La cara oculta de 'MasterChef': multas, castings y la casa contados por sus exconcursantes
El programa de cocina para aficionados, celebridades y niños se emite desde 2013 en La 1 y acumula 40 ediciones

Samantha Vallejo-Nágera, Pepe Rodríguez y Jordi Cruz, jurado de 'MasterChef' en su versión española desde 2013. | | Europa Press
Santiago Segura, un conocido director y actor español, ha protagonizado la noticia de la semana en el universo televisivo. Durante un evento para la promoción de sus películas ha concedido unas declaraciones a Europa Press que han sorprendido a la audiencia de La 1. Sin que le temblara el pulso ha revelado la cantidad exacta de multa que hubiera tenido que pagar si hubiera revelado el ganador de su edición de MasterChef. El humorista participó como concursante en MasterChef Celebrity en 2018 y en algún momento de la producción tuvo que firmar un contrato de confidencialidad para asegurar su discreción. Igual que él, también lo hicieron todos sus compañeros y personal detrás de cámaras. Así el programa protege el secreto del ganador y de los eliminados en cada emisión y hace crecer el interés y las audiencias.
«A mí en MasterChef me dieron un papelito que si decía quién ganaba, 100.000 euros», ha confesado. Santiago Segura mantuvo su palabra hasta la publicación del ganador -la medallista olímpica Ona Carbonell- y no se enfrentó a esta cantidad perturbadora de castigo. Las palabras del artista han generado un interés inesperado en la cara oculta del formato gastronómico. Inesperado porque ninguna de sus variantes se encuentra en parrilla durante el verano: anónimos, famosos, niños, mayores y Navidad, por nombrar las más conocidas. Durante el verano no se emite ninguna de sus versiones para que el equipo tenga unos días de vacaciones y porque es más complicado seguir semana a semana el avance del concurso. Es cuando se graba el programa de los niños aprovechando sus vacaciones escolares, ahora en producción MasterChef Junior 12.
Una grabación cortada a tiempo
El director no ha sido el único en desvelar algunas tramas del programa durante estos días. Alberto Gras, aspirante de la octava edición de anónimos de MasterChef y finalista, está contando en su perfil de TikTok otras anécdotas que ocurrieron detrás de cámaras en su edición. Ha comentado la ‘desaparición’ de Saray Carrillo durante el programa final. La aspirante estaba en la barandilla observando desde arriba el cocinado del duelo final, junto a todos los demás concursantes, y en algún punto los espectadores dejaron de verla. «En mitad de la grabación, durante una pausa, los jueces le dijeron algo y ella se empezó a rebotar», ha explicado Alberto. Su relación con ellos estaba tensa desde programas anteriores por su expulsión por un pichón crudo sin desplumar. «A partir de ese momento la bajaron de la barandilla, se la llevaron y ahí se acabó. Se insulta, se enzarzan, y de ahí ya no hemos vuelto a saber nada de ella», ha terminado por decir en ese vídeo.
En otro de sus vídeos da a entender que el ganador de su edición ya estaba decidido desde los primeros programas. El programa grabado en 2020 sufrió varias anormalidades como la irrupción del COVID-19, que obligó a los aspirantes a convivir confinados en la casa del programa. El rodaje se paró durante 40 días y luego siguió con normalidad, pero este aspirante ha afirmado lo contrario. Alberto ha contado que en la semana cinco un chófer les comunicó quién sería el ganador. «Nos dijo que sí, que lo sabía, que esa persona iba a ganas la edición sí o sí. Nosotros nos quedamos muy parados», para más tarde hablar con la organización del programa. «Nos dijeron lo típico de ‘se lo ha inventado’, ‘lo ha supuesto’, pero obviamente ese hombre lo sabía». Aquel conductor no volvió a llevarles de la casa a plató y Ana Iglesias se hizo con el premio en la final tras batirse en duelo con Andy Allen, como este señor predijo, en palabras de Alberto.
