El matrimonio que no pudo ser de El Gran Wyoming y Marisa: tres hijos y casa en Madrid
El presentador de ‘El intermedio’ se divorció en los años 90 de su primera mujer con quien tuvo a Miguel, Ángela y Marina

El Gran Wyoming, en una imagen de archivo. | Gtres
Como ya contamos en THE OBJECTIVE, El Gran Wyoming es uno de los rostros más conocidos de nuestra televisión. José Miguel —más conocido como Chechu— estudió Medicina, pero pronto descubrió que su camino estaba en el lado de la interpretación y la risa. Ahora, se ha convertido en uno de los referentes de La Sexta, siendo, también, uno de sus grandes altavoces que lucha por distintas causas sociales. Aunque eso sí, a pesar de ser uno de los presentadores más importantes que tenemos ahora mismo en España, ha intentado mantener su vida privada en un segundo plano.
Es más, ha hablado sobre su parcela más íntima solamente en contadas ocasiones. Sabemos que estuvo casado, que se divorció hace más de dos décadas y que es padre de Marina, Ángela y Miguel. La paternidad no fue para él un camino de rosas y es que sus distintos compromisos profesionales hicieron que no pudiera dedicarle todo el tiempo que se merecía. Hace un tiempo comenzó a salir con Irene, 22 años más joven que él, y los dos fueron captados dando un paseo romántico por el barrio de Triana. Ni el presentador ni su pareja han llegado a confirmar esta relación y, es más, desde ese momento no se les ha vuelto a ver juntos.
El primer matrimonio de El Gran Wyoming

Sin duda alguna, la paternidad es algo que siempre le ha marcado, al igual que lo hizo su primera relación formal. Junto a Marisa, no solamente construyó una vida en común sino que, también, encarriló, de alguna manera, su carrera profesional. Ambos se conocieron cuando eran muy jóvenes y decidieron comenzar a compartir un presente. Juntos contrajeron matrimonio a finales de los años 80 y se divorciaron unos 20 años después. De su matrimonio nacieron tres hijos y lo formalizaron con una boda, una carrera profesional que recorrieron por el mismo sendero y la compra de una casa en uno de los barrios más reclamados de Madrid.
Fue en 2002 cuando se disolvió la compañía teatral que fundaron juntos y, durante toda su relación, residieron en un chalé en el barrio de Conde de Orgaz, de unos 350 metros cuadrados que, más adelante, se puso a la venta por algo más de 1.200.000 euros. Sí que es cierto que nunca se ha hecho público exactamente el año del divorcio. Solo se sabe que llevan separados más de dos décadas. Cuando se produjo la separación, los hijos del matrimonio se fueron a vivir con el presentador, algo de lo que sí que habló Chechu con los medios de comunicación. Y es que la paternidad siempre ha sido un reto para él, sobre todo el momento de encontrar tiempo para sus vástagos. Su carrera laboral le ha dejado poco espacio para ser padre, algo que se ha sumado a un carácter más «frío» y reservado por lo que vivió él cuando era pequeño.
Tres hijos y una relación marcada por la falta de afecto
Así, cuando los niños eran pequeños, los fines de semana «se quedaban con su madre», como confesó el propio Gran Wyoming. Por lo que ha comentado Wyoming, la relación general ha sido siempre buena, aunque él reconoce que no dedica tanto tiempo a sus hijos como le gustaría. Aunque eso sí, siente como una especie de «mala conciencia» por no haber estado presente debido al trabajo y los compromisos profesionales. Desde muy joven, la vida de El Gran Wyoming estuvo marcada por la depresión de su madre, quien fue llevada a un psiquiátrico. Wyoming siempre ha dicho que su ausencia comenzó a notarla cuando era «más mayor».

En alguna que otra ocasión ha reconocido que no está acostumbrado al «afecto físico». «No estoy acostumbrado a que me soben, a que me toquen, a que me abracen…», contó en una entrevista. Aún así, en todo este tiempo, su trabajo ha sido una gran ocupación que le ha mantenido alejado y entretenido de todos sus problemas. También, el paso del tiempo ha hecho que la relación con sus hijos sea especialmente buena, sobre todo porque pertenecen a la misma «onda». Ha contado, también, que está muy «orgulloso» de hasta donde han llegado sus hijos, pero que no les dice a menudo cómo se siente. Y es que expresar sus sentimientos, con frecuencia, tiene que ver con su educación, con cómo vivió la infancia y lo que le enseñaron, donde no era habitual mostrar afecto de forma explícita.
Como decíamos, sobre su matrimonio con Marisa, el presentador ha sido siempre muy reservado. Aunque eso sí, nunca ha ocultado que tuvo una relación duradera, que se casó y, sobre todo, que Marisa fue una mujer muy importante en su vida. Sobre su rutina cotidiana, el propio Gran Wyoming ha contado que vive en un chalé con varios inmuebles y que es él mismo es quien se encarga de las tareas domóticas como hacer la compra, cocinar o llevar a cabo los hábitos del día a día. Es un fiel creyente de que la fama cambia cómo te ven los demás, y que ello puede traer insultos, críticas o una exposición que no pidió. Pero que también, en parte, es algo que acepta como parte de su rol público.