Este es el parador favorito de la escritora Julia Navarro, un antiguo hospital de estilo gótico
La creadora de ‘La hermandad de la Sábana Santa’ suele inspirarse en su experiencia para dar forma a sus novelas

Julia Navarro junto a la actriz, Irene Escolar. | Gtres
Julia Navarro es una de las escritoras más conocidas de nuestro país. Fue en el año 2004 cuando publicó La hermandad de la Sábana Santa, que se convirtió en un éxito de ventas e hizo que dejara su carrera dentro del mundo del Periodismo. «No me puedo explicar a mí misma sin haber ejercido el periodismo. Me ha dado las herramientas para escribir mis novelas. Un periodista vive muchas vidas. A mí, este oficio me ha permitido estar en lugares donde, de otra manera, no habría estado. Me ha permitido estar detrás del escenario y ver lo que sucede más allá de lo que ve un viajero», contó en una entrevista a Paradores. En la misma, admitió, cuál era su parador favorito de toda España.
«¡Me encanta ir a los paradores! Cuando viajo por España, mi primera opción es hospedarme en uno. Cuando voy a Santiago, por ejemplo, siempre paso por el Parador. Es uno de mis favoritos, pero también me gusta el de Chinchón o el de Zamora. Disfruto mucho más de aquellos que han sido levantados sobre un lugar con historia», confesó la escritora. Y es que el Parador de Santiago de Compostela es uno de los más especiales de nuestro país. Este se considera el hotel más antiguo de España y abrió sus puertas hace muchos años, siendo un hospital para peregrinos, ya que se encuentra en la Plaza del Obradoiro, la más icónica de la ciudad gallega, cargada de mucha historia.
La vida de Julia Navarro

Julia Navarro nació en Madrid, España, en 1953. Desde muy joven mostró una gran inclinación por las letras, el análisis social y la observación de la realidad. Creció en una familia de clase media y en un contexto histórico intenso: la España de la posguerra y la transición. Aquella etapa, marcada por la censura y los cambios políticos, influyó profundamente en su manera de mirar el mundo y en su compromiso con la verdad y la libertad de expresión. Antes de convertirse en una novelista de éxito, Navarro fue periodista durante más de treinta años. Su formación periodística es clave para entender su estilo narrativo: riguroso, estructurado y profundamente documentado. Es, ante todo, una mujer de hechos, curiosa y meticulosa. Su mirada siempre ha estado orientada a comprender los grandes procesos sociales, políticos y humanos.
Comenzó su carrera en los medios de comunicación en la década de los setenta, una época en la que las mujeres periodistas apenas empezaban a ganar espacio en la prensa española. Trabajó en emisoras de radio como la Cadena SER y la Cadena Cope, y más tarde en Radio Nacional de España. También colaboró con Televisión Española (TVE) y con numerosos medios escritos, tanto en prensa diaria como en revistas especializadas. Durante esos años, Navarro cubrió acontecimientos políticos clave, como la Transición democrática tras la muerte de Franco, los primeros gobiernos democráticos y la evolución de la política española en las décadas siguientes. Sus reportajes y análisis se caracterizaban por su claridad y su capacidad para poner en contexto los hechos sin sensacionalismo.
El parador favorito de Julia Navarro está en Santiago de Compostela
Además, publicó varios libros de análisis político, que tuvieron gran repercusión en su momento. Entre ellos destacan Nosotros, la Transición (1995) y 1982-1996, entre Felipe y Aznar (1996), donde exploraba el cambio político y social de España en las últimas décadas del siglo XX. Estos textos, más ensayísticos que literarios, demostraron su capacidad para combinar información, interpretación y narrativa con gran habilidad. No fue hasta el año 2004 cuando saltó al estilo novelesco, publicando La hermandad de la Sábana Santa. Esta obtuvo un éxito inmediato, tanto en España como en el extranjero. Mezclaba misterio, historia, religión y thriller en una trama apasionante centrada en los secretos de la Sábana Santa de Turín. La novela fue traducida a más de 30 idiomas y vendió millones de ejemplares, convirtiendo a Julia Navarro en una autora de renombre internacional.

