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La 'falta' de Leonor frena las redes sociales de Casa Real: «Insisten en esconder a la joya»

Desde hace meses, el perfil oficial de Instagram de la Familia Real se ha quedado totalmente estancado en seguidores

La ‘falta’ de Leonor frena las redes sociales de Casa Real: «Insisten en esconder a la joya»

Leonor, en una imagen de archivo. | Gtres

La cuenta de Instagram de la Casa Real está estancada. Aunque en este tiempo que lleva abierta, y siendo una de las últimas familias royals que se apuntaron a la moda de crear un perfil en la mencionada red social, no es capaz de llegar al millón de seguidores. Una razón que, sin duda, se entiende por la ausencia de imágenes de Felipe, Letizia y sus hijas, que ha hecho que los números se queden como están desde hace, al menos, dos meses. Y es que la experiencia nos ha enseñado que cuando se publican fotos junto a Leonor y Sofía, saliendo de ese encorsetamiento del que, en algunas ocasiones, hacen gala, esto fomenta el crecimiento de sus followers. No hay que olvidar que, además, en todo este tiempo, desde la cuenta no han compartido casi imágenes de la princesa en su formación militar, algo que, también, reclaman los usuarios.

Es más, a excepción de los tres post que han compartido, este mismo viernes, sobre el progreso de Leonor en la Academia del Aire, la ausencia de la princesa ha sido una realidad. Para analizar las redes sociales de la Casa Real y su evolución desde THE OBJECTIVE hemos contactado con Eva Rodríguez Cerdán, experta en marketing y redes sociales, y Ana Jiménez, especialista en marca personal. «Llegar al millón de seguidores en redes sociales es un hito que persiguen todas las instituciones y marcas digitales. No se trata solo de cifras, sino de influencia, relevancia y capacidad de generar conexión auténtica con la audiencia. En este contexto, el perfil oficial de la Casa Real se encuentra muy cerca de alcanzar esta cifra, un momento clave para consolidar su presencia digital y maximizar su impacto», explica Jiménez.

La cuenta de Instagram de Casa Real no llega al millón de seguidores

Tal y como confirma Rodríguez Cerdán, «si la cuenta de Instagram de la Casa Real fuera una plataforma de streaming tipo Netflix, sus directivos estarían ahora mismo tirándose de los pelos en algún despacho». Y es que la situación, desde casi su llegada a las redes, es bastante clara; «tienen una audiencia potencial gigantesca, una producción impecable y, lo más difícil en este negocio, una protagonista que revienta los audímetros cada vez que sale en pantalla».

Aún así, «existen ciertos obstáculos que podrían limitar este crecimiento, y la principal causa, desde mi perspectiva, es la ausencia de la Princesa Leonor en este perfil», apunta Jiménez. De esta manera, la futura reina «representa un atractivo único para distintas audiencias: los jóvenes desean conocerla, seguir su formación y observar cómo se prepara para asumir su rol, mientras que los adultos pueden encontrar en ella un referente de valores, tradición y continuidad institucional». Hay que tener en cuenta que, como hemos aprendido con el paso del tiempo, «la autenticidad recae en figuras jóvenes, capaces de transmitir cercanía, tranquilidad e inspiración». «Mientras que la autoridad y legitimidad institucional se perciben principalmente en sus progenitores, el misterio, la curiosidad y las ganas de conocer más recaen en perfiles jóvenes», apunta la experta en marca personal.

«Los seguidores subían solos. Pero de repente ha llegado un apagón»

Según la experta en marketing, las redes sociales «funcionan por dopamina y narrativa, y la gente sigue cuentas porque quiere ver cómo avanza una historia». Es por eso que, durante meses, la presencia de Leonor «funcionó como un tiro». «Había evolución, había emoción, curiosidad y había imágenes potentes. Los seguidores subían solos. Pero de repente ha llegado un apagón», apunta Rodríguez Cerdan.

