«No sois mejores porque os guste leer»: María Pombo enciende el debate sobre la lectura
La influencer ha asegurado que no le gusta leer, y que debería normalizarse, pues hay mucha gente como ella

María Pombo
Desde hace unos años hay un debate abierto sobre la lectura en estos tiempos modernos, y María Pombo lo ha vuelto a encender. A pesar de que cada vez leemos menos, según el Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros en España 2024, elaborado por la Federación de Gremios de Editores con apoyo del Ministerio de Cultura, en España la tendencia está cambiando. Este informe concluyó que un 65,5% de la población afirma leer por ocio, el 70,3% leyó al menos un libro en 2024 y más de la mitad, un 51,2%, lo hace de forma frecuente (al menos una vez a la semana). Aun así, un 34,5% sigue sin leer nunca o casi nunca, siendo las mujeres (71,7%) y los jóvenes de 14 a 24 años (75,3%) los grupos más lectores.
Sin embargo, y como siempre ocurre con las encuestas, una cosa es lo que decimos y otra lo que hacemos. En la actualidad parece que ‘queda mal’ decir que uno no lee. Y esto es justo lo que ha hecho María Pombo. La influencer madrileña, con millones de seguidores en Instagram y TikTok, se ha visto envuelta en una polémica en torno ala lectura. Lo que empezó como una observación inocente sobre su librería terminó convirtiéndose en un debate sobre cultura, hábitos personales y el valor que damos a los libros en la sociedad.
María Pombo muestra su nueva estantería sin apenas libros
María Pombo mostró su nueva estantería de casa, en la que apenas había libros, y los que había eran, casi todos, recién comprados y de ilustraciones y/o decoración. Muchas personas, entonces, empezaron a comentar este hecho. La propia influencer destacó uno de los comentarios, que afirmaba que qué pena que la estantería no estuviera llena de libros que se han leído y sí de «trastos», refiriéndose a los objetos de decoración la que joven había comprado ex profeso para la librería.
@mariapombo New Home – Frozen Silence
La reacción de la influencer fue espontánea y sin rodeos: «Lo voy a decir. Creo que hay que empezar a superar que hay gente a la que no le gusta leer. Y encima no sois mejores porque os guste leer». La frase, lanzada en un story, se propagó como la pólvora. En cuestión de horas, Twitter, TikTok y foros de opinión estaban divididos entre quienes aplaudían su honestidad y quienes la criticaban con dureza.
Lejos de retractarse, María Pombo quiso matizar sus palabras para que nadie las interpretara como un ataque a los lectores: «Leo cosas que me interesan, pero no me cojo un libro y me leo una historia en mi cama. Y no pasa nada». En su mensaje insistió en que no hay una única manera válida de aprender o disfrutar del tiempo libre. Como ejemplo, explicó: «Tengo una hermana que se lee mil libros al año y otra, que es piloto, que a lo mejor no se ha leído ninguno en su vida. Y para mí las dos son igual de válidas». Con esta comparación, la influencer buscó transmitir que los gustos culturales no definen el valor personal ni profesional de nadie.
Muy criticada
Las respuestas no se hicieron esperar. Para muchos de sus seguidores, María Pombo había tocado un tema tabú: la superioridad moral que a menudo se atribuye a quienes leen de manera habitual. Algunos aplaudieron que una figura pública reconociera que no disfruta de la lectura, normalizando así un sentimiento compartido por muchos que se sienten culpables por no leer tanto como desearían.

Otros, sin embargo, fueron implacables La controversia tomó un matiz aún más curioso cuando muchos recordaron que María Pombo es tataranieta de Concha Espina, una escritora española nominada al Nobel de Literatura. Para algunos, la confesión de la influencer sonaba como una traición a esa herencia literaria.
La respuesta de María Pombo: enseñar su mesilla de noche
Consciente de la magnitud del debate, María Pombo decidió poner sobre la mesa su propia verdad de manera práctica. En un vídeo en TikTok, mostró los libros que tenía en su mesilla de noche y aclaró que sí lee, aunque con un criterio personal muy concreto.
@mariapombo Respuesta a @sofiesteban sonido original – Maria Pombo
«No sé si son suficientemente intelectuales para la gente que sí que es amante de la lectura, pero, al fin y al cabo, son libros».
Entre los títulos que enseñó aparecían La vida es bonita incluso ahora, La palabra exacta, Tu mentalidad buena suerte, Diario para padres estoicos, Botas de colores para días de lluvia y Hábitos atómicos. Todos ellos son libros que podríamos definir de ‘autoayuda’. «Son todos muy parecidos, pero… este tipo de libros sí me gustan porque siento que aprendo y que implemento en mi vida. Así que nada, chicos, hasta aquí mi colección».
¿Un debate cultural más profundo?
Lo que a primera vista parecía una polémica pasajera está tocando fibras más hondas. La reacción de los usuarios revela que la lectura sigue siendo, en la sociedad actual, un marcador de prestigio cultural. Decir abiertamente «no me gusta leer» genera incomodidad, como si se cuestionara a la persona que lo dice o incluso a la sociedad en general. Hay quienes han planteado que incluso los influencers como María Pombo están haciendo «mal» a la sociedad por «fardar» de no leer.
Sea como fuere, María Pombo, sin proponérselo, ha planteado preguntas incómodas: ¿Es la lectura un fin en sí misma o un medio más de aprendizaje y disfrute? ¿Se puede juzgar a alguien por no compartir ese hábito? ¿Por qué todavía asociamos leer con ser ‘mejor’ persona, más interesante o más inteligente? Otros afirman que los gustos literarios de la joven (la autoayuda) puede servir para relativizar la presión cultural que hay al respecto, pues no todo e mundo disfruta de las novelas, que son muy bien vistas a ojos de la sociedad, y sí de libros más prácticos y ‘mundanos’.