La casa de ‘MasterChef’, en Madrid y sin móviles
El joven está dispuesto a contar otros secretos, como que estos dos finalistas vivieron unas semanas fuera de la casa, separados del resto de los concursantes y comunicados con el exterior. En circunstancias normales «vivimos todos en una casa enorme, en una mansión a las afueras de Madrid. No tienes ni móviles, en nuestro caso compartíamos habitación», ha explicado el mismo Alberto en otro vídeo. Se ha quejado de que «durante los primero cuatro o cinco programas hubo dos o tres personas que estaban viviendo en un hotel. La gente que vivía en el hotel tenía el móvil y les iban a ver al hotel, familiares y demás cosas. Nosotros llamábamos una vez por semana durante cinco minutos con una persona que estaba controlando todo lo que decíamos delante nuestro, que me parece bien, pero para todos lo mismo ¿no?». Termina por confirmar que «justamente fueron las dos personas que quedaron primera y segunda».
El funcionamiento interno de la casa de los aspirantes ha despertado la curiosidad de muchos usuarios de redes sociales y seguidores de MasterChef. Alberto también ha contado cómo se organizaba la semana en la casa, qué días se grababa y cuándo disponían de tiempo libre. Todas las grabaciones de las tres pruebas se hacen entre semana, de lunes a viernes. «Sábado hacemos clase de cocina fuera de la casa, nos llevan en un autocar, y el domingo se descansa», ha explicado en un cuarto vídeo.
Las preguntas del casting: «Si me había parecido guapa alguna chica»
En un quinto, hablando de los entresijos del casting, ha confesado que una de las razones por las que pasó fue porque estaba conociendo sentimentalmente a otra de las aspirantes, Luna Zacharías, una situación que en tele es llamativa y sube las audiencias. «Lo que menos importa es lo que lleves preparado, se busca que des juego, que no seas un perfil plano, que no seas uno más», dice preparando la siguiente confesión. «Una de las preguntas que me hicieron en ese casting, cuando ya te dan la cuchara, fue si me había parecido guapa alguna chica de las que estaban participando en el casting». El joven se ha mostrado decepcionado con el programa al recordar esta historia y ha dejado caer que se hace así en todas las ediciones.
Uno de los secretos que más suele sorprender al público es que, aunque MasterChef España anuncia premios muy atractivos, como un curso en el Basque Culinary Center o la publicación de un libro de recetas, lo que reciben los participantes varía en uno matices a lo que se anuncia en televisión. La publicación del libro de recetas suele tener ventas limitadas y no siempre genera grandes beneficios para el ganador. El curso en el Basque Culinary Center no es un grado universitario sino un título propio o máster específico, de menor duración que un máster común. El premio económico que recibe el ganador se abona en bruto y está sujeto a impuestos. Por ejemplo, Gabriela Hinojosa, ganadora de la decimotercera edición, recibió 100.000 euros, pero tras una retención del 19% aplicada por Hacienda, se quedó con 81.000 euros. Además, en su próxima declaración anual deberá abonar un gravamen adicional del 22,5% por superar los 60.000 euros, más los impuestos autonómicos correspondientes.
Una franquicia televisiva desde 1990
El formato original de MasterChef nació en 1990 en el Reino Unido, emitido por la BBC y creado por Franc Roddam. Con el tiempo, se convirtió en una de las franquicias culinarias más reconocidas del mundo, extendiéndose a decenas de países. MasterChef es lo que en televisión se denomina un formato televisivo: no se vende un programa terminado, sino un ‘paquete’ que incluye los manuales de producción. En ellos se dan las instrucciones para el casting, fases, pruebas y decorados; también reglas de competencia y mecánicas, así como asesoría creativa para garantizar que cada adaptación mantenga la esencia y coherencia internacional del original.
Los derechos globales de MasterChef pertenecen al Banijay Group, que otorga licencias a productoras locales para crear sus propias versiones. En España, la responsable es Shine Iberia, filial de Banijay, que adapta el formato a la cultura y audiencia nacionales respetando siempre los elementos clave. Desde su estreno en 2013, se emite en La 1 de TVE, que ha mantenido la exclusividad en el país. Aunque cada país tiene margen para personalizar aspectos del programa -por ejemplo, tipos de ingredientes, invitados o escenarios-, la estructura, el ritmo narrativo y las pruebas principales siguen las pautas del formato internacional para preservar su identidad.