Este es el lugar donde acaban los regalos que reciben los Reyes: lo que indica la normativa
Cada año, tanto Felipe como Letizia, la princesa Leonor y la infanta Sofía reciben más de 300 obsequios diversos
Los Reyes suelen formar parte de infinidad de eventos en los que los ciudadanos también juegan un papel fundamental. Muchos de ellos, les esperan a las puertas de cualquier lugar público para entregarles algún que otro obsequio, que tanto Letizia como Felipe recogen con una gran sonrisa. Algo que también sucede en otras partes de Europa y con el resto de casas reales. Sí que es cierto que cada una tiene su manera de proceder. En el caso de la Familia Real española por el artículo 26.2b).6º de la Ley 19/2013, de transparencia, acceso a la información pública y buen gobierno, que es aplicable a los miembros del Gobierno y altos cargos y asimilados de la Administración del Estado, las Comunidades Autónomas y las Entidades Locales. Es ahí donde viene muy detallado lo que tienen que hacer los Reyes y sus hijas cuando reciben algún que otro obsequio.
Sí que es cierto que, de forma general, tanto Felipe como Letizia, cuando tienen contacto con los ciudadanos, suelen recibir ramos de flores, fotos o algún detalle típico del lugar. También, hay otras muchas personas que deciden enviar regalos a la Zarzuela. Por ejemplo, durante 2023, los Reyes recibieron más de 300 regalos, entre los que se encontraban una bandera de Ucrania o un gorro de la Legión. También, algún que otro detalle de las distintas oficiales que hicieron, de las diversas familias reales europeas y jefes de Estado, como en el caso de Zelensky que le regaló a la reina Letizia una blusa tradicional ucraniana y cuatro manteles individuales.
Qué hace la Casa Real con los regalos que reciben los Reyes
De esta manera y de forma general, los Reyes «no aceptarán para sí regalos que superen los usos habituales, sociales o de cortesía, ni favores o servicios en condiciones ventajosas que puedan condicionar el desarrollo de sus funciones. En el caso de obsequios de una mayor relevancia institucional se procederá a su incorporación al patrimonio de la Administración Pública correspondiente». En el caso de que esto se produzca y de que tengan carácter institucional, «se procederá a su incorporación al Patrimonio Nacional». Además, «los miembros de la Familia Real no podrán aceptar regalos que por su alto valor económico, finalidad o interés comercial o publicitario, o por la propia naturaleza del obsequio, puedan comprometer la dignidad de las funciones institucionales que tengan o les sean atribuidas».
Además, en la legislación diferencian entre aquellos regalos de carácter institucional y personal. Sobre este primer grupo, se engloban aquellos que «a los efectos de esta regulación, son regalos institucionales los que sean ofrecidos a los miembros de la Familia Real con motivo de un acto oficial o en razón de su condición». Tendrán esa consideración aquellas que sean ofrecidas por las «autoridades anfitrionas», por «las administraciones públicas» o «por las autoridades en un Estado extranjero». Además, se considerarán también aquellas que se produzcan en visitas oficiales de Estado o en España. Estos se incorporarán al Patrimonio Nacional.
La normativa que lo regula
Pero ¿qué sucede con los regalos de carácter personal? Estos podrán ser aceptados cuando «no superen los usos sociales o de cortesía». «Cuando excedan dichos usos, seguirán el mismo tratamiento que los regalos de carácter institucional, o bien serán cedidos a una entidad sin ánimo de lucro que persiga fines de interés general o a una administración, organismo o entidad pública que se dedique a la conservación, mantenimiento o actividades similares referidas a bienes de la misma naturaleza que el objeto de regalo», apuntan desde Casa Real. Sí que es cierto que hay otros términos especiales, en los que se expone que los miembros de la Familia Real «no aceptarán préstamos sin interés o con interés inferior al normal del mercado, ni regalos de dinero». Si esto sucede, se procederá a su devolución o a ser donado a una entidad sin ánimo de lucro.
En el caso de que los premios que sean concedidos a la Familia Real «comprendan alguna dotación económica», en estos casos «deberá procederse a ceder su importe a una entidad sin ánimo de lucro que persiga fines de interés general». Todos los regalos recibidos son revisados «por la Comisión formada por los titulares de las citadas Unidades bajo la presidencia del Secretario General». Esta valorará cada regalo, dependiendo su importancia histórica, artística, estética o económica. Además, será esta Comisión la que decida si estos presentes se incorporen o no a Patrimonio Nacional, dependiendo de su tienen «carácter fungible o carecen de valor histórico, artístico, estético o científico».