Tras el éxito de su primera novela, Julia Navarro publicó La Biblia de barro (2005) y La sangre de los inocentes (2007), dos títulos que consolidaron su fama y confirmaron su estilo: tramas extensas, personajes complejos, escenarios históricos y una profunda reflexión moral y filosófica sobre el poder, la fe y la violencia. En La Biblia de barro, Navarro aborda el tráfico de obras de arte y los secretos del pasado nazi, mientras que en La sangre de los inocentes reflexiona sobre el fanatismo religioso y el ciclo de la intolerancia humana a través de los siglos. Ambas obras combinan el rigor del periodista con la sensibilidad del novelista, creando un equilibrio que se ha convertido en su sello personal.
Un antiguo hospital con siglos de historia y 140 obras de arte
Hoy, Julia Navarro es una de las autoras españolas más leídas y traducidas del siglo XXI. Sus obras han sido publicadas en más de 40 países y han vendido más de 12 millones de ejemplares en todo el mundo. Además, ha recibido numerosos premios y homenajes, aunque ella tiende a restarles importancia, afirmando que su mayor recompensa es «que los lectores me sigan esperando». Su obra ocupa un espacio intermedio entre la novela histórica, el thriller y la reflexión filosófica. Es, ante todo, una narradora de almas. Con el paso de los años, su figura se ha consolidado como una de las más influyentes de la narrativa española contemporánea, junto a autores como Almudena Grandes o Arturo Pérez-Reverte, aunque con una voz inconfundiblemente propia.
Sus viajes también han sido fundamentales para enriquecer su literatura. Así, como decíamos, uno de sus rincones favoritos es el Parador de Santiago de Compostela. Este es conocido como Hostal dos Reis Católicos, es uno de los edificios más emblemáticos no solo de Galicia, sino de toda España. Su historia, arquitectura y simbolismo lo convierten en un lugar único en el mundo. Es considerado el hotel en funcionamiento más antiguo del mundo, ya que abrió sus puertas en el año 1499, fundado por los Reyes Católicos —Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón—. Su origen no fue hotelero, sino hospitalario y religioso: fue concebido como un hospital de peregrinos para atender a quienes llegaban exhaustos tras recorrer el Camino de Santiago. Durante siglos, el edificio ofreció cama, comida y asistencia médica a los caminantes, cumpliendo una función caritativa de gran relevancia.

El Parador de Santiago es una joya arquitectónica que mezcla el gótico tardío, el plateresco y el renacimiento gallego. Su fachada principal, de piedra de granito tallada con una precisión extraordinaria, es uno de los ejemplos más bellos del plateresco español. El diseño se atribuye al arquitecto Enrique Egas, quien trabajó en varias obras reales. La fachada combina esculturas, medallones, relieves religiosos y heráldicos, destacando las imágenes de los Reyes Católicos sosteniendo el modelo del hospital que mandaron construir, así como figuras de santos y conchas jacobeas, símbolo del peregrino. En su interior, el edificio conserva cuatro claustros de diferentes estilos —uno de ellos de gran pureza renacentista— que se articulan alrededor de patios silenciosos, con fuentes y galerías abovedadas. Los suelos empedrados, las bóvedas nervadas y las arcadas ornamentadas transportan al visitante a los siglos XV y XVI.
El parador actual combina lujo y espiritualidad. Sus habitaciones conservan elementos arquitectónicos originales —piedra vista, vigas de madera, arcos góticos—, pero están equipadas con todas las comodidades modernas. Alojarse allí no es solo dormir en un edificio histórico, sino vivir una experiencia cultural: recorrer sus pasillos es caminar sobre siglos de historia y hospitalidad. Cada rincón del Parador está lleno de símbolos del Camino de Santiago. Las conchas de vieira, emblema del peregrino, están presentes en las columnas, fuentes, rejas y pavimentos. Las capillas, especialmente la Capilla Real, conservan retablos, esculturas y pinturas que narran la historia del edificio y su vínculo con la fe jacobea.

El Parador de Santiago no es solo un alojamiento, sino un símbolo vivo del Camino de Santiago. Representa el final del viaje espiritual y físico que millones de peregrinos han realizado durante más de mil años. Dormir allí es, para muchos, el cierre perfecto de la peregrinación: pasar la noche en el mismo lugar donde otros viajeros, siglos atrás, sanaban sus cuerpos y almas. Desde 1499, el edificio mantiene la costumbre —instituida por los Reyes Católicos— de ofrecer gratuitamente desayuno, comida y cena a un número determinado de peregrinos cada día. Aunque hoy se trata de un gesto simbólico «solo se beneficia a unos pocos que muestran su Compostela—, mantiene viva la esencia original del hospital: la hospitalidad cristiana y humana hacia el viajero.