Lo que hacía Eduardo Casanova todos los días tras grabar 'MasterChef'

Que siempre que habla Eduardo Casanova sube el pan es una afirmación construida a base de todas las declaraciones del director de cine con las que se ha convertido en noticia. Siempre ha mostrado una sinceridad frontal por la que no acostumbra a filtrar sus palabras. Dice lo que piensa y punto. Eso es lo que ha sucedido durante su última entrevista, en la que reflexiona sobre su paso por MasterChef Celebrity.

El cineasta se ha sincerado sobre la experiencia que le ha supuesto ponerse el delantal y enfrentarse a los fogones. No ha resultado una tarea sencilla para él puesto que se define como una persona muy inquieta y tremendamente nerviosa. ¿Cómo ha aplacado su intensidad emocional? Leyendo, meditando y canalizándola mediante la cocina.

‘MasterChef’, la terapia de Eduardo Casanova

El cineasta español ha concedido unas palabras a Bluper en las que confiesa que concursar en el programa de TVE ha sido terapéutico para él: «Cuando el personal está motivado, trabaja mejor. Y esa es la experiencia que tengo yo con los tres jueces. A mí me han motivado y a mí me han hecho vencer muchos miedos y muchas inseguridades».

Bajo su punto de vista, «MasterChef Celebrity es un talent show de cocina en el que vamos a intentar cocinar, pero sobre todo a lo que vamos a intentar es a hacer reír, a entretener y a generar show, que es de lo que se trata la televisión».

Entrar en un formato de este calibre le ha ocasionado momentos anecdóticos que han derivado en que haga afirmaciones un tanto surrealistas: «Esto no es un spoiler, pero cuando entré me preguntaron si tenía miedo separarme un poco de mi entorno cercano, de mi familia y yo decía: ‘Pero, si yo me voy a dormir a mi casa’. Pero, verdaderamente es muy fuerte. Cuando entras a MasterChef, desaparece el mundo literalmente. Yo me metía en la cama pensando en nabos. En zanahorias, en pollos… Yo puedo asegurar que César Cadaval también se iba a la cama pensando en nabos», explica.

Entre la egolatría y el protagonismo

Eduardo Casanova reconoce en la entrevista que trató de dejar claro a quien dudase que era una buena persona. Sin embargo, reorganizó sus prioridades conforme avanzaba su concurso: «Yo, como fan del pop, como fan de la televisión y como fan de los realities, aunque esto no es un reality como tal, es más un talent show, aquí es verdad que te olvidas de las cámaras. Llevo 20 años trabajando en esto y aquí sí te olvidas».

Lo que hacía tras grabar y llegar a casa: pedir comida rápida

Por último, si le piden que se quede con algo de esta experiencia, Casanova lo tiene claro: «Lo mejor de MasterChef era terminar de rodar y llegar a casa y pedirte un Five Guys. Después de tanta escenificación, yo llegaba a casa y pedía pizza, hamburguesa, pizza, hamburguesa… O sushi. Y ya me parecía demasiado elaborado».

Casanova ha compartido concurso con Laura Londoño, Jorge Sanz, Miguel Diosdado, Toñi Moreno, Tania Llasera, Palito Dominguín, Blanca Romero, Sandra Gago, Daniel Illescas, Álvaro Muñoz Escassi, Genoveva Casanova, Los Morancos y Jesulín de Ubrique. Entre ellos han surgido filias, fobias y un sinfín de momentos que el espectador podrá ver cuando se estrene el programa en la cadena pública.

Un chasco reciente

Sobre Eduardo Casanova, es conveniente recordar que saltó a la fama como actor, interpretando al mítico Fidel en Aída. Tras varios años delante de las cámaras se cambió de bando. Como director ha parido Pieles o La Piedad.

Esta última cinta le hizo protagonista de una gran polémica. En ella repasaba la toxicidad del ser humano, con el hilo conductor de la relación maternofilial. Una ópera prima descarnada que recibió un sinfín de críticas. «Macabra», «decepcionante», «toda mentira» o «pretenciosamente aburrida» fueron algunos de los adjetivos que la crítica utilizó para definirla.

No hay que olvidar que la película recibió un importante espaldarazo financiero de 317.570,33 euros de ayuda por parte del Ministerio de Cultura. Una inversión que no se secundó con buenos datos recaudatorios. Tan solo 2.400 personas fueron a los cines a verla en los primeros quince días de estreno, lo que se tradujo en un total de 15.589 euros de ganancias.

Descifrando a Eduardo Casanova

Eduardo Casanova es conocido por su labor en el cine, pero también por una faceta personal muy irreverente que le ha hecho mantener enfrentamientos en redes con distintos sectores de la sociedad. Además, siempre ha opinado libremente de su pensamiento político y de asuntos como la maternidad.

Precisamente, una de las sentencias más contundentes que realizó fue para mostrar su rechazo a ser madre: «Hay que cuestionarse si es razonable traer hoy un hijo al mundo. Es un acto completamente egoísta: tu hijo, hije o hija va a vivir en un mundo horrible. Y tú lo traes al mundo sin preguntarle si quiere venir».