Una psiquiatra advierte a Cristina Pedroche de la maternidad: «Las prioridades se reordenan»
La colaboradora ha sido el foco de las críticas tras confesar que está «sobrepasada» con su doble maternidad

Cristina Pedroche, en una imagen de archivo. | Gtres
Cristina Pedroche estrenó su doble maternidad hace unos meses. La colaboradora de televisión se convirtió en madre del pequeño Isai, tras el nacimiento de Laia en 2023. La propia Pedroche ha sido quien, a través de sus redes sociales, ha compartido esos primeros sentimientos tras estrenar esa maternidad doble y, sobre todo, cómo se ha sentido tras reincorporarse al trabajo. Algo que no ha sido nada fácil, pero que asumió «sin echar ni una lágrima», como ella misma confesó. También, la de Vallecas ha usado sus redes sociales para hablar de una situación que le sucedió cuando quiso compaginar la maternidad con una de sus grandes pasiones; el pádel. Una confesión que ha hecho que reciba grandes críticas.
Pero, ¿cómo se puede compaginar la vida personal con la maternidad? Desde THE OBJECTIVE hemos hablado con la psiquiatra Blanca Molins, especialista en salud mental perinatal. «Hace unos días, Cristina Pedroche compartió públicamente el estrés y la saturación que vive en su día a día con dos hijos pequeños. Su frase —’es imposible llegar a todo’— despertó diferentes reacciones y volvió a visibilizar la complejidad de la maternidad», explica la experta.
Cristina Pedroche se siente sobrepasada en su segunda maternidad
Y es que la maternidad implica «una profunda reorganización del cerebro y de la vida emocional». El cerebro se adapta para «priorizar el cuidado, la vigilancia y la empatía hacia el bebé, lo que hace que las madres vivan con una sensibilidad distinta: perciben más, se responsabilizan más y también sienten la culpa con mayor facilidad». «A ello se suman los cambios hormonales propios del posparto, en los que la brusca disminución de estrógenos y progesterona puede generar vulnerabilidad emocional, irritabilidad o sensación de desbordamiento», añade Molins.
Estos procesos no suelen ser patológicos sino que son «adaptativos»; «cuerpo y mente se reconfiguran para cuidar». «Pero esa misma adaptación hace que muchas madres experimenten una gran intensidad emocional y la sensación constante de no llegar a todo. El ‘no llego’ no es debilidad; es la consecuencia natural de un cerebro y un cuerpo preparados para atender lo urgente y emocional, no para sostenerlo todo», cuenta la psicóloga. Sí que es cierto que el entorno influye mucho sobre cómo se concibe la maternidad y, sobre todo, muchas mujeres se ven abocadas a tomar distintas decisiones a raíz de la presión social.
«Las redes sociales amplifican esta exigencia»
«Si la biología ya coloca a las madres en un estado de alta sensibilidad, la sociedad actual termina de empujarlas hacia el límite. Vivimos rodeadas de mensajes que nos dicen que debemos poder con todo: ser madres, trabajar, mantener una relación, hacer ejercicio, cuidar la alimentación, estar presentes y, además, hacerlo todo con buena cara», apunta Molins. Aquí ocupa un lugar trascendental las redes sociales, que «amplifican esta exigencia».
«Las redes sociales amplifican esta exigencia, mostrando maternidades idealizadas y rutinas que pocas veces se corresponden con la realidad. Desde fuera parece que otras sí pueden con todo, y esa comparación solo alimenta la autoexigencia y la culpa. En esta cultura de la perfección, la maternidad se mide por la capacidad de hacerlo todo bien, en lugar de valorar la conexión, la presencia y el equilibrio emocional», advierte la psicóloga. Es por eso que «intentar llegar a todo», es decir, «mantener el mismo ritmo, la misma vida social, laboral o personal de antes», suele generar una mayor «frustración y agotamiento». Sin duda alguna, la maternidad «cambia la escala de prioridades y, pretender sostener todos los ámbitos al mismo nivel solo aumenta la sensación de no poder con nada».
«Este cambio no debería vivirse con culpa, sino con comprensión»
Es por eso que cuando aparece una persona que «depende completamente de ti», las necesidades «se organizan y la atención se dirige, de forma natural, hacia ese nuevo vínculo». «Este cambio no debería vivirse con culpa, sino con comprensión. Aceptar que las prioridades se reordenan y que no todo puede tener el mismo peso que antes es parte del proceso. Entender que cuidar también es una forma de crecer ayuda a transitar este reajuste vital con más serenidad y menos culpa», apostilla Molins. Es por eso que «aceptar los límites y las renuncias es esencial para vivir la maternidad con mayor bienestar».
Y, en ese proceso de adaptación, «no solo alivia la exigencia, sino que permite estar más presente y fortalecer el vínculo con los hijos. En definitiva, la maternidad transforma el cuerpo, el cerebro y la vida entera. Aceptar que las prioridades cambian no es una renuncia, sino un acto de madurez y autocuidado». Han sido varias las ocasiones en las que Pedroche ha confesado que se ha visto «sobrepasada» por esta doble maternidad. «Os juro que hay días que siento que no puedo más, que estoy saturada, sobrepasada», confesó a través de un vídeo en sus redes sociales. Así, la colaboradora confesó que le era imposible «llegar a todo».
«Hoy he ido con la niña al pádel, las dos solas en el coche, y no me gusta conducir así, normalmente me ayuda mi padre o David. Ha sido una mañana algo torcida, pero luego he remontado», ha explicado a través de unos stories. Una situación que no mejoró cuando llegó a casa. «Es que es imposible hacer nada con dos niños. Estaba intentando grabar cosas en casa y no me dejan ni respirar», expresó. Además, confesó que se sentía como si «no pudiera llegar a todo». «Me pregunto cómo hace la gente», confesó.
