Adiós a la publicidad de la bollería: la industria denuncia un ataque del Gobierno, pero los consumidores lo celebran
La decisión anunciada por el Ministerio de Consumo de limitar la publicidad de alimentos y bebidas no saludables dirigida a niños ha sorprendido e indignado a los fabricantes. La Federación de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB), que aglutina a las empresas del sector, sostiene que se trata de un «ataque gratuito e injustificado». La otra cara de la moneda la representan las asociaciones de consumidores, que celebran la medida. «Es imprescindible que se apruebe esta norma», indica Rubén Sánchez, secretario general de FACUA. No obstante, el decreto que prepara el Gobierno para reducir «las alarmantes» tasas de obesidad infantil no llegará al Consejo de Ministros hasta 2022.
«Tanto en el contenido de la propuesta del ministerio, como en la forma y el lenguaje utilizados, se ataca de manera gratuita e injustificada a los elaboradores de alimentos y bebidas», resalta Mauricio García de Quevedo, director general de FIAB. En su opinión, se criminaliza a un sector «comprometido con la calidad, la variedad, la seguridad alimentaria y la mejora nutricional». García de Quevedo sostiene que la obesidad y otras enfermedades responden a muchos factores. Tan disgustados están en el sector, que el año pasado tuvo una facturación superior a los 129.000 millones de euros, que han trasladado una queja formal al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y al de Industria, Comercio y Turismo. La intención, aclaran desde FIAB, es «seguir dialogando» con todos los actores implicados en el Código PAOS con el objetivo de reforzarlo.
El Código PAOS establece desde 2005 un conjunto de reglas éticas que guían a las compañías que difunden mensajes de publicidad de productos dirigidos a menores para evitar una excesiva presión publicitaria sobre ellos. Las medidas se reforzaron en 2009 mediante un acuerdo de colaboración con los operadores de televisión y comenzó a aplicarse tres años más tarde gracias a la adhesión de los fabricantes. FACUA advierte de que estas restricciones son insuficientes. «Buena parte de la industria alimentaria lanza mensajes publicitarios que inducen a niños y adolescentes a tener dietas desequilibradas, con altos consumos de azúcares, sal y grasas saturadas. El código de autorregulación firmado por la industria no basta», destaca Sánchez a THE OBJECTIVE.
«Un empacho de anuncios»
La OCU sostiene que la población infantil está sometida a «un auténtico empacho de anuncios» poco saludables. El estudio más reciente, en el que se analizaba a seis canales de televisión, reveló que nueve de cada 10 espacios publicitarios dirigidos a los pequeños son de un producto con un perfil nutricional «poco saludable», por lo que consideran urgente acabar con ellos. También exigen que se prohíba su emplazamiento dentro de series y programas infantiles o el uso de regalos y promociones en su comercialización. El portavoz de FACUA espera que la norma que prepara Consumo sea «especialmente restrictiva» y que sigan la línea de las leyes que ya están vigentes en otros países de nuestro entorno, como Reino Unido, Noruega o Portugal.
«Los menores son consumidores vulnerables y tenemos la obligación de protegerles», señaló el jueves el ministro de Consumo, Alberto Garzón. Su departamento regulará los productos que pueden ser anunciados en horario infantil tomando como referencia los perfiles nutricionales de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que publicó en 2015 un documento que marcaba los niveles máximos de azúcar, grasas y sal aceptables para aparecer en un spot destinado a los niños. El organismo dividió los alimentos en 17 categorías y estableció que los más insanos no deberían anunciarse nunca, mientras que los demás podrían aparecer en los medios si no excedían los 100 gramos de azúcar, sal o grasa.
«Consumidores vulnerables»
La nueva normativa tomará como base esa división, así que las cinco categorías vetadas por la OMS no podrán anunciarse en España. Consumo ya había anunciado hace días su intención de regular la publicidad de los alimentos poco saludables, pero ahora se confirma que será a través de un decreto que desarrollará la vigente Ley de Seguridad Alimentaria y Nutrición, de 2011. El control y las sanciones quedarán en manos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, encargada de velar por el «correcto funcionamiento» del mercado audiovisual, según Garzón.
La intención del Gobierno es reducir las tasas de obesidad infantil. Un estudio elaborado hace dos años por la Agencia Española de Nutrición y Seguridad Alimentaria (AESAN) reflejó que más de un 40% de niños entre seis y nueve años tienen exceso de peso: el 23,3% está en niveles de sobrepeso y el 17,3% sufre obesidad. «La publicidad es una de las causas de esa cifra», ha señalado el ministerio en un tuit. Elena Moreno, nutricionista de la Clínica FEMM, explica que también influyen los hábitos de vida: «No todo es culpa de la alimentación. Los niños se pasan el día viendo la televisión o jugando al ordenador». Esta experta advierte de que el porcentaje de obesidad infantil se ha doblado en las últimas dos décadas y considera «beneficioso» que se acote la publicidad de productos no saludables: «Son anuncios muy atractivos, pero también es necesario eliminar la publicidad subliminal y potenciar otras facetas para acabar con el sobrepeso en los niños».