La intrahistoria del retrato de los Reyes de Annie Leibovitz: looks descartados y un anillo especial
Los Reyes han sido fotografiados por la icónica artista posando junto a varios detalles que han pasado desapercibidos
Los Reyes, fotografiados por Annie Leibovitz. | Gtres
Los retratos del rey Felipe y la reina Letizia que ha realizado la famosísima fotógrafa Annie Leibovitz no han dejado indiferente a nadie. Aunque las imágenes fueron tomadas a los Reyes hace algo más de nueve meses, no vieron la luz hasta este mismo 26 de noviembre, un día después de que fueran presentados en la exposición La tiranía de Cronos en el Banco de España. Sin duda alguna, la gran protagonista de la instantánea, que fue tomada en el salón Gasparini del Palacio Real, ha sido la reina Letizia, quien recuerda a una actriz de Hollywood con un halo de luz que ilumina su figura. Mientras tanto, Felipe, más en oscuridad, está vestido con su traje como alto mando del Ejército, posando de forma discreta.
Han sido muchos los detalles que han llamado la atención de los dos cuadros. Y, sobre todo, que nada de lo que aparece en ambos ha sido elegido al azar. Así, por ejemplo, visualmente hablando, una de las cosas que más llama la atención es la colocación de los Reyes en ambas imágenes. Mientras que la reina está justamente de pie con muy poco espacio entre sus zapatos y el suelo, la imagen del rey Felipe está un poco torcida, lo que recuerda a una composición pictográfica antigua como pudo ser en su caso, por ejemplo, Las Meninas de Velázquez, donde no se buscaba la perfección.
El chal frambuesa de Letizia fue hecho para la boda de la reina Sofía
Otro de los puntos que llama especialmente la atención es el look escogido por la reina. Aunque en un primer momento se esperaba que se decantara por un vestido «más de reina» y que, incluso, llevara «tiara», nada más lejos de la realidad. Para ser inmortalizada, la monarca eligió un diseño del conocido diseñador Balenciaga, compuesto por un vestido negro en crepé y con los hombros al aire. Además, la pose destaca porque, con la espalda recta, deja esa parte de su cuerpo al aire y cubre parte de sus brazos con una espectacular capa en color rojo. El vestido de Balenciaga es vintage y, como ya contamos en THE OBJECTIVE, se expuso en Sabadell, formando parte de una de las colecciones de privadas y data de 1948.
La capa, color frambuesa, que Letizia lo lleva como chal perteneció a la condesa de Torroella de Montgrí en 1962. La condesa lo encargó por la boda del rey Juan Carlos y la reina Sofía, por lo que Letizia con su elección ha hecho, también, un guiño especial a su familia política. Como sucede con las joyas elegidas, del joyero real. Así, la monarca lleva unos pendientes de chatones, que ya ha lucido en más de una ocasión, y un collar del mismo estilo. Ambos pertenecieron a la reina Victoria Eugenia y, como ella misma dejó por escrito, han pasado de reina en reina. Otro de los detalles que llama especialmente la atención es el anillo que luce Letizia.
El anillo de la reina, cambio de look de los Reyes y la ausencia de tiara
Aunque pueda pasar desapercibido, porque se entremezcla con el chal, se trata de uno de los diseños favoritos de la reina que siempre suele llevar en su dedo índice de su mano izquierda. Es de la marca Coreterno y desde hace tiempo es un indispensable en la vida de la reina que no se quita. La primera vez que lo lució fue hace algo más de un año y lo ha llevado en momentos de especial relevancia como la jura de la Constitución de Leonor en el Congreso de los Diputados. Si hablamos sobre los detalles de la joya, esta tiene inscrito en su exterior una significativa frase: «Amor che tutto move», traducido como «El amor todo lo mueve». En el interior se puede leer: «As long as I’m existing, you will be loved» -«Mientras exista, serás amado»-. Lo que hace que se erija como un anillo con un gran toque romántico.
Otro de los detalles que más sorprende es que la reina haya decidido no llevar tiara. Tal y como confirman en EL ESPAÑOL, en un primer momento, la monarca sí que posó con este accesorio, con la de la Flor de Lis, que combinó con la banda de la orden de Carlos III. Pero fue la propia Leibovitz quien dijo que era mejor deshacerse de ambos. Además, en el caso del Rey, Felipe también lució chaqué y frac pero, finalmente, la fotógrafa decidió quedarse con el uniforme militar. Para buscar la perfección, Leibovitz estuvo trabajando con los Reyes durante más de seis horas, en las que la artista dio distintas indicaciones a los monarcas que cumplieron a rajatabla. Por todos es conocido, además, lo meticulosa que es Leibovitz con su trabajo y, por eso, se encargó ella misma hasta de elegir el marco que iba a arropar las instantáneas que ella misma hizo.
