El presidente ruso, Vladímir Putin, promulgó hoy la ley que le garantizará la inmunidad una vez abandone el Kremlin, y que hace casi imposible su persecución judicial cuando deje el cargo
Según la ley – que fue una iniciativa del partido del Kremlin, Rusia Unida – los expresidentes no podrán ser perseguidos ni administrativa ni penalmente y tampoco detenidos, arrestados, registrados o interrogados. Hasta ahora, un expresidente ruso solo gozaba de inmunidad en relación con los actos cometidos durante su mandato presidencial o relacionados con su ejercicio del cargo, pero no estaba protegido ante causas penales o administrativas vinculadas a hechos anteriores o posteriores.
Esa facultad solo beneficiaría al actual presidente y a su antecesor, Dmitri Medvédev, que ejerció el cargo entre 2008 y 2012. A partir de ahora, un expresidente sólo podrá verse privado de inmunidad por el Senado sobre la base de una acusación de alta traición interpuesta por la Duma o por la comisión de un crimen grave, cargos que deben ser corroborados por el Tribunal Supremo. La acusación contra un expresidente debe recibir el respaldo de dos tercios de los miembros de las cámaras alta y baja del Parlamento ruso a propuesta de un mínimo de un tercio de los diputados de la Duma.
El Senado tendrá tres meses de plazo para tomar una decisión, tras lo que la acusación se considerará rechazada. Anteriormente, un expresidente podía verse privado de inmunidad si el Comité de Instrucción de Rusia incoaba un proceso penal por un crimen grave cometido durante el ejercicio del cargo y éste era sancionado por ambas cámaras del Legislativo.
Las cláusulas de dicha ley serán incluidas en la nueva Constitución aprobada en referéndum el pasado 1 de julio, cuando las normas relativas a la inmunidad de los antiguos jefes de Estado figuraban, hasta ahora, en una ley federal que incumbía tanto al presidente como a su familia. Debido al apoyo mayoritario de los rusos a las reformas constitucionales en el plebiscito del 1 de julio, Putin podrá continuar en el Kremlin después de 2024, cuando expira su actual mandato presidencial, y perpetuarse en el poder hasta 2036.