En todos estos años, como cuenta Ana Jiménez, Leonor ha desarrollado la capacidad de «convertirse en un puente entre generaciones: los mayores pueden verse reflejados en los valores que transmite, y los jóvenes pueden encontrar en ella una influencia positiva y saludable que combina tradición, modernidad y contenido educativo». Una combinación que permite «acercar la institución a distintos segmentos de la sociedad y, además, llenar lagunas de conocimiento sobre el papel de la monarquía, ofreciendo información profesional y respetuosa que ayuda a entender cómo funciona nuestro país». De esta manera, se entiende la cierta precaución que están tomando desde la institución, «dado que Leonor es muy joven y cualquier exposición excesiva podría ser contraproducente».

Un contenido con enfoque «educativo»

«Sin embargo, con un plan estratégico adecuado, claro y cuidado, es posible mostrar su formación, sus compromisos y su día a día de manera interesante y educativa, sin revelar demasiado sobre su vida personal. Esto permite aprovechar su atractivo y autenticidad para acercar la monarquía a los ciudadanos, respetando al mismo tiempo su intimidad y la prudencia que requiere su posición», aclara la experta en marca personal. Una solución sería crear una estrategia de «contenido bien planificada debe equilibrar varios elementos». «En primer lugar, la cercanía y humanización, mostrando aspectos de su formación y su actividad oficial para que la audiencia pueda conectar de manera auténtica», explica Jiménez.

Y, en segundo lugar, «la inspiración y el ejemplo, transmitiendo valores como responsabilidad, compromiso y disciplina, generando referentes positivos para los jóvenes». Sobre el contenido, este podrá tener un enfoque «educativo, explicando cómo se gobierna en España, cuál es el papel de las instituciones y qué aprendizajes pueden extraerse de la vida pública y los compromisos de la Casa Real». Todo esto «debe combinarse con la demostración de tradición y modernidad, reflejando que la institución se adapta y dialoga con la sociedad contemporánea, manteniendo siempre su legitimidad y su carácter institucional». Además, también tiene que ser «atractivo y cercano, pero sin caer en sensacionalismos».

«El atractivo de Leonor recae en lo que representa»

«Cada publicación tiene que ser clara, coherente y retratar de manera real el día a día de la princesa, mostrando cómo su formación y sus compromisos la preparan para su futuro rol. Esta planificación cuidadosa no solo refuerza la imagen de Leonor como futura Reina, sino que hace más fuerte el vínculo entre la Casa Real y los ciudadanos, mostrando una institución cercana, moderna y educativa, capaz de inspirar y enseñar al mismo tiempo», aclara Jiménez. Y es que «el atractivo» que pueda suscitar Leonor no recae solamente en «su imagen o popularidad», sino, también, «a lo que representa: una figura que puede acercar la monarquía a la sociedad de manera respetuosa y relevante».

«Su presencia estratégica en redes puede generar mayor engagement, crear identificación con distintos segmentos de público y aportar contenido de valor que enseñe, inspire y acompañe a los jóvenes en su aprendizaje cívico y social. Cada publicación puede convertirse en una ventana hacia la sociedad, mostrando cómo la futura Reina se forma, cómo la institución evoluciona y cómo los ciudadanos pueden aprender del ejemplo y los valores que transmite», cuenta Jiménez a THE OBJECTIVE. De esta manera, esta estrategia requerirá «planificación extremadamente cuidadosa, dado que las redes son espacios de exposición constante y pueden ser objeto de críticas o malinterpretaciones».

«Ver al rey Felipe es anestesia pura Instagram»

Si entramos en las redes sociales de la Casa Real, «la programación ha cambiado drásticamente», explica la experta en redes sociales. «Hemos pasado del prime time emocionante a lo que podríamos llamar el ‘bucle del documental de La 2’: una sucesión infinita de señores con traje oscuro, apretones de manos protocolarios y salones con mucha historia pero muy poca vida», comenta Rodríguez Cerdán. Y es ahí donde viene el «problema»; «ver al rey Felipe en una audiencia con un grupo empresarial es vital para el Estado y necesario para la institución, pero es anestesia pura para Instagram. Es contenido de ‘relleno’ que el usuario pasa de largo sin detenerse ni medio segundo. Y en la selva digital, si no detienes el scroll, estás sentenciado y no existes».

