The Objective
Gente

Txarli, el hijo de Arguiñano: director de fotografía en 'El internado' y la «oveja negra» de la familia

El joven decidió desvincularse del mundo gastronómico de su padre y decantarse por la producción en televisión

Txarli, el hijo de Arguiñano: director de fotografía en ‘El internado’ y la «oveja negra» de la familia

Karlos Arguiñano junto a su hijo. | Redes sociales

Karlos Arguiñano puede presumir de tener una familia que está completamente volcada con el proyecto profesional que él comenzó hace más de tres décadas. Así, la mayoría de sus hijos han decidido dedicarse a la empresa familiar, gozando de un éxito claro y, sobre todo, estando cerca de su progenitor, de quien no solamente han aprendido a cocinar sino, también, a cómo llevar un negocio y desenvolverse fácilmente en el mundo hostelero. Karlos Arguiñano y su madre, Luisi, son padres de siete chicos; Eneko, Zigor, Txarli, Martín, Joseba, Amaia y María. Tanto Amaia como Txarli no se dedican al mundo de la gastronomía sino que han decidido decantarse por otros caminos, aunque siempre muy cerca de sus progenitores.

Amaia es ingeniera mecánica y, tras su formación, heredó la gerencia de la bodega familiar K5 Txakolina. Por su parte, Txarli, quien es uno de los hijos de Arguiñano más desconocidos, se dedica a la dirección de fotografía en cine y televisión. Ha participado en distintos proyectos como en El internado: Las Cumbres o la película Maixabel de Iciar Bollaín. Sí que es cierto que, a pesar de que la cocina no es su profesión, sí que es su pasión, algo que es compartido por sus padres y sus hermanos. Es por eso que en las comidas familiares que celebran todos en el caserío del cocinero, Txarli también tiene un papel fundamental y colabora con el resto de la familia.

Los siete hijos de Karlos Arguiñano

Arguiñano y Luisi llevan juntos toda la vida. Los dos han formado una de las familias más conocidas de Zarauz y ellos son los encargados de regentar el restaurante familiar que es una de las principales ramas de negocio de su padre. Aunque eso sí, Arguiñano tiene un papel más público gracias a sus continuas apariciones en televisión. Y es que el cocinero se ha convertido en toda una insignia en televisión y cuenta con una plaza fija dentro de Antena 3, donde alegra los mediodías a todos sus espectadores, ofreciendo un enfoque novedoso de recetas pero con el toque tradicional de siempre. En la pequeña pantalla ha sido su hijo Joseba quien ha decidido seguir sus pasos, siendo su mano derecha frente a los fogones de Atresmedia y quien se ha especializado en postres.

Eneko es el mayor de los hermanos. Nació a mediados de los años 70 y dirige la sala del restaurante familiar en Zarauz. Prefiere trabajar tras bambalinas, atendiendo al cliente y manteniendo la coordinación del comedor. Además, no le gusta aparecer ante los medios de comunicación y, por eso, mantiene una labor discreta y profesional. Por su parte, Zigor es jefe de cocina del restaurante familiar junto a su hermana María. Participa en concursos de pintxos y es muy respetuoso con el producto local. Comenzó en mecánica naval antes de dedicarse a la gastronomía, y más tarde estudió en la escuela de cocina Aiala junto a sus hermanos. El cuarto es Martín quien es el encargado de la gestión administrativa del hotel‑restaurante familiar. Asume un papel clave en finanzas, logística y organización del negocio. Además, ha sido descrito como buen mediador familiar y promotor de la cohesión en los proyectos familiares.

Joseba, quien ha tenido un papel más fundamental dentro de la televisión, decidió especializarse en repostería. Tiene su propio obrador, JA, en Zarauz. Es y ha sido presentador en programas como Sukalerrian (ETB1), Historias a bocadosEscapadas con Joseba, y colaborador de Cocina abierta de Karlos Arguiñano desde 2019. En lo personal, vive en Zarauz con su pareja Natali Fuentes y sus dos hijos, Manex y Kaia. Le apasionan el surf, la pesca y el golf. Por su parte, la sexta de los hermanos es Amaia, quien estudió ingeniería mecánica e industrial, trabajó en el mundo del motociclismo y, tras su formación, asumió la gerencia de la bodega familiar K5 Txakolina, donde gestiona producción y exportación. Además, es considerada como «la hormiguita» del grupo por su dedicación constante y enfoque metódico.

Por su parte, la séptima hermana es María, la hija adoptiva que nació en Argentina. La joven trabaja en la cocina del restaurante junto a Zigor como repostera y chef. Desde un primer momento, se integró plenamente en la familia y la empresa, a pesar de haber llegado desde una experiencia profesional previa en Argentina. Quien, sin duda, es el más discreto es Txarli, quien no ha querido nunca dedicarse a lo que tiene que ver con la gastronomía, aunque sí que se ha decantado por los medios de comunicación y, sobre todo, los audiovisuales. Karlos Arguiñano Ameztoi, el tercer hijo del famoso chef Karlos Arguiñano, nacido alrededor de 1983‑84. A diferencia de sus hermanos, no forma parte directa del negocio familiar relacionado con gastronomía o hostelería.

Txarli ha trabajado como director de fotografía en distintas películas y series

Es director de fotografía en cine y televisión, participando en producciones destacadas como la película Maixabel de Iciar Bollaín. Trabajó junto a su padre en el largometraje Irati, una experiencia que el propio Arguiñano relató en El diario de Álava. «Aunque lo mío es la comida, si me invitan siempre me gusta participar en las películas que hacen mis amigos», confesó al mencionado periódico. «Soy muy disfrutón. Me gusta el ambiente, observar cómo se mueven las personas de vestuario, maquillaje o peluquería», apostilló. «Por primera vez he tenido el honor de trabajar con mi hijo Txarli, que se dedica a la fotografía», añadió. «Cuando vi Irati en la gran pantalla (con la sala llena) sentí una gran emoción», concluyó, dejando claro que había sido una experiencia del todo enriquecedora.

Una emoción que también siente cuando le ve en la mesa familiar, junto al resto de sus hermanos. Aunque ha aprendido cocina en casa, Txarli no ha seguido la tradición familiar gastronómica; su vocación es visual y artística. Vivió y se formó fuera del negocio familiar, enfocándose en adquirir técnicas visuales propias del cine -fotografía, iluminación, narrativa visual-. Es por eso que es considerado la «oveja negra» de la familia por tomar un camino profesional distinto, aunque mantiene cercanía y afecto con sus hermanos y padres.

Publicidad