The Objective
Gente

Eduardo Casanova, más allá del actor: varios novios «intensos», la soledad y su gran renacer

El actor ha confesado que lleva un tiempo conviviendo con el VIH y que está grabando un documental junto a Évole

Eduardo Casanova, más allá del actor: varios novios «intensos», la soledad y su gran renacer

Eduardo Casanova, en una imagen de archivo. | Gtres

Eduardo Casanova ha anunciado, a través de sus redes sociales, que padece VIH. El actor y director ha aprovechado, además, para anunciar que ha grabado un documental de la mano de Jordi Évole, que se podrá ver en cines. «Hoy rompo este silencio tan desagradable y doloroso después de muchísimos años. Un silencio que guardamos y sufrimos muchísimas de las personas con VIH», ha escrito en un post en Instagram.

Además, ha confesado que da esta noticia «cuando yo quiero, cuando yo puedo». «Lo hago por mí, pero deseo que esto pueda ayudar a más gente. Lo hago a mi manera, a través del cine, que es mi forma de comunicarme», ha seguido explicando en mencionada red social. «Pero sobre todo lo hago con dignidad. La dignidad debería ser la forma en la que todas las personas con VIH pudieran salir del armario. (Cerca del 80% de las personas con VIH no ha compartido con casi nadie que tienen la infección, por un estigma que nos condena al rechazo sistemático y más injusto del mundo)», ha apostillado.

Quién es Eduardo Casanova, el histórico actor de ‘Aída’

Lo cierto es que hace unas semanas, el actor acudió a La revuelta para hablar de su nuevo proyecto, Silencio, que también desvela la lucha y el estigma que hay dentro del mundo relacionado con el VIH. Aunque eso sí, el proyecto que tiene preparado, junto a Évole, tendrá un cariz distinto y buscará contar su propia experiencia. «Pese al miedo y la incertidumbre, hoy me siento profundamente feliz», ha concluido el actor y director. Han sido varias las ocasiones en las que Casanova nos ha demostrado que no tiene problema en hablar sobre aquellos temas que se viven en la sociedad.

Eduardo Casanova nació en Madrid en 1991. Desde niño mostró interés por la interpretación y el mundo artístico, y muy pronto comenzó a formarse como actor. Su entrada en el audiovisual fue precoz y decisiva: con apenas 14 años accedió a un papel fijo en televisión, algo que marcaría profundamente su vida profesional y personal. Su gran salto a la fama llegó en 2005 con la serie Aída, donde interpretó durante casi una década a Fidel Martínez, un adolescente inteligente, sensible y abiertamente homosexual. El personaje fue pionero en la televisión española por su naturalidad y profundidad, alejándose de la caricatura habitual de la época. Este papel convirtió a Casanova en un rostro extremadamente popular, pero también lo encasilló durante años y lo expuso mediáticamente desde una edad muy temprana.

Una larga carrera como actor y renacer como director

Tras Aída, participó en otras series y proyectos como Gym tony, teatro y apariciones puntuales en cine, aunque progresivamente fue mostrando un desencanto con la interpretación tradicional y con el tipo de papeles que se le ofrecían. A comienzos de la década de 2010, Casanova decidió redirigir su carrera hacia la dirección y el guion, un paso clave en su evolución artística. Comenzó con cortometrajes que ya mostraban un universo propio: cuerpos no normativos, estética muy controlada, provocación visual y una mirada compasiva hacia los personajes marginales.

Su consolidación llegó con el largometraje Pieles (2017), presentado en el Festival de Berlín. La película generó una enorme polarización: fue celebrada por su valentía y criticada por su radicalidad, pero situó a Casanova como una de las voces más singulares del cine español. El film obtuvo nominaciones a los Goya y una amplia difusión internacional. En La piedad (2022) llevó su cine aún más lejos, explorando una relación maternofilial extrema con un tono que mezcla lo grotesco, lo religioso y lo emocional. Con esta película confirmó que su interés no es agradar, sino construir una obra autoral coherente, incluso a costa de incomodar.

Su discreta vida personal

En los últimos años ha trabajado también como creador y director de series, demostrando que su lenguaje puede adaptarse al formato televisivo sin perder identidad. Paralelamente, se ha convertido en un referente cultural, más allá del cine, por su discurso estético, político y social. Eduardo Casanova es abiertamente homosexual desde su adolescencia, algo que ocurrió de forma casi involuntaria debido a la exposición mediática de Aída. A diferencia de otros actores, no «salió del armario» de forma apresurada, sino que su identidad fue asumida con naturalidad desde muy joven, tanto por él como por el público.

Esto tuvo consecuencias ambivalentes: por un lado, lo convirtió en un referente LGTBI; por otro, lo expuso a presión, comentarios y estigmatización desde una edad muy temprana. En cuanto a parejas o relaciones concretas, Casanova ha sido siempre extremadamente reservado. No se le conocen relaciones estables confirmadas públicamente, ni ha utilizado su vida sentimental como parte de su imagen pública. En entrevistas ha dejado claro que prefiere proteger ese espacio y no convertirlo en material mediático. Lo que sí ha mencionado es que, durante su vida, ha vivido varias relaciones marcadas por la «intensidad emocional», así como etapas de soledad, que se han ligado, siempre, a su proceso creativo.

Publicidad