La vida personal de Gabriel Rufián: de su pasado en un taller a su pareja e hijos
Creció entre máquinas de coser, pájaros heridos y discursos que aún no sabía que un día pronunciaría

Gabriel Rufián | EP
En una calle del barrio del Fondo, en Santa Coloma de Gramenet, creció Gabriel Rufián. Nació allí un 8 de febrero de 1982, en el seno de una familia trabajadora que nunca dejó de estar politizada. Su madre y su padre se conocieron en un mitin de Bandera Roja, una formación comunista que en los años setenta agrupaba a militantes obreros e intelectuales en la Catalunya que emergía de la dictadura. Aquella ideología, que nunca abandonó las conversaciones de sobremesa, se convirtió en el primer poso de una conciencia política que él, al parecer, absorbió con el paso de los años.
La infancia de Rufián se desarrolló entre la vida de barrio y el taller familiar que sus padres montaron en casa, un pequeño espacio de peletería donde se cortaban y cosían piezas de piel para clientes modestos. Mientras hacía los deberes, la máquina de coser sonaba sin parar, mezclándose con las voces de TV3 y los gritos de Son Goku en Dragon Ball.
Su relación con el catalán no fue inmediata. El castellano era el idioma de casa y de juegos, mientras que el catalán se le impuso como lengua normativa en la escuela. En las calles del Fondo, jugaba al fútbol con los chavales del barrio mientras su abuelo, ya mayor, le enseñaba a cuidar de pequeños pájaros heridos: jilgueros, verderones, gorriones. Aprendió a distinguir cuándo un ave podía sobrevivir y cuándo no.
Gabriel Rufián saltó a la política de forma casi fortuita
Tras terminar el bachillerato, Rufián se matriculó en la Universitat Pompeu Fabra, donde cursó Relaciones Laborales. Para poder estudiar, encadenó trabajos de todo tipo. Se sabe que descargó camiones, trabajó en tiendas de ropa y en servicios de atención al cliente. Más tarde completó un máster en Dirección de Recursos Humanos en el IDEC-UPF. Durante una década se dedicó a la selección de personal en una empresa de trabajo temporal.

Su salto a la política no vino desde una estructura tradicional de partido. Nunca militó en juventudes ni fue un activista vocacional. Fue, más bien, el contexto social y político del independentismo catalán lo que le arrastró hacia la vida pública. A partir de 2013, se implicó en Súmate, una plataforma creada por castellanohablantes que defendían el ‘derecho a decidir’. Ese discurso le dio visibilidad en un momento de redefinición del movimiento. Posteriormente, se unió al secretariado nacional de la Assemblea Nacional Catalana, lo que le abrió las puertas de Esquerra Republicana de Catalunya.
Un diputado inesperado
En la Nochebuena de 2015, Oriol Junqueras le llamó por teléfono para pedirle que se afiliara a ERC y encabezara la lista del partido al Congreso de los Diputados por Barcelona. Rufián aceptó.. Fue elegido diputado en las elecciones de diciembre de ese mismo año y reelegido en las sucesivas convocatorias. En 2019 fue nombrado portavoz del grupo parlamentario en Madrid. Desde entonces, su figura se ha consolidado como una de las más visibles del independentismo catalán en la política española.
Rufián ha construido un estilo propio, reconocible, que mezcla ironía, provocación y contundencia. Sus intervenciones en el Congreso, a veces tan virales como polémicas, suelen dar siempre mucho que hablar. Ha sido expulsado del hemiciclo, ha llamado «hooligan»a ministros, ha acusado a la derecha de corrupción con retórica afilada y ha señalado al PSOE por traicionar principios de izquierda.
Amor, ruptura y vida familiar
Aunque su figura pública es muy conocida, Rufián ha sido tradicionalmente reservado con su vida persona, sin embargo su mediática ruptura con Mireia Varela, con quien estuvo casi una década, le puso en el foco de la prensa rosa. Con la doctora en Filología Española y profesora universitaria tuvo a su hijo Biel, nacido en octubre de 2010. La pareja se separó en 2018, tras una ruptura muy comentada en medios y con ciertas repercusiones personales. Varela llegó a compartir mensajes en redes donde relataba el dolor de la separación, confesando haber «perdido parte de sí misma».

Ese mismo año, Rufián inició una relación con Marta Pagola, periodista navarra, licenciada en Comunicación Audiovisual y jefa de prensa del PNV en el Congreso. Su noviazgo ha sido discreto, alejado del foco mediático. En junio de 2022 se casaron en Irún, en una ceremonia íntima a la que asistieron figuras como Oriol Junqueras y Joan Tardà. En enero de 2024 nació su primer hijo en común. En la actualidad, Rufián vive entre Madrid y Badalona.