El padre de Eduardo Casanova: la gran incógnita de su historia más personal

Eduardo Casanova ha vuelto a primera línea por motivos personales y profesionales. La pasada semana, el actor y director, de 34 años, hizo pública una revelación sin precedentes en España: ha confesado que vive con VIH. Lo hizo el pasado jueves 18, y no como un gesto aislado, sino vinculado al lanzamiento de un proyecto profundamente personal que verá la luz en 2026.

Así, el anuncio llega de la mano de un documental impulsado por Atresmedia y Producciones del Barrio, que estará protagonizado por el propio Casanova y que se estrenará en cines. El largometraje, dirigido por Màrius Sànchez y Lluís Galter, y producido por Jordi Évole, recoge la confesión más íntima de su vida: «Tengo VIH. Hoy rompo este silencio tan desagradable y doloroso después de muchísimos años. Un silencio que guardamos y sufrimos muchísimas de las personas con VIH. Lo hago cuando yo quiero. Cuando yo puedo».

Teresa Valdehita, el gran apoyo de Eduardo Casanova

Eduardo Casanova ha decidido revelar que tiene VIH con el deseo de «que esto pueda ayudar a más gente». Lamentablemente, en la actualidad sigue habiendo un gran desconocimiento acerca de esta infección viral, y muchísimas de las personas afectadas no cuentan con la información adecuada, referentes o apoyos familiares que les ayuden a encararlo. Este último caso, por fortuna, no ha sido el caso del actor, que siempre ha encontrado en su madre, Teresa Valdehita, respaldo, cariño y consuelo.

Hijo único, Eduardo siempre ha encontrado en ella su refugio, su raíz y su punto de regreso. No es casual que él mismo haya definido ese vínculo con una frase tan rotunda como reveladora: «Somos la misma persona», dijo en una ocasión, recoge Jaleos. Teresa no solo ha sido su apoyo emocional, sino también una presencia activa en su universo creativo. Ha participado en una de sus películas y ha compartido plató con él en más de una ocasión. Para Eduardo Casanova, su madre es guía, sostén e inspiración constante. «Cuando paso poco tiempo contigo es porque estoy escribiendo, y estoy escribiendo contigo en la cabeza. Tú estás en mi cabeza cuando trabajo, mamá», dijo el joven en el programa Cena con mamá (RTVE), donde se abrió en canal frente a su madre.

«Mi madre me aguanta muchísimo, me acompaña en todos los procesos de mi vida, en los creativos, en los personales, en todos, y yo reconozco que no soy una persona fácil», añadió.

Una admiración mutua

En ese espacio, Eduardo Casanova confesó la importancia que ha tenido y tiene su madre en su proceso creativo. Ella, por su parte, recordaba a su hijo como un niño inquieto, pero también como un «niño muy bueno» y una «buena persona». La admiración entre ellos es mutua, y así lo han demostrado con el paso de los años.

De hecho, Teresa ha estado en las buenas y en las malas. Especialmente en las últimas. El actor recordó cuando tuvo que ir con su madre a una comisaría para denunciar unos audios cargados de odio que había recibido, y que al ver la cara de su madre, al escucharlos, se le partió el corazón: «De repente me sentía culpable».

Ese vínculo tan estrecho también se ha colado de lleno en su cine. En La Piedad, protagonizada por Ángela Molina, Casanova llevó esa relación al extremo simbólico, hasta el punto de mandar realizar un molde del cuerpo de su madre para una escena clave.

El papel desconocido de su padre en su vida

Eduardo Casanova ha hablado en numerosas ocasiones de su madre, pero no ha hecho lo propio con su padre. En la actualidad, se desconoce por completo quién es y si ha permanecido al lado del actor en algún periodo de su vida. Según el mencionado medio, lo único que ha trascendido es que se trata de una persona anónima que ha optado por mantenerse en un discreto segundo plano. En contraste, Teresa Valdehita ha sido siempre presencia y refugio. Y lo será también ahora, cuando su hijo ha confesado la dura realidad con la que lleva conviviendo años.