Amalia de Holanda, un año tras su tranquila vida en Madrid: más segura y centrada en su carrera
La hija mayor de los reyes Guillermo y Máxima vino a vivir a Madrid a finales de 2023 huyendo de la ‘Mocro Maffia’
Amalia de Holanda tuvo que hacer las maletas hace poco menos de dos años para poner rumbo a España. Aunque no estaba entre sus planes, la hija de Máxima y Guillermo de Holanda tuvo que cambiar su residencia y se instaló en Madrid, huyendo de la mafia. Desde hace años, vive amenazada por la Mocro Maffia, quienes han amenazado con atentar contra su vida. Para evitar este escenario y, sobre todo, para la tranquilidad de sus padres, la princesa puso rumbo a Madrid, donde estuvo bajo el paraguas de Felipe y Letizia. En ese año que estuvo viviendo la princesa heredera en la capital pasó totalmente desapercibida y, además, estuvo muy volcada en la universidad, apuntándose a la escuela IE de Madrid.
En estos últimos 365 días, la princesa ha seguido adelante con su agenda en Holanda pero, también, con el equipo de seguridad siguiendo los pasos muy de cerca. Cuando comenzó a sufrir los primeros estragos de las amenazas, Amalia tuvo que cambiar algunas de sus rutinas. Estudiando en la ciudad de Amsterdam, hace unos años, la primogénita del rey Guillermo, decidió mudarse a la ciudad junto a un grupo de amigas. Algo que tuvo que cambiar cuando comenzó a temerse por su vida. Así, la princesa pasó sus días recluidas en el palacio, junto a su familia, sin casi poder salir.
La vida en Ámsterdam de Amalia de Holanda tras volver de Madrid
Esto hizo que afectara gravemente a su estado de ánimo, algo que confirmó su padre en una entrevista. Ahora, con un poco más de tiempo, aunque sus padres se toman su seguridad muy en serio y viéndolo con un poco de perspectiva, su vida ha dado un giro de 180 grados y ha podido volver a hacer aquello que echó tanto de menos. Fue a finales de 2022 cuando Amalia tomó la decisión de poner en un primer plano su integridad física y eligió Madrid como lugar para sentirse más a salvo. Sí que es cierto que el destino elegido no fue al azar. Por todos es conocido la buenísima relación que tienen la Familia Real holandesa y la española, especialmente entre la reina Letizia y su madre, Máxima.
Es por eso que la Casa Real le aseguró que no solamente Amalia iba a estar a salvo sino, también, totalmente integrada, algo de lo que se encargó personalmente la propia monarca. «Todo ello fue posible gracias a la afectuosa dedicación de un gran número de conciudadanos y de sus majestades. Fue una conmovedora prueba de amistad en un periodo difícil. Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a sus majestades y a todos los que colaboraron en ese esfuerzo», agradeció el rey Guillermo. La primera vez que pudimos ver a la joven en Madrid fue en enero de este mismo año cuando ya había llegado a vivir a la ciudad y fue fotografiada junto a su madre, quien le estaba haciendo una visita. Por aquel entonces, los medios de comunicación no conocían que la joven se había instalado en la capital.
Su vida amenazada por la mafia y la vuelta a la realidad
Tras su vuelta a Holanda, Amelia concedió unas palabras a los medios de comunicación, en los que explicó lo que realmente había extrañado, en todo este tiempo alejada de la vida pública. «Echo de menos la vida normal, la vida de estudiante. Caminar por las calles, poder ir a una tienda», afirmó. Por ahora, la princesa sigue adelante con sus estudios de Política, Psicología, Derecho y Economía, que tuvo que dejar de lado cuando se marchó hasta Madrid, una carrera que puso en stand by. Lo cierto es que Amalia siempre ha sido muy consciente de la importancia de cuidar su vida personal y, sobre todo, su salud mental.
Es por eso que la joven comenzó a tratarse cuando tan solo tenía nueve años, tras la muerte de su tío Friso en un accidente de esquí en 2013. Cinco años más tarde, perdió a su tía, hermana de Máxima, Inés, quien se quitó la vida. En la biografía publicada en noviembre de 2021, coincidiendo con su mayoría de edad, Amalia reconoció que seguía yendo al psicólogo con el objetivo de «desahogarse».