente en los que ha demostrado su profesionalidad, aunque sin olvidar esos nervios propios de las primeras veces. Leonor se ha enfrentado sola a varios eventos fundamentales en su carrera como la entrega de la Medalla de la institución, el título de Hija Adoptiva de Zaragoza y la Medalla de Aragón. El día de su 18 cumpleaños también juró la Constitución, un evento que, además, marcó un antes y un después.
Para este 19 de junio y para conmemorar sus diez años de reinado, la Familia Real ha organizado infinidad de eventos en los que los protagonistas serán los reyes Felipe y Letizia y sus dos hijas, Leonor y Sofía. Así, la ciudad de Madrid se vestirá de gala y todos juntos celebrarán esta década de Felipe VI en el trono. El futuro se presenta esperanzador, con el protagonismo creciente de Letizia y Leonor y con una mejora en la relación con su familia. Así, en esta nueva década, tanto los Reyes como sus hijas afrontarán nuevos retos, darán buena cuenta de su responsabilidad y su compromiso con el trono y seguramente nos seguirán ofreciendo ese lado más cercano y humano.