El contenido deberá mantener «un equilibrio entre cercanía y respeto institucional, seguir un plan editorial claro y generar conexión emocional y educativa, evitando sensacionalismos o superficialidad», tal y como explica Ana Jiménez. Esto será fundamental para que mantenga «cierta coherencia» con un discurso «coherente, auténtico y alineado con los valores que representa la Casa Real, al mismo tiempo que respeta la intimidad y juventud de Leonor». De esta manera, integrar a Leonor en las redes sociales, «no solo representa un camino hacia el millón de seguidores, sino también una oportunidad para fortalecer la reputación digital de la institución, acercarla a los jóvenes y ofrecer inspiración y educación a toda la sociedad».

«Tienen en casa todo lo que cualquier marca mataría por conseguir»

Sus apariciones planificadas permiten que «cada publicación refuerce la imagen de la monarquía como una institución moderna, cercana y relevante, capaz de dialogar con la sociedad del siglo XXI, generar curiosidad y conocimiento sobre nuestro país y crear un vínculo real y duradero con los ciudadanos, siempre respetando su juventud y su vida privada». Así, el obstáculo de Casa Real sería «de producto». «Tienen en casa todo lo que cualquier marca mataría por conseguir: un fenómeno transversal, porque Leonor no solo atrae a los monárquicos convencidos, sino que conecta con la generación Z, con la prensa internacional y también con los curiosos que ven en ella un soplo de aire fresco», comenta la experta en marketing y redes sociales a THE OBJECTIVE.

«Los números cantan por sí solos y nos dejan ver que las publicaciones de Leonor o de la Infanta Sofía tienen un tirón que ya quisieran muchas celebrities. Cuando ellas se asoman, hay vida: comentarios, compartidos, ruido del bueno», apostilla Rodríguez Cerdán. «Y aun así, insisten en esconder a la joya de la corona, nunca mejor dicho, en el cofre. Es lo mismo que ir a ver a los Rolling Stones y que Mick Jagger se quede en el camerino mientras el bajista da una charla técnica. Máximo respeto a la banda, faltaría más, pero la gente ha pagado la entrada esperando ver al icono del rock», añade.

Un análisis de la cuenta de Instagram de Casa Real

Y es que, sin duda alguna, el error estaría en el «concepto»: «confundir la solemnidad con la distancia». Así, romper «el techo del millón no pide grandes presupuestos, solo un poco de instinto televisivo: devuelvan a la protagonista a la trama. El público sigue ahí, esperando, pero nadie aguanta en un canal que te cambia la serie de éxito por un carrusel infinito de moquetas y despachos».

Casa Real se creo su perfil en Instagram hace algo más de un año. Esta cuenta fue creada con el objetivo de ampliar los canales de comunicación hacia la ciudadanía, especialmente los más jóvenes, y complementar otras redes en las que ya estaban presentes la Casa Real —como X, antes Twitter, y YouTube—. El perfil no es personal de ningún miembro de la familia real, sino institucional: representa a la Casa de Su Majestad el Rey de España y transmite información oficial sobre sus actividades, compromisos y eventos públicos. La foto de perfil muestra el escudo de la Casa Real, y la biografía indica que es el canal oficial, con enlaces a la web y otras redes institucionales.

El perfil se caracteriza por un estilo formal pero accesible, con predominio de fotografías oficiales, vídeos cortos y reels de los actos más importantes de la familia real. A través de historias destacadas y publicaciones organizadas por temáticas, los seguidores pueden seguir la actividad del Rey, la reina, la princesa de Asturias y la infanta Sofía, así como de la reina Sofía, en apartados que abarcan desde cultura y deporte hasta viajes oficiales y acciones solidarias. El contenido de la cuenta refleja un equilibrio entre formalidad y cercanía visual: se busca que la información sea transparente y atractiva, pero siempre respetando la solemnidad de la institución. No existen perfiles personales de los miembros de la familia; todo se centraliza en esta cuenta oficial, lo que garantiza un mensaje uniforme y controlado.

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