La austeridad de Leonor en el Blas de Lezo: sin internet, duchas limitadas y camarote reducido
Será el próximo sábado cuando la princesa viajará hasta Canarias para embarcar en la fragata en su última etapa

La princesa Leonor, en una imagen de archivo. | Gtres
Será el próximo 14 de junio cuando la princesa Leonor se embarque en la fragata Blas de Lezo. Este mismo martes, la hija mayor de los Reyes ha llegado a Madrid desde Nueva York y se ha reencontrado con su madre y su hermana, la infanta Sofía, quienes la estaban esperando en Zarzuela. De esta manera, la princesa ha concluido su formación en el buque-escuela Juan Sebastián Elcano y se enrolará, en los próximos días, en una de las fragatas más exigentes y duras. Aunque comprometida siempre con su formación como guardiamarina, esto no evitará que la princesa note el cambio entre su vida en Elcano y en el Blas de Lezo que será especialmente diferente.
Así, ambas formaciones son muy diferentes en propósito, entorno, ritmo y estilo de vida, aunque las dos son fundamentales en la educación de los futuros oficiales de la Armada Española. Si hablamos del Blas de Lezo, la formación es exigente, formativa y muy estructurada. Es por eso que la princesa se tendrá que someter a una serie de nuevas normas que, sin duda, constituirán una personalidad más perseverante y dedicada a esta faceta de su vida que será esencial para cuando se convierta en reina. Además, Leonor está siguiendo los pasos de su padre y de su abuelo, por lo que, una vez concluida su educación en la Marina, tendrá que pasar por la Escuela del Aire de la localidad murciana de San Javier.
La rutina austera y rígida de Leonor en el Blas de Lezo

Por el momento, la princesa está muy centrada en su día a día y sus retos del presente y lo más cercano es su implicación dentro del Blas de Lezo. La rutina de Leonor comenzarán entre las seis y media y las siete de la mañana. Tras la diana, todos los guardiamarinas participarán en formaciones, inspecciones y tareas de limpieza. Luego, comenzarán las clases, en las que se alternan actividades académicas, como la navegación, armamento u operaciones navales, con los adiestramientos prácticos como simulacros, manteniendo o guardias. Estas últimas serán una constante en la vida de los guardiamarinas, ya que rotan en turnos para hacer guardias en el puente, la sala de máquinas o en el centro de información de combate. Además, puede ser de día o de noche.
Los espacios compartidos serán especialmente reducidos -ya que el barco es más compacto que Elcano- y la princesa, al igual que el resto de guardiamarinas, vivirán en camarotes compartidos con muy poco espacio para los objetos personales. Las comidas, como todo lo demás, será en común y se servirán en el comedor del buque, que también se conoce como rancho. Además, la dieta será equilibrada a la par que simple. Durante las misiones, tanto la princesa como sus compañeros, pondrán en práctica todo lo que han aprendido en clase y se enfrentarán a condiciones reales como la navegación, la vigilancia de zonas de interés estratégico, las misiones OTAN o maniobras multinacionales. También, se intenta reforzar los valores como el compañerismo, la resistencia mental y la disciplina. Los días en la mar son intensos, con poco ocio. Es más, no tendrán casi acceso a Internet y mucho menos a las redes sociales. Pero, entonces, ¿cuáles son las diferencias con Elcano?
Las diferencias entre el Blas de Lezo y Elcano
Lo primero a lo que tenemos que hacer referencia es que el Blas de Lezo es una fragata de combate moderna (F-100), mientras que Elcano es un bergantín-goleta clásico de vela. El primero de ellos se usa para operaciones militares reales y la que ha sido la casa de Leonor en los últimos cinco meses se enfoca en navegación militar y diplomacia naval. El enfoque de la formación dentro de la fragata tiene que ver más con las operaciones tácticas, la vigilancia y la defensa. Además, es más técnico-operativa, militar y logística y cuenta con sistemas de armas, mando y operaciones navales. Por su parte, Elcano tiene una navegación más clásica, tradicional, cultura e histórica.
La vida diaria en el Blas de Lezo es intensa, con turnos de guardia y combate. Los camarotes son un poco más modernos que los de Elcano, pero son más reducidos y, sobre todo, con menos espacio para guardar los objetos personales. El ritmo del barco es rápido, al estilo de un cuartel flotante. El contacto con el exterior de los guardiamarinas es breve y formal y solamente en ocasiones limitadas. Es más, la princesa estará en el Blas de Lezo, durante un mes, y recorrerá las costas de Canarias, donde practicarán con fuego real. Así, su entrenamiento será más militar, moderno y táctico. El ambiente, además, será técnico, funcional y exigente y la presión será muy alta, como si fuera una operación real. De forma general, el ambiente será más profesional, con menos actividades formativas y el ambiente será de trabajo militar.
Las funciones institucionales de la princesa en el Blas de Lezo serán más limitas, sobre todo en términos protocolares y mediáticos, ya que se trata de un buque con una clara misión operativa. Es decir, pasará de una experiencia formativa y ceremonial a una más operativa, moderna y enfocada a misiones reales.