El secreto mejor guardado de la reina Sofía para cuidarse a los 87 años: una dieta infalible
Mantiene desde hace décadas una alimentación basada en la constancia que explica su vitalidad actual

La reina Sofía | Gtres
A lo largo de los años, la alimentación de reina Sofía ha despertado mucho interés. Y no es de extrañar, ya que a sus 87 años puede presumir de una vitalidad asombrosa. La madre del rey Felipe VI se ha convertido en un ejemplo de disciplina, coherencia y cuidado personal mantenido durante décadas. Y su manera de comer no responde a modas pasajeras ni a dietas restrictivas puntuales, sino a una filosofía de vida basada en valores personales y moderación.
La reina Sofía dio un giro a su alimentación cuando murió su padre

La reina emérita decidió hace muchos años dar un giro a su alimentación, apostando por una dieta muy cercana al vegetarianismo. Según ha trascendido, la reina Sofía eliminó prácticamente la carne roja de su dieta y redujo el consumo de pescado a ocasiones muy concretas. Esta decisión estuvo profundamente marcada por una vivencia personal: el fallecimiento de su padre, Pablo I de Grecia, en 1964 a causa de un cáncer de estómago a los 62 años. A partir de entonces, la reina tomó una mayor conciencia sobre la importancia de la alimentación como herramienta de prevención y bienestar a largo plazo.
Desde ese momento, su dieta se ha sustentado principalmente en verduras, frutas, legumbres, cereales, frutos secos y aceite de oliva, pilares fundamentales de una alimentación equilibrada y cercana a la dieta mediterránea, aunque con una clara inclinación vegetal.
Una dieta casi vegetariana y muy mediterránea
Así, la madre del rey Felipe VI sigue un patrón alimentario sencillo, poco procesado y basado en productos frescos y de temporada. En su día a día predominan las verduras cocinadas de forma ligera, las ensaladas, los guisos de legumbres y las frutas como postre habitual. También consume huevos y pescado, aunque de forma puntual y siempre en preparaciones poco grasas, mientras que los lácteos los toma con moderación.
Este tipo de alimentación favorece la salud cardiovascular, mejora la digestión y ayuda a mantener niveles estables de colesterol y glucosa, algo especialmente relevante a partir de cierta edad.
El papel del estilo de vida en su buena salud

Más allá de lo que come, el buen estado de salud de la reina Sofía también está ligado a un estilo de vida activo y constante. Siempre ha sido una mujer inquieta, comprometida con actos sociales, culturales y humanitarios, lo que la mantiene en movimiento tanto física como mentalmente. Esta combinación de actividad, alimentación equilibrada y rutina ordenada ha sido clave para que, a sus 87 años, conserve una notable vitalidad.
Aunque en los últimos años ha tenido algunos contratiempos de salud —como un ingreso hospitalario por una infección urinaria o el contagio de coronavirus en 2022—, su recuperación siempre ha sido rápida, lo que refuerza la idea de que la importancia que le da a sus hábitos y a su dieta son claves.
La alcachofa, el alimento estrella de su dieta
Las escasas apariciones de la reina emérita en restaurantes han permitido conocer algunos de sus gustos culinarios. Uno de los alimentos que más se repite en sus elecciones es la alcachofa, un vegetal que se ha convertido casi en su seña de identidad gastronómica. En locales como El Mercao, en Teruel, o Casa Ciriaco, en Madrid, la reina Sofía ha optado en varias ocasiones por platos elaborados con esta verdura, detalla Lecturas.
En alguno de estos establecimientos, los chefs incluso adaptaron las recetas originales para ajustarlas a su dieta, sustituyendo ingredientes como el jamón por alternativas vegetales como los piñones, ofreciendo así una versión completamente acorde con sus hábitos alimentarios.

Y lo cierto es que el gusto de la reina Sofía por este alimento no puede ser mejor, nutricionalmente hablando, ya que la alcachofa es un alimento rico en fibra, agua, potasio, fósforo y antioxidantes, con propiedades depurativas y digestivas. Además, ayuda a regular el colesterol, favorece la función hepática y tiene un efecto diurético natural. Todo ello la convierte en una opción ideal dentro de una dieta pensada para cuidar la salud a largo plazo.
Así pies, la dieta de la reina Sofía, como vemos, es el resultado de años de constancia y coherencia, de escuchar al cuerpo y priorizar el bienestar por encima de los excesos. Su ejemplo demuestra que el verdadero secreto de la salud no está en restricciones extremas, sino en adoptar hábitos sostenibles, y acordes a uno mismo, que acompañen durante años.
