Luis Alfonso de Borbón no solo quiere el trono francés: su éxito empresarial está disparado

Luis Alfonso de Borbón lleva muchos años formando parte de la jet set madrileña. El primo del rey Felipe y marido de Margarita Varias no solamente está centrado en recuperar el trono que, según él, le pertenece, sino que, también, ha invertido en distintos negocios que, sin duda, marcan su día a día. Luis Alfonso nació en Madrid a mediados de los años 70, bisnieto del rey Alfonso XIII de España y nieto de Carmen Martínez-Bordiú, hija de Francisco Franco. Esta doble herencia —monárquica y política— ha marcado inevitablemente la percepción pública de su figura, aunque él ha intentado construir un perfil propio, sobrio y discreto.

Desde el punto de vista histórico-dinástico, Luis Alfonso es considerado por los sectores legitimistas franceses como Luis XX, pretendiente al trono de Francia, al ser descendiente directo de Luis XIV por línea masculina. Aunque esta condición no tiene efectos políticos reales, sí le otorga un papel simbólico e institucional en actos culturales, conmemorativos e históricos, especialmente en Francia, donde participa en ceremonias y eventos vinculados a la monarquía y a la memoria histórica.

Luis Alfonso de Borbón y su deseo ansiado del trono

En el plano personal, su infancia y juventud estuvieron marcadas por circunstancias difíciles. Su padre, Alfonso de Borbón y Dampierre, falleció en un accidente cuando Luis Alfonso era todavía joven, un hecho que influyó profundamente en su carácter. Creció en un entorno de alta exposición social, pero también de pérdida y responsabilidad temprana, lo que contribuyó a forjar una personalidad reservada, disciplinada y poco dada a la exhibición emocional. En cuanto a su formación, cursó estudios en Economía y Dirección de Empresas y desarrolló una carrera profesional alejada del mundo político. Trabajó durante años en el sector financiero y asegurador, especialmente en compañías internacionales, donde adquirió experiencia en gestión, estrategia y análisis económico. Este recorrido le permitió consolidar una identidad profesional independiente de su apellido, algo que siempre ha defendido como esencial.

Luis Alfonso está casado con Margarita Vargas, hija del empresario venezolano Víctor Vargas, uno de los banqueros más influyentes de América Latina. Su matrimonio reforzó su proyección internacional y le proporcionó un entorno familiar estable. La pareja tiene cuatro hijos, y él se ha mostrado siempre muy protector con su vida familiar, manteniéndola al margen del foco mediático. La familia ocupa un lugar central en su vida y es uno de los pilares de su equilibrio personal. En el ámbito público, Luis Alfonso de Borbón mantiene un perfil ideológico conservador, con una visión tradicional de la historia y de las instituciones. Sus posicionamientos han generado controversia en ocasiones, especialmente en España, pero él los ha defendido desde una óptica de coherencia personal y respeto a sus convicciones. Aun así, evita la confrontación constante y prefiere expresarse de forma medida y controlada.

Los negocios del duque de Anjou

En todos estos años, Luis Alfonso ha desarrollado su carrera empresarial de manera discreta, diversificada y poco expuesta. Su actividad económica no se articula en torno a una gran empresa propia, sino en distintos ámbitos que combinan experiencia financiera, relaciones internacionales y el valor simbólico de su apellido. Su carrera profesional comenzó en el sector financiero y asegurador, donde trabajó en compañías internacionales. Esta etapa fue clave para adquirir una formación sólida en gestión, análisis de riesgos y estrategia empresarial, además de proporcionarle una red de contactos de alto nivel. A diferencia de otros perfiles vinculados a la aristocracia, Luis Alfonso buscó desde el inicio una legitimación profesional independiente, basada en su preparación técnica y su experiencia corporativa.

Con el paso del tiempo, orientó su actividad hacia la consultoría y el asesoramiento empresarial. En este ámbito ha colaborado con empresas privadas que buscaban apoyo en procesos de expansión internacional, relaciones institucionales o posicionamiento estratégico. Su papel no ha sido el de gestor operativo, sino el de asesor y facilitador, aportando visión global, interlocución y capacidad de conexión entre distintos entornos empresariales y diplomáticos. Otra parte relevante de su actividad se encuentra en el terreno de las inversiones privadas y la gestión patrimonial. Luis Alfonso de Borbón ha participado como inversor en distintas estructuras financieras, especialmente fuera de España, manteniendo siempre un perfil prudente y conservador. No se le conoce como impulsor de grandes proyectos empresariales propios, sino como alguien que diversifica su patrimonio a través de participaciones financieras, inversiones inmobiliarias y colaboraciones privadas.

Vendió un gimnasio y ha abierto su página web

Su condición de referente del legitimismo borbónico francés también ha tenido una dimensión económica indirecta. A través de este papel ha participado en actos culturales, históricos e institucionales, así como en iniciativas vinculadas al mecenazgo y a fundaciones privadas. Estas actividades, aunque no son negocios en sentido estricto, sí forman parte de su ecosistema profesional, ya que generan relaciones, colaboraciones y oportunidades económicas ligadas a la representación, la imagen y el prestigio histórico.

De manera puntual, además, ha colaborado también con proyectos vinculados al lujo, la cultura o el patrimonio, donde su presencia aporta valor simbólico y proyección internacional. En estos casos, su papel suele estar relacionado con la representación, el respaldo institucional o el asesoramiento estratégico, más que con la gestión directa del día a día. En los últimos días, además, hemos conocido que Luis Alfonso ha vendido uno de sus negocios que más éxito le repercutía; un gimnasio de lujo en el barrio de Salamanca. Concretamente, el local estaba situado en la calle Velázquez, bajo el nombre de Reto 48, tal y como desvelan desde Vanitatis.

En su momento, el propio Luis Alfonso definió el gimnasio como «un centro deportivo», dándole un cariz más profesional y de élite. En su gimnasio, Luis Alfonso ofrecía una combinación de ejercicio funcional, nutrición y tratamientos de estética, dándole una atención integral a sus clientes. Ahora, la sociedad ha pasado a unas nuevas manos; concretamente a Forever Fit Iberia S.L., una sociedad impulsora del exclusivo concepto de The Qlture. De esta manera, Luis Alfonso se ha desecho de un negocio, que no solamente le daba muchas alegrías a nivel empresarial sino que, también, se había convertido en su seña de identidad. «Mi vida siempre ha estado muy ligada al deporte, por lo que diversificar mi actividad empresarial hacia este sector me parece una muy buena oportunidad», contó hace años en LOC, dejando claro que su pasión por el deporte se había transmitido, también, a todo lo que tiene que ver con los negocios.

En todo momento, Luis Alfonso ha dejado claro que sus inversiones son una carrera de fondo, en la que el éxito no se alcanza rápidamente, sino que se va construyendo día a día. Algo que, por ejemplo, le sucede con otras de sus iniciativas como su apuesta por el sector del juego que, por el momento, no ha alcanzado los resultados deseados. En los últimos días, además, el primo del rey Felipe ha lanzado su propia página web, donde quiere ofrecer un paso más allá de la imagen pública que tenemos de él. En esta, se define como «padre de cuatro hijos, sucesor de los reyes de Francia y jefe de la Casa de Borbón». Además, en la misma afirma que «combina su compromiso cultural y social en Francia con una carrera como emprendedor internacional en los ámbitos del deporte, la cultura y el medio ambiente».